Posteado Sáb 30 Mayo 2009 - 10:20
Hubo un tiempo no muy lejano en el que dos jugadores bastaban para marcar las diferencias entre los buenos y los mejores. Un pasado en el que la pareja de extranjeros de cualquier equipo se presentaba como elemento diferenciador. Acertar con ellos, estadounidenses en su inmensa mayoría, abría las puertas del éxito de par en par. Sin embargo, la entrada en escena de los cupos de comunitarios y la proliferación de las dobles nacionalidades, con demasiada frecuencia bajo sospechas, parecen haber reducido el peso específico que siempre estuvo reservado para los jugadores foráneos.
El próximo rival del Unicaja, el Regal Barcelona, es la prueba de ello. Andre Barrett se reparte con Trias el rol de último hombre en la rotación; Santiago, el ex 'cajista', tiene por delante a Andersen y Fran Vázquez. Frente al modelo azulgrana, el Unicaja presenta una apuesta de corte clásico. Su dúo de extranjeros, Marcus Haislip y Thomas Kelati, ocupan un lugar preferente en el equipo. Si ellos funcionan, las posibilidades se multiplican por mil, como quedó de manifiesto el domingo en el último partido de cuartos contra el Kalise Gran Canaria.
Que Kelati y Haislip constituyen una de las parejas más sólidas de americanos en la Liga ACB está fuera de toda duda. Cabe achacarles la falta de continuidad, en el caso del escolta, o la falta de un talante de auténtico líder, en lo relativo al ala-pívot. Sin embargo, su rendimiento y su aportación en al equipo la colocan entre las más solventes de toda la Liga. Sólo los dúos del Granada, Hunter y Borchardt, y del Bruesa, Panko y Roe, han ofrecido una mayor valoración conjunta a lo largo de la fase regular. Las parejas extracomunitarias de los equipos que siguen con vida en el torneo ni siquiera se les acercan.
Decisivos
Ahora les llega a ambos el momento de refrendar su cartel y paliar los déficits mostrados durante la temporada. El partido del domingo les sirvió a los dos para sacudirse la presión y poner de manifiesto su carácter de jugadores decisivos. «La verdad es que no me he sentido nervioso durante todo este tiempo de 'play-off'. Aunque las cosas no me salieron en los dos primeros partidos no perdí nunca la confianza en poder hacerlo bien. Y esa persistencia tuvo su premio en el tercer partido. Creo que jugué bien y que el equipo también lo hizo. Fue una inyección de moral para todos», asegura Kelati.
«Es cierto que lo hicimos mejor que en los dos primeros partidos del 'play-off' -admite Haislip-. Pero Kelati y yo no tenemos por qué ser las referencias del Unicaja. Esto es un juego de equipo y el mérito del domingo estuvo en que todos lo hicimos bien. Creo que estábamos más preparados para cumplir con lo planeado. Y me queda la sensación de que frente al Barcelona lo tenemos igualmente claro».
Los dos partidos cuajados por el ala-pívot estadounidense esta temporada frente al conjunto azulgrana demuestran que sabe cómo causar daño al rival a pesar de su potente juego interior. Haislip promedia 20,5 puntos este año frente al Barcelona. Quizá la clave sea la motivación extra que asegura procurarle los duelos frente a los grandes aspirantes al título. «No sólo a mí, creo que es algo común a todos mis compañeros», completa. De ahí que avise: «Somos ambiciosos, muy ambiciosos. Queremos ganar y conquistar un título. Que nadie lo dude». Oído de su voz, por lo menos amedrenta.
En su opinión, las características del Barcelona favorecen su juego. Espera sentirse más cómodo que frente al Gran Canaria, un equipo que supo preparar perfectamente su defensa hasta el punto de apagarlo como pocas veces consiguió algún rival a lo largo de esta temporada: «No nos dejaron hacer nuestro juego y sólo cuando pudimos recuperar nuestra identidad conseguimos imponernos con claridad».
Cuenta pendiente
Si el rendimiento de Haislip ante el rival de mañana son fiel reflejo de su temporada, sin lugar a dudas mejor que la de su estreno en la Liga ACB, Kelati aún tiene como asignatura pendiente brillar frente al Barcelona. Para el Unicaja contar con él resulta crucial. Es la referencia exterior del equipo, aunque asuma su rol con mucha más modestia, quizá por la irregularidad que ha sufrido esta temporada. Encaja con estoicismo sus momentos malos a lo largo del año, motivados en buena medida por la compleja circunstancia personal que atraviesa. Se sabe arropado -«cuando las cosas no han salido a lo largo de la temporada he visto tanto a mis compañeros como a la afición muy cerca de mí», confiesa-, y ahora espera devolver en forma de puntos todas las muestras de apoyo. Su fe en el equipo es ciega.
«Contra el Barcelona sé que seguiré igual de metido en la serie. Estamos preparando muy bien la eliminatoria y, concretamente, el primer partido. Tenemos esa ambición de la que habló Aíto. Para nosotros la temporada hasta ahora tiene un cierto sabor a desencanto. Creo que somos un equipo muy bueno. Lo demostramos llegando a la final de la Copa del Rey, pero la perdimos. En la Euroliga también nos defraudamos a nosotros mismos. Así que todos somos conscientes de que en estos 'play-off' tenemos una oportunidad para dar el empujón final y hacer algo grande», explica el escolta de origen eritreo.
Como le ocurre a Haislip, admite sentirse especialmente motivado al pensar en la pléyade de estrellas que esperan el domingo e el Palau Blaugrana. Y sobre todas, una en especial: Juan Carlos Navarro. «Su defensa será clave para la eliminatoria. Es la principal referencia. Si él juega bien, su equipo lo hace bien -asegura Kelati-. Hay que parar su capacidad anotadora, presionarle, hacer que no esté cómodo en ningún momento y obligar al resto del equipo a tener que dar un paso adelante».
Es un punto pendiente de mejorar para la línea exterior malagueña. El escolta catalán consiguió buenos números en los dos encuentros de la temporada regular frente al Unicaja (17 puntos en Málaga y 25 en Barcelona). Y aún así, el Unicaja llega reforzado en el ánimo por los dos precedentes de la fase regular, según Kelati: «Todos sabemos que el Barcelona es un rival muy fuerte. Ellos son los favoritos, tienen el factor cancha a su favor. Pero no debemos olvidar ninguno que conseguimos ganarle en Málaga y que en su cancha necesitaron de una prórroga para vencernos por un solo punto. Creo que si no hubiéramos cometido ciertos errores en aquel partido también podríamos haber vencido».