Los cuatro dilemas de MuñizLa gastroenteritis de Juanito y los problemas de Apoño y Toribio obligan al entrenador del Málaga a demorar cualquier decisión El técnico debe elegir a un segundo central, a la pareja de la medular, al sustituto de Fernando en la derecha y a los hombres de ataque Juanito no apareció ayer por La Rosaleda. Una gastroenteritis lo obligó a guardar reposo y probablemente lo dejará bajo mínimos pata el encuentro del sábado. Definitivamente la suerte le da la espalda al Málaga, que no levanta cabeza ante tanta sucesión de problemas físicos en el último mes y medio. El estado de salud del futbolista malagueño acentúa aún más los dilemas que obligatoriamente pasan por su cabeza para el 'partido de la salvación'.
Ayer, a tres días del partido, la plantilla del Málaga estaba cogida con alfileres. A estas alturas del campeonato las sanciones, las lesiones y los problemas físicos pesan como una losa y menguan el margen de maniobra de cualquier equipo. Más, si cabe, en el caso de un modesto. La lesión de Weligton en la primera parte del encuentro en Almerìa no fue más que uno más de los innumerables contratiempos para el conjunto blanquiazul, pero a la postre fue el punto de partida a una serie de obstáculos que han supuesto una merma considerable en numerosas facetas del juego.
Sin Weligton ni el siempre competitivo Manolo, la cobertura vuelve a suponer un quebradero de cabeza para Muñiz y su grupo de trabajo. El asturiano contaba de nuevo con una pareja solvente en la cobertura que transmitía fortaleza. Sin embargo, de un plumazo se queda sin sus dos miembros, Hélder Rosário (por lesión por enésima vez) y Stepanov (expulsado en Palma de Mallorca).
Muñiz se queda con un solo central, Iván, y debe elegir a su acompañante. ¿Retrasar a Juanito, recurrir de nuevo a Orozco, apostar por Jesús Gámez y reestructurarlo todo, o incluso utilizar a Manu? Las cualidades de los puntas rivales también deben ser analizadas concienzudamente, porque no es lo mismo que el Sporting se incline por Bilic, por Barral o por los dos. En cualquier caso, conviene recordar que la última vez que se sucedieron las adversidades en el eje de la zaga para un partido en La Rosaleda, frente al Sevilla, el dúo lo integraron Orozco e Iván.
Más problemas El segundo dilema para Muñiz pasa forzosamente por la medular. Sólo que este ya es habitual para el técnico debido a que en ningún momento de la temporada Apoño ha estado al menos a un 75 por ciento de sus facultades físicas. Sus problemas se mantienen e impiden ver la mejor versión del centrocampista de La Palmilla. El técnico ha empleado diversas fórmulas durante la Liga, incluida la presencia de dos medios defensivos (Juanito y Toribio) para proteger a una pareja bisoña de centrales (Orozco-Iván) y tratar de paliar en parte las limitaciones en la presión de la mayoría de las piezas ofensivas. El problema esta vez se centra en que Toribio resiste como puede las últimas semanas y que a Juanito puede pasarle factura la gastroenteritis con la consiguiente pérdida de peso.
No debe quedar en el olvido la posibilidad de un cambio de sistema y de recurrir al 4-1-4-1 que dio buenos frutos en el segundo tercio del torneo de la regularidad, pero eso implicaría actuar con un solo punta y, de paso, repescar a Benachour, cuya condición física también se ha resentido notoriamente las últimas semanas.
La tercera incógnita reside en el volante derecho. Fernando, baja por acumulación de amonestaciones, ha sido el habitual elegido para esa función. Su inclusión ha obedecido sobre todo a su capacidad de trabajo, que en no pocas ocasiones ha compensado en la presión el bajo tono de Duda en esta faceta. Aunque en las últimas semanas ya se le ha visto sin chispa, el técnico lo escogió por delante de Valdo, cuya aportación es más eficaz en las segundas partes; Javi López, derrotado por la presión y el cansancio, y Luque, con evidentes limitaciones en el plano físico.
Tres opciones Ahora Muñiz debe analizar los pros y los contras de cada uno de ellos. Para el partido del pasado fin de semana en Palma el técnico dejó fuera de la convocatoria a Valdo, probablemente porque el golpeo de Luque en los centros y la velocidad de Javi López podían ser argumentos necesarios para la fase final del encuentro. Cara a la cita con el Sporting el cuerpo técnico deberá tener en cuenta lo que busca y también deberá medir bien sus decisiones para que el agotamiento no pase factura en la segunda parte, como ha sucedido habitualmente. Y conviene no olvidar otro detalle: la capacidad de Valdo en el juego aéreo para ser una pieza más en la defensa de las acciones de estrategia, un factor de peso frente a un rival como el asturiano.
Para el final queda otra decisión de peso: el o los componentes de la delantera. Resulta paradójico que en esta ocasión los problemas para el entrenador malaguista se centren en otras líneas, y no en la delantera, cuando en varias fases de la temporada los problemas y las carencias han sido más evidentes en la vanguardia del equipo.
Para esta ocasión Muñiz puede contar con sus tres hombres llamados a resolver las acciones de ataque: Baha, Caicedo y Obinna. Bien es cierto que el nigeriano todavía no cuenta con el tono deseado para afrontar un partido completo, pero su recuperación parece un hecho después de lo comprobado en la recta final del encuentro en el Ono Estadi. Muñiz deberá decidir si lo alinea de principio o si prefiere reservarlo para la segunda parte, con el rival más desgastado y previsiblemente con más huecos. La tenacidad de Baha en la presión -que compensaría las limitaciones en los hombres de las bandas- y la participación en el juego de Caicedo obligan a tenerlos a ambos muy en cuenta en el análisis previo al encuentro.
http://malagacf.sur.es/noticias/2010-04-29/cuatro-dilemas-muniz-20100429.html