Se acabaron la negociación, la espera y la incertidumbre. Anoche quedó firmada la venta del Málaga al jeque qatarí Abdullah ben Nasser Al-Thani, según pudo saber este periódico. Se abre una nueva etapa en la historia de esta entidad y del fútbol español. Este inversor árabe intentará que el club de Martiricos dé un salto de calidad progresivo hasta llegar en cuatro años a la zona alta de la tabla. La rúbrica del contrato fue en Marbella y a ella acudieron Fernando Sanz y su esposa, Ingrid Asensio, que son los propietarios de la sociedad que dispone de casi la totalidad de las acciones del club malagueño.

Uno de los datos fundamentales de la operación siempre fue el precio de venta, situado muy próximo a la inversión que hizo Fernando Sanz en los cuatro años que lleva al frente del club. Los asesores de Ben Nasser negociaron hasta el límite para que el dueño del club rebajara sus pretensiones económicas. Sanz ya comentó días atrás que estaba dispuesto a hacer los sacrificios que fuesen necesarios para conseguir que el Málaga creciera a medio plazo con la llegada de un inversor capacitado para cambiar el rumbo de una sociedad modesta.

Otro de los asuntos fundamentales del acuerdo estriba en el papel que pueda jugar a partir de ahora Fernando Sanz, que seguirá en el club. Pero el presidente de la entidad será Ben Nasser a partir de ahora. Había ciertas dudas sobre este asunto, pero finalmente quedó aclarado antes de la firma que el nuevo propietario figurará como máximo mandatario. Se desconoce cuál será el cargo exacto de Sanz, aunque es evidente que se convertirá en el segundo dirigente del Málaga y posiblemente en el primer ejecutivo. Será el hombre de confianza del jeque.

Los últimos días han sido muy intensos para los negociadores de ambas partes, aunque la jornada de ayer fue especialmente ajetreada hasta la rúbrica de los contratos. Era imprescindible que se desplazara Ingrid Asensio, que comparte la propiedad del Málaga con su esposo, por lo que llegó a la capital al mediodía. Por la tarde se desplazaron ambos a Marbella para, después de cerrar un pequeño 'fleco' de última hora en la operación, encontrarse con el secretario y representante legal del jeque para cerrar definitivamente la compra del Málaga.

Asuntos pendientes

Es cierto que todavía habrá que acordar algunos asuntos para poner en marcha el club de forma inmediata, pero el paso fundamental se dio anoche. Tras la rúbrica de los documentos, cerca de la media noche, los emisarios del jeque, los amigos de Fernando Sanz e Ingrid Asensio cenaron en un restaurante de Puerto Banús. Todos mostraron su satisfacción por concretar por escrito la compra, según aseguraron fuentes cercanas a la negociación.

La burocracia necesaria para que el cambio de poder sea definitivo será todavía larga y complicada, si bien es previsible que Fernando Sanz reactive de inmediato el club, lo que todavía permitirá planificar la plantilla con ciertas garantías. El 'parón' sufrido por la entidad como consecuencia de esta negociación seguramente quedará solventado en los próximos días.

Ben Nasser no acudió ayer a la firma del contrato, pero es previsible que se desplace a Málaga la semana que viene. Será entonces el momento de escenificar la compra del club y también de anunciar cuál es el proyecto que tiene previsto poner en marcha en el Málaga. En principio, las previsiones apuntan a que la inversión será gradual, intentando que el club crezca con cierta solidez, sin grandes altibajos. Pero este asunto también está abierto y el jeque podría optar en última instancia por otra alternativa algo más agresiva en cuanto a fichajes.

Hay otros aspectos importantes de la operación que todavía no han trascendido, pero seguramente se conocerán en los próximos días. Hasta la próxima semana no comenzará a oficializarse esta venta. Será el momento de las primeras valoraciones y del arranque de un nuevo proyecto ilusionante y con numerosas expectativas. Llega una nueva era en el club de Martiricos y también en la competición española, a la que todavía no había accedido ningún inversor árabe. El Málaga será un escaparate a partir de ahora.

Corría julio de 2006. El Málaga acababa de comenzar la concentración de pretemporada en la localidad onubense de Cartaya tras descender a Segunda División. El panorama para el club, acuciado por las deudas e hipotecado por una plantilla muy cara, era poco alentador. Una semana después la familia Sanz pasaba a hacerse con el control del club. Fernando abandonaba su carrera como futbolista para convertirse en presidente de la noche a la mañana. Sin experiencia, sin bagaje y con dudas. Era ahora o nunca. Lo peor estaba por llegar. Un proceso concursal casi obligado evitó la desaparición de la entidad, que estuvo a punto de bajar incluso a Segunda B. A pesar de las limitaciones económicas, el Málaga se rehizo de la mano del dúo Sanz-Muñiz y regresó a Primera División. Desde hoy, como aquel 27 de julio, el Málaga comienza una nueva etapa. La era de Ben Nasser.

De alguna manera, Abdullah ben Nasser Al-Thani responde al prototipo de magnate de los países árabes de mediana edad. Su perfil es moderno, fruto de haber completado estudios en universidades occidentales, con una presencia discreta en los medios, implicación en multitud de negocios y un buen asesoramiento antes de involucrarse en ellos. Como constatan los economistas expertos en tratar con jeques del golfo Pérsico o de Oriente Medio, sólo da su visto bueno a las operaciones cuando constata que hay margen de negocio.

