MIGUEL GÁMEZ Y JOSÉ CRIADO. MÁLAGA Como buen asturiano, sabe escanciar la sidra, aunque prefiera la cerveza o el agua. No echa de menos el ´orbayu´ porque le encanta el sol de Málaga. Eso sí, Juan Ramón Muñiz disfruta cuando en una tertulia se habla de su tierra natal, Asturias.
El lugar de encuentro es el Rincón Asturiano de Arroyo de la Miel (Benalmádena), cuyo propietario es paisano del técnico malaguista. Ora la conversación gira en torno a unas fabes con almejas, unos callos con patatinas, un ´bollu preñau´ o un plato de arroz con leche, ora acerca del carisma de otro asturiano y malaguista de pro, el masajista Marcelino Torrontegui.
La charla también se encamina hacia la experiencia rusa de su gran amigo Juande Ramos, la crisis momentánea del Unicaja, o los escasos programas de interés que hay en la tele, mientras el jefe de Prensa, Víctor Varela, asiente con la cabeza. De hecho, la serie ´Sin tetas no hay paraíso´ es el único programa que tiene enganchado a Muñiz.
El técnico gijonés parece otro. Distinto al de la primera época: más dicharachero, más curtido, más abierto a los medios y a las críticas del entorno. Y es que Muñiz se siente respaldado por su principal bastón, el vestuario, y ajeno a los pitos de un sector de la afición que, según él, está en su derecho de expresarse. "Los pitos son un hecho con el que todos los profesionales que estamos en este mundo hemos de convivir".
Aunque podría presumir de haber salvado al equipo del descenso a Segunda B en la campaña más difícil del club en su historia y, sobre todo, de haberlo subido a Primera, nada más lejos de la realidad.
"Tenemos que lograr el objetivo en cada etapa del club. Sabemos que iba a ser difícil", comenta el técnico, convencido de que el objetivo se logrará con creces, ya que la salvación está a un paso. Y es que el Málaga está a dos puntos de eludir los puestos de descenso.
A por la zona noble. Muñiz reconoce que cinco puntos es un bagaje escaso a estas alturas del campeonato, pero lo argumenta. "Se debe más bien a errores puntuales, pero el equipo hizo cosas muy interesantes y partidos francamente buenos".
El técnico asturiano está convencido de que el Málaga conseguirá el objetivo de eludir el descenso a Segunda y de que, en cuanto enganche un par de triunfos seguidos, recuperará la zona noble de la tabla.
Entre cucharada y cucharada, el entrenador es reconocido por varios aficionados malaguistas que almuerzan en una mesa próxima. El local es encantador. La comida, excelente. La cocinera, Conchita Pola, es la artífice.
Muñiz desiste cuando se le propone escanciar sidra mediante un aparato novedoso; prefiere hacerlo al modo tradicional, rompiendo el líquido en el vaso para que luego el sabor se manifieste en el paladar. Le va lo auténtico. Es de los que cogen ´el toro por los cuernos´.
"Sería muy fácil eludir mi responsabilidad en la confección de la plantilla", expresa cuando se le pregunta por su cuota de protagonismo. "Nadie tiene que escurrir el bulto. Cada uno tiene su parcela de responsabilidad, ahora y cuando el equipo esté en mitad de la tabla. Todo el mundo trabaja en un bien común, que es el Málaga, el gran beneficiado".
Y es que Muñiz llegó con la plantilla ultimada en gran medida. Eso sí, el técnico no se ve capaz de pedir algún refuerzo en el mercado invernal, pese a que algunos puestos están ´cojos´, a saber: un extremo derecho –grave lesión de Jordi Pablo–, un delantero centro –sólo tiene a Edinho– o un centrocampista organizador –Apoño parece el único idóneo para este puesto–.
"Apoño es un futbolista con unas características que otros no tienen y otros complementan lo que él no tiene. Es bueno técnica y tácticamente, es agresivo, llega arriba. Es positivo por todo lo que aporta".
