Posteado Mar 12 Jun 2012 - 14:28
El día en que la actualidad del Unicaja estaba marcada por la ilusión de la llegada a Málaga de Jasmin Repesa, lo que significa el inicio del nuevo proyecto, el club se llevó un duro golpe a su línea de flotación. La irrupción más rutilante de la cantera en los últimos años se marcha. Según comunicó el propio club en una nota de prensa, ayer llegó un requerimiento a Los Guindos por el cual Alex Abrines ejecutaba la opción de romper el contrato que le unía hasta 2013 con la entidad, previo pago de una compensación económica. Este movimiento no se hace sin tener atado un destino. Y el de Abrines es el Barcelona, con quien tiene acordado jugar las próximas cuatro temporadas, pese a que ayer tanto el club como el agente del jugador, Igor Crespo, no lo confirmaran.
"Esta tarde, en las oficinas del Unicaja Baloncesto, se ha recibido un requerimiento notarial del jugador Alejandro Abrines en el que comunica su intención de extinguir unilateralmente su contrato de trabajo con Unicaja Baloncesto. El jugador mallorquín, que lleva dos años formándose bajo la disciplina del Unicaja y que en la pasada campaña tuvo una presencia habitual y continuada en los entrenamientos y partidos del primer equipo de nuestro club, tiene contrato para la temporada 2012/2013 con una cláusula de salida, a la que se ha acogido ahora para solicitar la rescisión del mismo, previo pago de una cantidad económica", rezaba el escrito del Unicaja.
Por impactante que parece, la noticia no ha pillado de sorpresa a los miembros de la cúpula cajista. Abrines llegó hace dos temporadas y, por su juventud, sus padres prefirieron que firmara por una temporada para ver cómo se aclimataba a su primera experiencia lejos de su hogar. Viendo que tanto la integración como su juego eran los adecuados, desde el club se empezó a negociar con él un nuevo contrato.
Estuvieron diligentes para que se rubricara antes de su explosión en el pasado Europeo sub 18, en el que fue designado el MVP del torneo. Sin embargo, lo que parecía que iba a ser un contrato de 3+2 temporadas, que era como casi se firmó en un principio, acabó rubricándose en dos años, ante la política adoptada por el Unicaja vistos precedentes anteriores con jugadores prometedores y jóvenes que no salieron como se esperaba, como el caso de Paulao Prestes por poner un claro ejemplo.
Cuando renovó el año pasado, la cosa acabó algo tensa entre el agente del jugador y el club a causa de la cantidad que se llevó como comisión. Desde ese momento, la sintonía no ha sido la ideal con Crespo, quien no ha parado de dar largas a los miembros del Unicaja que han estado negociando con él para ampliar el año que le restaba.
El caso es en el Unicaja no estaban por la labor de tirar la casa por la ventana con un jugador que es muy prometedor pero que también muy joven y, según ha podido saber este periódico, tampoco tenían la intención de sacarlo al escaparate de la Liga Endesa y de la Euroliga para que al acabar la próxima temporada se fuera libre a otro equipo. Una medida ésta que también cree procedente el propio Repesa.
Pese a que se le han llegado a ofrecer multitud de alternativas, incluso contrato de larga duración y un montante económico nada despreciable, la actitud de Crespo en la negociación ha sido, según fuentes del Unicaja, la de desoír cualquier propuesta que se le hiciera. De hecho, hace unos días se desplazaron dos miembros del club a Madrid para tratar con él en persona y su postura no varió. La respuesta era que querían esperar, incluso hasta el próximo año, a lo cual el Unicaja no estaba dispuesto a acceder.
Finalmente, todo esto ha derivado en el requerimiento notarial enviado ayer al club por el jugador. Pero no parece que vaya a concluir así, sin más. En él se acoge a una cláusula de salida que figura en su vínculo con el Unicaja. Sin embargo, según han confirmado a este periódico, la interpretación de la misma es totalmente opuesta según la parte implicada.
La citada cláusula de salida resulta un tanto compleja de interpretar, pues propone escenarios diferentes a abonar según la situación del jugador, e incluso tenía un matiz temporal en el que duplicaba las cantidades. Por esos los agentes del jugador han movilizado el asunto con celeridad.
La parte que representa a Abrines considera que lo que han de abonar son los 300.000 euros que manda la cláusula si se considera que el jugador pertenece al filial. Algo más del doble es el supuesto que estiman desde el club que deberá percibir, pues lo consideran como un jugador más del primer equipo.
Aunque ha militado toda la temporada con ficha como vinculado, o sea de LEB, ha recibido los bonos recogidos en su contrato por alcanzar el primer equipo. Aquí se basan los argumentos del Unicaja. En que es una cantidad menor que si hubiera actuado de facto como jugador del primer equipo es lo que defienden los asesores del jugador. Así que todo tendrá que resolverse en una negociación entre las partes y, si no se llegara a un acuerdo, en los tribunales.
Otro punto en el que no están de acuerdo las partes es en que el Unicaja cree que tiene derecho de tanteo sobre el jugador, con lo que debería tener la oportunidad de poder igualar la oferta que le ha realizado el Barcelona. Algo que no estiman los agentes de Abrines.
No es la primera ocasión en que el representante del jugador emprende una acción como esta, de sacar a jóvenes valores representados por él de los clubes en los que militaban. Conocidos son los casos de Biyombo en el Fuenlabrada, o más recientemente de Todorovic en el Joventut. Lo que está claro es que sí sabe moverse en estos terrenos.