El jugador se rebela y solo piensa en marcharse, en una operación poco ventajosa para el club
El centrocampista lleva casi un año pendiente de un traspaso del que entre un fondo de inversión y el Espanyol se quedarían con la mitad de la cantidad que se pacte
Sucedió en el hotel de concentración en Valencia hace casi un año. El mismo día que el Málaga cerraba la incorporación de Amrabat, horas antes del encuentro en Mestalla, los principales dirigentes del club (Vicente Casado y Mario Armando Husillos) tuvieron que llamar a capítulo a Sergi Darder por su presión para ser traspasado al Oporto en día de partido. El panorama apenas ha variado durante 340 días y llega ahora a un punto de desencuentro total. Hoy por hoy, el centrocampista balear y el club van cada uno por su lado ante el interés del Olympique de Lyon en el fichaje del futbolista. Mientras este se rebela, en La Rosaleda se considera poco ventajosa la operación.
El conjunto francés es el último de una larga lista de supuestos pretendientes de Sergi Darder. Pero puede ser el definitivo. El futbolista se ha enrocado definitivamente y ha sido claro tanto con el director general del Málaga como con el propio entrenador, Javi Gracia: quiere irse por encima de todo. Las cartas están al descubierto, consideran en el club, donde están visiblemente molestos con el agente del jugador, José María Minguella júnior, al que se culpa de haber descentrado al balear en momentos puntuales y de haber emprendido negociaciones por su cuenta, a espaldas de la entidad de La Rosaleda. De hecho, el Málaga supo de la operación el sábado.
Beneficiados
En privado, los dirigentes del Málaga siempre han expresado que el traspaso de Sergi Darder era el menos ventajoso de todos los que podían producirse este verano. La razón es sencilla: al club apenas le pertenecería la mitad de la cantidad pactada por el traspaso. Saldrían más beneficiados el fondo de inversión venezolano que en su momento acudió al rescate de la entidad y también el Espanyol, que se aseguró un mínimo porcentaje de un futuro traspaso cuando se gestó la llegada del balear.
El club lo tiene muy claro y así se lo ha hecho saber al propio jugador: desea que salga a la palestra y aclare que quiere marcharse. Por esa razón el Málaga está a verlas venir. El dilema es evidente: ¿hasta qué punto resulta beneficioso para el equipo y para el propio vestuario tensar la cuerda con un futbolista cuyo único objetivo es marcharse? Porque está claro que Sergi Darder y su entorno están presionando hasta la saciedad para que en La Rosaleda den su brazo a torcer. Y evidentemente los dirigentes blanquiazules asumen que la afición no entendería otra salida, y menos por el precio que se maneja (por debajo de los diez millones en el montante total).
La situación es incómoda para todos, por supuesto también para el entrenador, que con la salida de los Samus y Juanmi ya daba por hecho que iba a contar con Camacho y Sergi Darder, a los que muchos daban por traspasados de antemano. En cualquier caso, conviene recordar que en previsión de la salida del balear el club cerró en su momento el fichaje del portugués Espinho tras el intento fallido con otro futbolista del país vecino, André André, que recaló en el Oporto.