Y así transcurre la conversación, en un ambiente agradable. Los resultados no acompañan. Y, por tanto, la unidad es clave. Cuerpo técnico y jugadores. La mezcla perfecta. Como las fabes y su compango –lacón, chorizo y morcilla–. Y esa ´piña´, demostrada cada día, es el primer paso para salir del pozo. El segundo llega mañana en La Rosaleda, con la consecución de los tres puntos frente al Zaragoza.
ENTREVISTA
Muñiz: “¿Arrojar la toalla? Nunca”
–El Málaga vive una situación complicada, ¿Cuál es su estado de ánimo, hasta qué punto le afectaron los pitos del otro día ante el Zaragoza, en Copa?
–El estado de ánimo es bueno. A mí lo que me afecta es el trabajo de los jugadores y eso no ha variado. El objetivo sigue siendo el mismo que al principio.
–Da la impresión de que el pasado juega en su contra. Evitó que el equipo descendiera y también lo subió a Primera. A pesar de eso no tiene el beneplácito de toda la afición malaguista...
–El pasado, pasado está. No tiene nada que ver con el presente y mucho menos con el futuro. Lo que tenemos que hacer es conseguir los objetivos en cada etapa que se presente en el club. Yo también sabía que iba a ser difícil este año porque venían de hacer un gran curso. Y todo eso hace que el año sea más difícil de lo habitual. Cuando vienes ya lo asumes. Por eso no me va a desmoralizar nada de lo que pasa.
–¿Es más difícil jugar en casa que fuera por el ambiente y la presión?
–No tendría que ser así. Sería un error y una equivocación. Tenemos que sentirnos respaldados, sobre todo los jugadores. Tienen que sentirse queridos por la afición para hacer una piña que sirva para mantener la categoría. El año pasado vine con el Racing y dije que este equipo estaba respaldado por su afición, que era difícil que bajase. Tenemos que conseguir eso, que todos estemos unidos hasta el final. Porque yo creo que los jugadores están trabajando bien y están dando la cara por el club, por la camiseta y por los aficionados.
–¿En algún momento se le ha pasado por la cabeza arrojar lo toalla al pensar que su esfuerzo no es valorado o que no salen las cosas?
–No, nunca. Yo la respuesta fundamental a esta pregunta la encuentro en el vestuario. Hay unión, ilusión, ganas y trabajo. Por lo tanto, yo sólo puedo estar satisfecho siempre. Yo hasta el momento no puedo reprochar nada a los futbolistas.
–Cuando mira a la cara a sus jugadores. ¿Qué es lo que ve? ¿Qué le expresan?
–Veo jugadores con madurez. Con gran profesionalidad y sabiendo lo que hacen en cada momento. Cuando pierdes ves tristeza, pero ves respuesta. Lo positivo de este grupo es que siempre mira hacia delante porque sabe el precio de los objetivos. Estamos en la misma situación que pueden estar seis, siete u ocho equipos y que vamos a luchar para llegar con el objetivo cumplido a final de temporada.
–¿Está situación es psicológica y por tanto temporal, o realmente es lo que hay? ¿La plantilla está abocada a luchar por la permanencia o cuando se logre una buena racha se podrá vivir en la zona media de la tabla?
–Aquí se enfrentan dos situaciones: el equipo viene de hacer una buena temporada y lógicamente hay una renovación de plantilla que necesita un periodo de acoplamiento para conocer el idioma, el juego, el club y a sus compañeros. Acaba la temporada y empieza otra totalmente diferente que nadie te garantiza acabar octavo o noveno. Y más a un club como el Málaga, que todo el mundo sabe las limitaciones económicas que tiene. No sé dónde se puede instalar el equipo, pero está claro que con dos o tres victorias seguidas, llegará la tranquilidad en el entorno y nos podremos instalar en una zona más tranquila.
–¿Y en Copa, se puede soñar en conseguir algo importante?
–La intención es intentar hacerlo lo mejor para pasar de ronda. Cada vez se hace más bonita y tenemos plantilla suficiente para afrontar las dos competiciones. Intentaremos llegar hasta donde podamos, pero no vamos a reservar nada ni a nadie por otra competición. Las ‘Cenicientas’ a veces te eliminan. Si nos toca un Sevilla o un Barcelona y pasamos, pues mejor. Pero si es un Segunda y te elimina...