Todo puede pasar, Sebastian sigue siendo favorito, pero en el podio de Austin no tenía cara de campeón mientras sus dos rivales hablaban sin prestar atención al piloto que les está destrozando en la estadística.
El británico ya dijo, en una entrevista en AS, que Fernando se merece este titulo más que nadie y después admitió que le echaría una mano si podía. Pues ayer pudo. Y lo hizo. Amigo Hamilton. Aunque esto puede ser quedarse ahogado en la orilla para Alonso si no gana en Brasil y Vettel termina cuarto o mejor. Difícil. Mucho. Imposible no, claro. Son 13 puntos de Seb al Nano, ¿mala suerte?
Aunque por lo visto ayer, va a ser complicado que Alonso pueda ganar en Sao Paulo, a no ser que aparezca la lluvia y la ayuda de la Virgen de Covadonga. Porque el asturiano terminó a casi cuarenta segundos de sus rivales. Pero en el podio...
La carrera comenzó con el asturiano demostrando su coraje y determinación, démosle ese nombre que esto también lo leen los niños, en una salida plena de valor en una de las curvas más increíbles del campeonato, de la séptima a la cuarta plaza. Genio. Por delante, Vettel salía bien y Hamilton se quedaba tercero con Webber segundo. Pero el británico pronto demostró que estaba más motivado que nunca y no tardó en pasar al australiano, el mismo piloto que sufrió ayer la avería de alternador que los más fanáticos pedían para Vettel.
Abandono de Webber y Alonso se coloca tercero. Pero volvamos a los que se juegan el título y al duelo antes de la primera parada. Porque fue entonces cuando llegó el momento crítico para Alonso. Primero entró Hamilton y los mecánicos de plata tardaron 2,4 segundos en sustituir sus neumáticos. Después lo hizo el piloto español y los de Ferrari se dejaron 6,4. Teniendo en cuenta que Kimi Raikkonen llegaba cuarto a 6,5 de la estrella de Oviedo, todo se ponía bastante gris. Pero los chicos de Lotus Renault también tuvieron problemas con Kimi, que tardó 6,4. Así que Alonso, tercero virtual detrás de un Hamilton que intentaba ya pasar a Vettel.
Pero no podía, el alemán respondía con vueltas rápidas a los ataques del británico. Hasta que en la 41 el campeón del mundo de 2008 destrozó al bicampeón de Red Bull. De ahí al final, intentos de remontar de Vettel, mientras Alonso iba regulando. Ganó Hamilton, que pasa de enemigo íntimo a amigo del alma. Y Fernando en el podio, junto a Vettel. El circuito brasileño de Interlagos decidirá si hay milagro.