PALCO 17, A un paso de la gloriaSi la justicia hubiese aparecido anoche en la impresionante Rosaleda en toda su intensidad, el Panathinaikos de Jesualdo Ferreira se debería haber llevado una manta de goles y la eliminatoria estaría ahora mismo más que sentenciada para el Málaga, que hizo un partido por momentos memorable, digno de la Champions League.
Un 2-0 lo hubiésemos firmado todos antes de comenzar el encuentro, pero a tenor de lo visto y de la cantidad de ocasiones falladas se antoja extremadamente corto, aunque sea una espléndida renta para viajar a Atenas.
En una noche de ensueño, los aires de Martiricos se llenaron de emoción al escucharse el himno de la máxima competición europea. Hubo gente que lloraba en las gradas, y no es que me lo haya contado nadie, lo viví con mis propios ojos. A partir de ese momento mágico, cualquier cosa podía pasar, porque el equipo griego era una caja de sorpresas y el Málaga llegaba tras un período extraño y nada plácido por cierto.
Pero este Málaga de Pellegrini tiene una personalidad propia apabullante, y encima individualidades de un nivel espectacular. Miedo me da que el encuentro se viera en media Europa porque ahora que parece que lo vendemos casi todo, Eliseu, Toulalan e Isco, tras la exhibición realizada, pueden estar en las agendas de una decena de grandes de la pelota continental.
El primer tiempo fue excepcional. Los dos goles fueron poca renta para un Málaga que se hinchó de tocar el balón ante un Panathinaikos que ni las olía, con la excepción de Sissoko, que era el único que mantenía el tipo. Los griegos no podían parar aquel vendaval porque los ataques malaguistas llovían por la derecha, por la izquierda y por el centro. Los goles llegaron por fuerza, pero así y todo se echaba de menos a un delantero centro nato. ¿Qué hubiera pasado anoche si hubiesen estado un Van Nistelrooy o un Rondón en semiestado de gracia? Para qué pararnos a pensar en los que pudo ser cuando lo que ocurrió es que el Málaga estaba machacando a un contrario que, sinceramente, muy en el papel del entrenador portugués de infausto recuerdo en esta tierra, creo que pensó que era una eliminatoria facilona. Hoy deberán estar todos ante el máximo responsable de la Iglesia ortodoxa griega aplicando oraciones por no haberse ido de Málaga con cinco goles sobre sus espaldas, porque eso, un 5-1 (por ser muy benevolentes con el rival) hubiese sido el marcador justo, pues en el comienzo del segundo tiempo el once local dispuso de clarísimas ocasiones que se erraron de forma increíble.
Magnífico partido, noche para la historia, una afición entregada como nunca (decenas de miles de personas vestidas de blanquiazul) y un resultado más que positivo. Atenas no será fácil, pero está claro que si ahora hay un favorito claro es el Málaga.
Excepcional partido de los locales, pero sobre todos de Toulalan y Demichelis, con un Caballero que es un seguro a todo riesgo, un Isco grande pero fallando goles que ojalá no se echen en falta y un Fabrice que pudo haber vuelto loca a La Rosaleda si mete el gol a tacón cambiado. Por cierto, ¿Eliseu por Saviola? Ni locos, por favor. ¡A un paso de la gloria!
http://malagacf.diariosur.es/noticias/2012-08-23/paso-gloria-20120823.html