La primera sorpresa que tuvo que ofrecer al aficionado malaguista conocer el nombre del nuevo inversor fue su extensión casi interminable. Incluso en inglés se suele anteponer para dar más realce el término 'sheikh', que significa 'jeque', precedido de 'HE' ('His Excellency'), equivalente a 'Su Excelencia'. 'Abdullah' es su nombre de pila (en árabe, 'siervo de Dios'), seguido del término 'Ben' ('Bin' en inglés), que alude a 'ser hijo de'. 'Nasser' sería su progenitor, y 'Al-Thani', la familia de la que procede, correspondiente a la del emir de Qatar, que se llama Hamad ben Jalifa Al-Thani.

Así pues, el nuevo propietario del Málaga desciende de la persona más poderosa de Qatar, una potencia emergente en el golfo Pérsico, pese a su limitada superficie, unos 11.000 kilómetros cuadrados, lo equivalente a la Comunidad de Murcia. Sin embargo, su riqueza natural, tanto en petróleo como en gas natural líquido (en esta materia prima es el primer exportador mundial) le han dado un claro auge en los últimos años, hasta el punto de que en Doha no ha afectado la crisis económica mundial.

Abdullah Ben Nasser Al-Thani es uno de las varias decenas de potentados en Qatar, todos con vínculos familiares y con un peso notable en la evolución de la sociedad local. Otro factor asociado a esta persona, como al resto de jeques, es que suele actuar con discreción en sus negocios, de los que sólo llega a haber eco mediático una vez que se consuman.

Se puede decir que el nuevo inversor del Málaga es aficionado al fútbol, a los caballos árabes y a los coches de lujo. Esta tríada queda claramente constatada en algunas de las actividades que se le conocen. En efecto, en lo relativo al deporte rey es el socio de honor del popular conjunto qatarí del Al Rayyan. Este equipo ha tenido en sus filas una larga nómina de jugadores europeos y brasileños de alto nivel que, seducidos por el poder de los 'petrodólares', acudieron al emirato a concluir sus carreras.

Así, en el Al Rayyan, un club con equipos en numerosos deportes (baloncesto, balonmano, voleibol o tenis de mesa) se retiró el veleño Fernando Hierro, pero también han jugado en sus filas el argelino Benarbia, el belga Emile Mpenza, el alemán Basler, los hermanos holandeses Frank y Ronald de Boer, el polaco Bak o los brasileños Sonny Anderson y, actualmente, Alfonso Alves. Además, el tarifeño Luis Fernández fue el entrenador en 2005

En cuanto a su afición equina, Abdullah Ben Nasser Al-Thani es propietario de la cuadra Al Naif Stud, que se creó en el año 1996. Incluye 160 caballos árabes. Hay algunos ejemplares egipcios y otros de carreras de una gran valía, superior en el mercado a futbolistas con talla internacional. La sede de esta propiedad incluye una pista de carreras, piscina cubierta, clínica veterinaria y otros modernos equipamientos. La participación en competiciones de los caballos del nuevo dueño del Málaga suele depararle grandes éxitos.

Coches de lujo

En cuanto a su afición a los coches de lujo, quedó canalizada con la organización del denominado 'The Royal Drive', una exhibición de vehículos deportivos que se celebra cada año en Dubai y que incluye de forma paralela un macroconcierto. Modelos como un Ferrari 458, un Lamborghini LP670 , un Gemballa Mirage GT, un Porsche Carrera y otros desfilaron en torno al paseo marítimo del emirato de AbuDhabi, en un evento asociado al lujo.

En efecto, los participantes, que se han de costear la gasolina de sus vehículos, tienen que desembolsar para intervenir en torno a 7.000 dólares (5.786 euros, cerca de un millón de las antiguas pesetas). Esto les da derecho a una cena de gala y a la estancia en un hotel de lujo. Paralelamente, el evento musical suele traer cada año a grandes figuras. El último año acudió la banda virtual Gorillaz.

Abdullah Ben Nasser Al-Thani dedica una cuarta parte de los beneficios de la última edición de 'The Royal Drive' a Haití, asolada hace poco por un terremoto. «Estoy encantado de dar apoyo a este evento único, que introduce un concepto nuevo en Dubai tanto para los participantes como para los espectadores», ha afirmado el jeque a una revista especializada. «Como amante de los coches que soy, estoy seguro de que la oportunidad de contemplar estos vehículos increíbles gustará a los amantes del motor», añadió el también presidente de Luce Che Vola, la sociedad que organiza el evento.

Pero en general Abdullah Ben Nasser se dedica a hacer rentables otro tipo de negocios, que dan salida a la enorme riqueza generada con el petróleo y el gas. En este sentido, es miembro de gabinete del Ministerio del Interior y forma parte del consejo del Doha Bank, el principal banco qatarí. A su vez, es director general de la firma Nasir Ben Abdullah and Sons Trading, una empresa aplicaciones electrónicas para el hogar.

Una muestra de su poderío económico la da una noticia que se pudo conocer hace no mucho tiempo en la Red: su decisión de invertir 130 millones de dólares (el equivalente a 107 millones de euros) para adquirir el 30 por ciento de la propiedad de PhoneSat, una empresa del sector de las telecomunicaciones de Dubai. Sin duda, una decisión de mayor calado que la reciente entrada en el Málaga Club de Fútbol.