Sucedió en el tiempo de prolongación, cuando más de un corazón malaguista apenas soportaba la angustia. Alexis se elevó pese a la oposición de Pablo Sicilia y cabeceó como si le fuera la vida en el empeño. Aparentemente no era el caso, porque el Valencia tenía asegurada la tercera plaza clasificatoria frente a un Tenerife con la permanencia en juego.

Sin embargo, en aquel 16 de mayo, en el que el Málaga se aseguró de forma agónica seguir otro año en Primera División, no solo pasará a la historia el meritorio empate en La Rosaleda contra el Real Madrid, sino también el importante gol de Alexis, que finalmente no fue necesario para certificar la salvación del cuadro de La Rosaleda, a diferencia de lo que se piensa.

Por los gestos bien pareció que Alexis entonces vestía de blanquiazul, los mismos colores con los que creció como jugador en las diferentes categorías del Málaga. «Todos mis compañeros sabían que si marcaba un gol lo iba a celebrar así. Y ese gol se lo dedico a toda la afición del Málaga, a todos mis compañeros y a la familia, porque durante la semana me estuvieron llamando amigos de Málaga, mis familiares... Tuve la oportunidad de marcar y acabé muy contento», afirmó el defensa después sin ocultar su alegría por favorecer indirectamente a otro equipo.

El homenaje

El homenaje pudo llegar en la primera jornada, pero al final lo hará en la tercera, por lo que no hay mucha diferencia. Alexis no regresa a La Rosaleda con la camiseta del Valencia, sino con la del Sevilla, pero con la fortuna de que no ha transcurrido mucho tiempo desde aquella jornada de transistores. Porque el empate del Málaga ante el Real Madrid habría sido insuficiente en el caso de que el Tenerife hubiera ganado en Mestalla. El 0-0 provisional en el campo valenciano permitió pensar en lo peor hasta el tanto del zaguero, curiosamente el único que logró la pasada campaña.

Ahora Alexis está en una nueva etapa de su carrera. Dejó un vestuario en el que no se sentía lo suficientemente valorado para recalar en otro que lo reclamaba por la marcha de Squillaci. Las lesiones y cierta irregularidad le hicieron perder la confianza de Emery, y ahora trata de ganarse la de Antonio Álvarez. El jueves fue titular por primera vez, pero quizás esa circunstancia lo prive de jugar de salida en Málaga mañana. Está por verse, porque las bajas de Dragutinovic y Fazio tampoco dejan a la plantilla sobrada de especialistas. En todo caso, vestido de largo o de corto, titular o suplente, la ovación mañana por la noche parece segura.

Es verdad que su gol contra el Tenerife no ha sido necesario pero ha sido un gran alivio ...