El Ingeniero continúa de asueto por su Santiago de Chile natal. Allí disfruta al tiempo que supervisa los movimientos que se hacen desde Málaga. No es Pellegrini caprichoso en cuanto a nombres. Es un entrenador de la escuela clásica; antes de marcharse de la ciudad, informó en su lista de las posiciones que había que reforzar y las características que debían tener sus jugadores, independientemente de quiénes fueran. Aunque no hay paso que no lleve su visto bueno. Si alguno de los jugadores propuestos no le convence, lo tira para atrás. De hecho, ya lo ha hecho varias veces en lo que se lleva de verano cuando el director deportivo, Antonio Fernández, le informó de la opción de incorporar algunos futbolistas que tenía en el radar.
Sin embargo, con Bruno siente una predilección especial. Similar a la que experimenta con Cazorla, aunque en un escalafón menor. El pasado verano mostró una gran insistencia a los dirigentes del club para que hicieran cuanto estuviera en su mano para traer al asturiano. En esta ocasión, también ha recalcado la importancia de traer al centrocampista del Villarreal. Por su gran versatilidad en la medular. Se maneja muy bien en el fútbol de destrucción, suele jugar a rápidos toques, intenta incorporarse arriba cuando puede y aporta mucho empaque en el juego aéreo en la medular. Incluso tiene un plus: es zurdo, algo que vendría muy bien para complementar el juego del doble pivote.
No obstante, dado que el Villarreal quiere convertir su salida en subasta, el precio que puede llegar a costar la operación y que podría demorarse más de la cuenta, el Málaga tiene otros frentes abiertos para intentar satisfacer lo que busca el entrenador blanquiazul para buscar a ese futbolista capaz de jugar junto a Toulalan o que sea capaz de sustituirlo cuando el francés no esté disponible.