Posteado Miér 24 Oct 2012 - 10:06
El entrenamiento matinal del Unicaja va acabando y en el último ejercicio Repesa ensaya finales de cuarto. "Quedan dos segundos", dice el croata y da varias opciones. En todas, desde la línea de fondo propia, lanza Marcus Williams la bola, como si fuera un quarterback de fútbol americano. Repesa empieza la cuenta de segundos antes de que el receptor tenga la pelota y Williams se lo reprocha. Hay carcajada general y el entrenamiento acaba. Las victorias relajan el ambiente. "Si ganamos, todos somos buenos", dice un veterano trabajador del club. Williams, no muy expresivo en la pista, pero sí lo es en la charla. Muestra un respeto reverencial por Repesa, sabe que se montó en un penúltimo tren para estar en la élite del baloncesto y no está dispuesto a bajarse de él. Sus dos últimos partidos le han hecho ganar crédito ante los ojos de la crítica y de una afición que ahora le verá tres partidos seguidos.
-¿Es el de Gdansk y Fuenlabrada el mejor Marcus Williams?
-En los dos primeros partidos estaba nervioso, quizá me preocupaba demasiado por cumplir las expectativas. Me obsesionaba no hacer errores, no dar malos pases a mis compañeros, quizá no arriesgaba, no hacía mi juego. Pero en estos partidos sí me sentí más cómodo. Tiene ahí que ver la figura del entrenador. Desde el primer día ha estado empujándome, como el resto de compañeros y de entrenadores, como Manolo [Rubia, director deportivo]. Todo el club ha estado pendiente de mí, me insistía en que hiciera mi juego, en que sólo me preocupe por jugar. Y en que hacer errores no me impida hacer mi juego.
-Habla de Repesa como figura clave. ¿Cómo influye su relación con él? ¿Qué le aporta?
-Desde el primer día me está convenciendo de que puedo hacer todo lo que me pide. Con el preparador físico [Enri Salinas] he trabajado duro para perder varios kilos. He realizado un plan de trabajo especial, aparte de los entrenamientos con el grupo. El entrenador me dijo el primer día que necesitaba perder algo de peso. Me insistió mucho en que se juega como se entrena, en que la dureza de los partidos se trabaja en los entrenamientos y eso te hace mejor. Pero no sólo conmigo, sino con James [Gist], con Kruno [Simon], con los demás...
-En la sala de prensa, Repesa ha dicho alguna vez que usted es un jugador con talento, pero que su defensa no está a la altura, que no es digna de Euroliga. ¿Le insiste mucho en ese aspecto?
-Todo el tiempo, todo el tiempo, todo el tiempo [repite sin cesar, mientras se ríe]. Desde que empezamos a entrenar hasta que acabamos. El coach es un gran maestro. Me dijo al principio de trabajar que iba a conseguir que yo defendiera y en dos meses me noto la mejoría. Está encima mía. 'Marcus, haz esto, Marcus haz lo otro, Marcus, hazlo así'. Y escucho. A veces grita y se pone serio de verdad. Pero pienso que es bueno para mí. Es un maestro, te habla dentro de su despacho de cuaquier cosa, en lo que sea te intenta ayudar. Y enseña. Si no te habla es para preocuparte, igual es porque está enfadado [risas].
-¿Pero es sólo con usted o con el resto del equipo?
-No, no, con todos. Tenemos que ser un equipo compacto en defensa, ser solidarios, es algo en lo que Repesa nos insiste. Tenemos que ser de las mejores defensas de Europa para ganar partidos con más facilidad.
-Ha destacado en algún partido por su anotación, en otros por su facilidad de pase.
-Para mí depende de las opciones que la defensa rival me ofrezca. Si la defensa está pendiente de otros jugadores y no se pega tan duro es más posible que yo haga un tiro si estoy liberado. Y al revés. Si me hacen 2x1 o podemos jugar el pick and roll o pick and pop es más fácil pasar y hacer circular el balón. No es algo que yo piense de antes, es según te intente frenar el contrario.
-¿Prefiere una canasta o un buen base?
-Un buen pase, mejor. Una canasta sólo me da confianza a mí. Un buen pase también se la da, aparte de a mí, al compañero. Sé que así nos hacemos más fuertes todos. Me gusta ayudar a los demás, es una de las razones por las que mi posición es de base.
-Se le ve que con el jugador interior con el que mejor es Fran Vázquez.
-Es fácil encontrarle, es un objetivo bastante grande [risas]. Él tiene recursos cerca del aro. Puede coger la bola a una gran altura y hundirla, pero también puede lanzar desde tres o cuatro metros con bastante efectividad. Es muy activo cerca del aro, también en defensa. Él rebotea y te da el balón rápido para lanzar el contraataque. Es fácil entenderse con él.
-¿Está aún en proceso de conocimiento del resto de compañeros?
-Sí, de eso se trata. Para eso están los entrenamientos. Repesa nos mezcla constantemente en las sesiones de trabajo, cambia los quintetos para que todos nos vayamos conociendo más. Es un proceso de dos, del que pasa y del que recibe. Por ejemplo, no es lo mismo darle la bola a Kosta [Perovic] que a Fran o James [Gist]. Cada uno la prefiere de una forma. Kosta juega más de espaldas, James quizá la prefiere para jugar de cara y tirar desde lejos o cerca, también para el alley hoop... Es un proceso largo.
-¿Qué le ha parecido el público de la Palacio en estos primeros partidos?
-Grande, muy bueno. Pero lo que más me encanta es la ciudad, la adoro. Si seguimos ganando partidos el público estará al 100% con nosotros, más aún que ahora. Hemos ganado tres partidos seguidos y seguro que ayuda, pero no podemos estar satisfechos. Esta semana vienen dos partidos importantes. El de Siena, un gran equipo de Euroliga, y el del Manresa, que debemos rematarlo. Tenemos que ponernos mejor aún.
-¿Qué tal en el vestuario?
-Es un gran grupo de personas. Todos con buen sentido del humor. No hay nadie que esté apartado, todos formamos parte del grupo. No hay 10 por un lado y dos por otro. Eso es lo normal en otro equipo. Aquí no, hablamos fuera de la pista y del entrenamiento. Tenemos un grupo de chat en el móvil incluso, en el que todos hablamos constantemente cuando no estamos juntos.
-¿Y a su familia qué le cuenta de esta experiencia?
-Yo vivo en El Higuerón. Mi padre estuvo aquí por un mes y le encantaba. Le mostré a mi madre también imágenes y me decía que quería venir.
-¿Le recuerda entonces Málaga a su California natal?
-En cierta forma sí. El tiempo, la playa, el mar, la buena gente... Sí, esto parecido a Los Angeles.