Noche de suturaMálaga y Sevilla disponen de una opción de redención en la Copa tras desesperar a sus aficionados con unas malas dinámicas en Liga · Regresan Recio, Weligton, Juanmi y Mtiliga Dos en la enfermería. Ese es el punto de partida de un encuentro que trasciende las ilusiones que puedan tener Málaga y Sevilla en la Copa del Rey. Ambos necesitan decir adiós a 2010 con un resultado revitalizador, aunque sólo sea una pequeña cortina en la tempestad que les azota. Lograrlo no esfumará los problemas arrastrados, pero pondrá un ladrillo de esperanza para 2011. Habrá que confiar en la magia de la Copa.
Así empezó el ciclo de Manuel Pellegrini. Un gol extemporáneo de Sebastián Fernández dejó sobre la lona al Hércules en dieciseisavos cuando se mascaba la tragedia e hizo que La Rosaleda coreara el nombre del chileno como premonición de un cambio a mejor. Fue una señal vana, un efecto Pellegrini de apenas una semana, pero ha llegado un punto en que el equipo necesita el más mínimo estímulo positivo. Esta noche es la última opción de redención por este año de horrorosos resultados.
No obstante, el equipo blanquiazul no debería remitirse sólo a la reválida que le ofrece el partido. La Copa, además con la vuelta en La Rosaleda, obliga a ser inteligente, a no olvidar que es un partido de 180 minutos, hoy con la oportunidad de hacer goles con valor doble, en la vuelta actuando en consecuencia de lo ocurrido en el Pizjuán. Sin embargo, será difícil olvidar los estigmas.
También para el Sevilla, que no encuentra oxígeno desde hace más de un mes. El pase a la siguiente fase de la Europa League envuelto en toneladas de sudor ha sido la única alegría para los de Manzano en esta última secuencia de derrotas ligueras seguidas (cinco). Eso sí, se ven los esbozos de dignidad en el Bernabéu, pese a la derrota, como un principio de recuperación. Es la esperanza; el Málaga, la víctima propicia para dar continuidad al amago de reacción.
Más que para el propio equipo, que seguirá leyendo en los periódicos el amplio desfile de entradas y salidas invernales que habrá en la plantilla, un buen resultado en Sevilla sería un excelente quid pro quo para la afición, desesperada por el modus operandi de la última derrota y que siempre disfruta como únicas las victorias ante el máximo rival deportivo.
Más allá de las urgencias propias, conviene resaltar que Málaga y Sevilla son partícipes de la Copa más valorada de la última década. Se ha limpiado el camino de teloneros con la honrosa excepción del vecino Córdoba. De octavos a la final circularán casi todos los mejores de la élite. Ése es el premio, sobrevivir en estos duros momentos para soñar con un futuro copero ilusionante.
La apuesta de Pellegrini la marcará su once de hoy. La convocatoria ya dejó entrever rotación. Jesús Gámez, por una contractura pendiente de evolución, Sebastián Fernández, Juanito e Iván se quedaron fuera con respecto al ridículo del pasado domingo. Recio y Juanmi, savia joven, así como Malagueño, el recuperado Mtiliga y el castigado Weligton volvieron a la lista. A ver qué forma le da a los cambios sobre el campo.
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