La inversión garantiza no ir con retraso respecto a los rivales
Pese a que faltan poco más de dos semanas para el comienzo del trabajo, el club no debe de tener problemas para fichar jugadores
S. CORTÉS.-
Hoy ya es 21 de junio. La plantilla del Málaga está cogida con alfileres. Sin salidas ni llegadas. Esta situación debería provocar una honda preocupación si se tiene en cuenta que el comienzo del trabajo está previsto para dentro de poco más de dos semanas. No obstante, en esta ocasión la anunciada inversión del jeque qatarí garantiza no ir por detrás respecto a los rivales directos en la élite.
De antemano conviene incidir en que todo el fútbol español (presidentes, representantes, entrenadores y jugadores) se muestra expectante ante el desembarco de Abdullah ben Nasser Al-Thani en el Málaga. Es la primera vez que en la Liga las puertas de un club se abren a representantes de países del Golfo Pérsico, y lógicamente el interés es enorme.
El mercado aguarda impaciente conocer si el Málaga va a ser «el nuevo rico», como apuntaba días atrás un conocido representante a este periódico. Es decir, si la inversión de Ben Nasser se corresponde con los precedentes en equipos de otros países, prioritariamente en la Premier League inglesa, o si verdaderamente se trata de una aportación más modesta con el fin de situar al Málaga entre los mejores, pero en un plazo de tres años. Sólo entonces se podrán calibrar las aspiraciones del conjunto blanquiazul.
A día de hoy el Málaga tiene demasiadas cuestiones pendientes en lo que se refiere a la planificación de su plantilla. En las salidas apenas se han producido noticias, y en las posibles llegadas, al margen de las gestiones que había realizado el anterior técnico, únicamente se intenta cerrar el retorno de Eliseu. Al menos, es lo que trasciende, porque no debe descartarse que asesores externos hayan puesto en marcha distintas operaciones encaminadas a reforzar el equipo.
Apuros
Tradicionalmente el Málaga pasaba no pocos apuros para competir con sus rivales directos en la negociación con posibles incorporaciones. Por eso, si no fichaba con suficiente antelación las dificultades se multiplicaban. Pero en esta nueva situación en la que vivirá el Málaga desde la venta del club es un hecho fácilmente constatable que esa anunciada inversión permitirá recuperar terreno con facilidad para equipararse a otros conjuntos que ya se han movido con tiempo para reforzarse.
Además, disponer de dinero facilita habitualmente que las gestiones se reduzcan al mínimo. Las ofertas pueden ser desde el principio más claras, nada sujetas a vaivenes y al consiguiente tira y afloja. Por eso no parece que el Málaga vaya con retraso.
De antemano conviene incidir en que todo el fútbol español (presidentes, representantes, entrenadores y jugadores) se muestra expectante ante el desembarco de Abdullah ben Nasser Al-Thani en el Málaga. Es la primera vez que en la Liga las puertas de un club se abren a representantes de países del Golfo Pérsico, y lógicamente el interés es enorme.
El mercado aguarda impaciente conocer si el Málaga va a ser «el nuevo rico», como apuntaba días atrás un conocido representante a este periódico. Es decir, si la inversión de Ben Nasser se corresponde con los precedentes en equipos de otros países, prioritariamente en la Premier League inglesa, o si verdaderamente se trata de una aportación más modesta con el fin de situar al Málaga entre los mejores, pero en un plazo de tres años. Sólo entonces se podrán calibrar las aspiraciones del conjunto blanquiazul.
A día de hoy el Málaga tiene demasiadas cuestiones pendientes en lo que se refiere a la planificación de su plantilla. En las salidas apenas se han producido noticias, y en las posibles llegadas, al margen de las gestiones que había realizado el anterior técnico, únicamente se intenta cerrar el retorno de Eliseu. Al menos, es lo que trasciende, porque no debe descartarse que asesores externos hayan puesto en marcha distintas operaciones encaminadas a reforzar el equipo.
Apuros
Tradicionalmente el Málaga pasaba no pocos apuros para competir con sus rivales directos en la negociación con posibles incorporaciones. Por eso, si no fichaba con suficiente antelación las dificultades se multiplicaban. Pero en esta nueva situación en la que vivirá el Málaga desde la venta del club es un hecho fácilmente constatable que esa anunciada inversión permitirá recuperar terreno con facilidad para equipararse a otros conjuntos que ya se han movido con tiempo para reforzarse.
Además, disponer de dinero facilita habitualmente que las gestiones se reduzcan al mínimo. Las ofertas pueden ser desde el principio más claras, nada sujetas a vaivenes y al consiguiente tira y afloja. Por eso no parece que el Málaga vaya con retraso.