P. L. ALONSO.-

Pocos conocen que una actuación de Rodrigo José Galatto (Porto Alegre, 1983) ha inspirado dos películas y un libro. Es algo más que un ídolo de las adolescentes brasileñas. Sin embargo, más allá de su país natal o de Bulgaria, en donde ha jugado en los últimos meses, su figura no es conocida. No precisamente porque sea diminuta, con sus 1,93 metros, que le proporcionan asimismo una gran envergadura para cubrir la portería.

La trayectoria del actual portero malaguista tuvo un antes y un después tras la conocida como 'batalha dos Aflitos', que toma su nombre del campo del Náutico, conjunto de Recife que recibió al Gremio el 26 de noviembre de 2005 en un duelo 'a cara de perro'. Meses antes, en mayo, en un partido contra el Criciuma, Galatto tomaba el relevo de Eduardo y debutaba con la primera plantilla del conjunto gaucho, más conocido en Europa por ser el último puente a la fama de Ronaldinho.

Galatto se convirtió en el héroe del partido. Su equipo, un histórico de Brasil, se jugaba el ascenso a la serie A del Brasilerao, pero ya en la primera parte se encontró con el primer contratiempo, un penalti lanzado al poste por el local Bruno Carvalho. Lo peor vino después, con cuatro expulsados, por lo que al Gremio se le puso todo poco menos que imposible. Un milagro parecía necesario a veinte minutos del final, cuando el Náutico dispuso de otra pena máxima a favor. El delantero Kuki eludió la responsabilidad y fue el lateral Ademar quien probó fortuna. Galatto adivinó sus intenciones y se lo detuvo. El éxtasis llegó poco más tarde, cuando Anderson (ahora en las filas del Manchester United) marcó para el Gremio. Con el 1-0 final ya sólo quedó superar una eliminatoria posterior de promoción para subir a la máxima categoría.

«El mejor día de mi carrera»

«Eso fue algo que nos marcó. No sólo a mí, sino también al club, Fue el mejor día de mi carrera. Esta claro que estará siempre en mi recuerdo», recuerda aún Galatto. Puede que aún no fuera entonces cuando Jesualdo Ferreira le siguiera la pista, pero lo cierto es que ha comprobado su rendimiento para dar el visto bueno a su fichaje. «Él conocía mi forma de actuar, tanto en partidos en el Gremio como en Bulgaria (el Litex Lovech)», lo ratifica el portero gaucho, que confirma además que hablaron antes de que se cerrase su traspaso, por 1,2 millones de euros.

Hay infinidad de vídeos de este guardameta brasileño en Internet, y no sólo del histórico partido mencionado. Son un compendio de sus virtudes, que no son pocas: buen saque en largo, ya sea con las manos o con los pies, lo que ofrece la posibilidad de brindar buenos contragolpes a su equipo; unos excelentes reflejos, y agilidad, para lo que su altura no es óbice, como se comprueba en grandes intervenciones con las manos por bajo.

Pero el cuerpo técnico prefiere que se adapte mejor al sistema de juego y que mejore la comunicación con sus compañeros. Una vez más la barrera idiomática, aunque en el vestuario hay otras diez personas (cuatro técnicos y seis jugadores) que hablan portugués. «Tengo muchos deseos de ayudar al equipo en el campo en el trabajo diario. Me falta una mayor aclimatación y la tengo que adquirir en los entrenamientos. Esto es lo que estoy haciendo, para que luego pueda dar el ciento por ciento», afirma con humildad.

Es la principal característica de Galatto, un tipo sosegado y que no muestra síntomas de impaciencia después de que aún no haya debutado con el Málaga. Al equipo le quedan dos amistosos antes de la Liga (en Granada y en La Rosaleda contra el Parma), y Arnau le lleva ventaja en la lucha por ser titular contra el Valencia.

Ahora Galatto se rodea sobre todo de Weligton, que ya hizo de anfitrión con Sandro Silva. Un gaucho, un paulista y un carioca en la plantilla, algo así como juntar a un vasco, un andaluz y un catalán en un equipo brasileño. Juegue o no de inmediato, el portero piensa que ya ha cumplido un sueño: «Se puede decir que el objetivo de todo jugador sudamericano es actuar en la Liga española. Sé que es un torneo muy difícil y con equipos de alto nivel, los mejores del mundo. Por eso tengo que hacer unos entrenamientos muy buenos para estar preparado para debutar».

Ahora Galatto se examina en el Málaga. Está en un momento clave de su carrera. Tras convertirse en ídolo de los aficionados del Gremio, no tuvo suerte con las lesiones en 2006 y 2007, lo que provocó su salida al Atlético Paranaense en 2008, club que luego lo cedió al Litex Lovech, en donde ha ganado una Liga.

Galatto prolonga la moda de excelentes guardametas de su país que triunfan en Europa, cuando hace una década tenían mala fama. Julio César (Inter de Milán), Diego Alves (Almería), Doni (Roma), Dida (Milan) o Heurelho Gomes (Tottenham) están entre ellos. «Ahora está habiendo una nueva escuela de preparación de porteros de Brasil. Como hay varios que están haciendo un buen papel, eso ha abierto las puertas para que otros podamos salir a otros países. Representamos a una nueva generación y yo tengo que hacer lo propio», apunta Galatto que, además, es licenciado en Educación Física en la Universidad de Ulbra, de Canoas.