El jeque qatarí podría hacerse cargo del Málaga la semana que viene, lo que lleva a plantearse cuál será la fórmula elegida para que mejore el club
SÍ
Es la ocasión para dejar de ser un club ‘ascensor’
Pedro Luis Alonso
Dicho con todo el respeto hacia quien se interesa por arriesgarse del modo que sea con el Málaga, y constatado que el jeque qatarí Abdullah ben Nasser Al-Thani es multimillonario, no tendría mucho sentido que la entrada en el capital del club de La Rosaleda fuese timorata. En su caso, la cuantía de la inversión ha de medirse en proporción a su riqueza, del mismo modo que no es igual para un futbolista de Primera pagar una multa disciplinaria que para un humilde ‘mileurista’.
No creo que el proyecto del Málaga necesite una revolución de arriba a abajo, porque en cierta medida está bien orientado al crecimiento en todos los sentidos, hasta con el horizonte de una ciudad deportiva que dé más vuelo a su cantera. Pero un presupuesto de veinte a veinticinco millones de euros, que lo volvería a colocar en el furgón de cola otra temporada en Primera, no sería lo mismo que otro de treinta y cinco o cuarenta, que permitiría optar a mejores jugadores y algunos fichajes con traspaso. Las cifras no tienen siempre reflejo en el nivel deportivo, pero a buen seguro darían para un mejor equipo. Tampoco vendría mal que estuviera acompañado de una estructura más ambiciosa en la secretaría técnica, con un equipo humano más amplio y la posibilidad de viajar para reforzar el seguimiento a los jugadores que interesan.
Es evidente que a estas alturas se ha generado una gran ilusión en el entorno de la entidad. Lejos de establecer comparaciones desafortunadas con el Manchester City u otros clubes que no eran grandes y crecieron tras una inversión de un magnate, el Málaga está ante un escenario idóneo para dirigir su futuro hacia una mejora. Cambiar la tradición histórica de un club ascensor y abocado a vender a sus figuras.
No
El crecimiento debe ser gradual para que perdure
Antonio Góngora
El Málaga no puede convertirse en un gigante con pies de barro, en un club con grandes futbolistas y una estructura inadecuada. Los crecimientos, además, deben ser proporcionados y graduales, para no incurrir en desajustes que pueden resultar fatales. Una fuerte inversión desde el comienzo, además, puede llevar al jeque a la fatiga de una forma rápida, pues los ingresos del club apenas superan ahora los 25 millones, por lo que todos los gastos que excedan de esta cifra son pérdidas. La llegada del jeque debe reunir los requisitos imprescindibles de la mejora y, sobre todo, del equilibrio. Esto, sin embargo, no significa todo lo contrario. Desde el primer día debe llegar la inversión, pero de una forma paulatina y sostenible. El objetivo deberá centrarse en elevar el nivel el primer año hasta consolidarse entre los diez primeros del campeonato, afrontando traspasos y llegando a unos 20 millones de presupuesto para la plantilla. Ese sería el primer paso y no supondría para el jeque una inversión por encima de los diez millones. En el segundo año se debe mantener el nivel del primero, pero con el mismo añadido económico, ya en busca de las plazas nobles de la clasificación, para desembocar en la tercera y cuarta temporadas con una consolidación entre los grandes, lo que ya supondría también un gran incremento en los ingresos. En todos los capítulos, ya que los clubes importantes duplican al malaguista en lo relativo a los derechos de imagen (el Madrid y el Barça están mucho más arriba).
No sería aceptable, por ejemplo, que llegaran refuerzos millonarios y que la cantera siguiera como está ahora. El crecimiento tendrá que incluir todas las parcelas para que sea real y pueda perdurar en el tiempo.
http://malagacf.sur.es/noticias/2010-06-04/debe-haber-gran-inversion-201006040852.html