La Real venció por 1-2 en la Rosaleda. Llorente y Griezmann anotaron los goles visitantes; Juanmi el del Málaga
17 millones de euros después el Málaga vuelve a puestos de descenso. El proyecto del jeque zozobra. La nave no encuentra rumbo y deambula con más pena que gloria por la Liga de las Estrella. Esta tarde, el equipo de Jesualdo Ferreira ha cosechado su quinta derrota en casa consecutiva frente a la Real Sociedad de Martín Lasarte. Un registro que habla por sí sólo. Como los 21 goles encajados en apenas 9 partidos.
Ya ni la pegada esconde las carencias de un equipo que ha comenzado 'su Liga' palmando con dos rivales de su talla: Osasuna y Real Sociedad. Las excusas ya no sirven. No se puede hablar de grandes rivales ni de las lesiones. El barco naufraga jornada tras jornada y se hunde ante el silencio de la directiva malaguista. Si la semana pasada, el Osasuna sacó los colores al Málaga (por cierto, hay los rojillos han salido goleados en El Sardinero), hoy un recién ascendido se ha llevado la victoria de Málaga con la superioridad de un grande.
El presente se nubla y a Ferreira se le acaba el crédito. La pregunta ahora es clara: ¿Aguantará el capitán del barco mucho más? ¿Se reforzará el equipo en diciembre? La afición comienza a dar síntomas de desesperación, que hoy despidió el equipo con una sonora pitada. Veremos a ver qué ocurre en las próximas horas. El quinto presupuesto de Primera División se ahoga antepenúltimo en la tabla (ver clasificación).
Los vascos se llevaron los tres puntos con mucha solvencia. Lasarte realizó una demostración de inteligencia. Sabía que presionando a la línea de creación malaguista tendrían la ocasión de robar y montar alguna contra mortal. Así fue como llegó el primero, al filo del descanso, del francés Griezmann. Su gol fue el único tiro entre los tres palos de los realistas en toda la primera parte. Por contra, los ataques malaguistas se estrellaban una y otra vez contra las torres defensivas vascas: Labaka y Mike González. Sebastián Fernández lo intentó.
En la segunda, Lasarte echó el cierre. Retrasó la línea de presión para neutralizar la velocidad malaguista. Aunque no lo necesitara, Ferreira le echó una mano. El portugués sacó al campo a Edinho y sentó a Fernando. Más madera a costa de menor presencia en la medular. El técnico debilitó la línea más deficiente de esta plantilla. No es un defecto nuevo. En el centro del campo es donde se deciden los partidos y el Málaga naufraga constantemente en la zona de creación. Ni Apoño ni Sandro Silva ni Fernando logran imponerse. El conjunto está roto en dos: ataque y defensa. Los rivales conocen las debilidades del equipo y con tapar las internadas de sus extremos es suficiente.
La buena noticia llegó de manos del canterano Juanmi, que volvió a mojar. Lleva el gol en la sangre y será un buen revulsivo ante la ausencia de Salomón Rondón. Su gol no sirvió de nada, ya que minutos antes, Joseba Llorente había sentenciado a los malacitanos de cabeza en otro despiste defensivo, esta vez de Gámez.
Los próximos fichajes deben encaminarse a reforzar el centro del campo. Hasta ahora, todas las soluciones aportadas por Ferreira han fracasado estrepitosamente. Al técnico habría que recordarle la famosa frase del industrial Henry Ford: "El fracaso es una gran oportunidad para empezar otra vez con más inteligencia". Su próximo examen será el sábado en un campo complicado, Cornellá-El Prat, un estadio convertido en fortín este año. Si el Málaga es la cruz en casa, el Espanyol es la cara. Ha ganado todos sus partidos como local esta temporada.
http://www.laopiniondemalaga.es/malagacf/2010/10/31/malaga-ferreira-hunde-descenso/377884.html