«La gente me para por la calle y me pide que vuelva, me dice que el equipo ha perdido carácter y raza, que quedan pocos jugadores ganadores, que me ha echado mucho de menos. Yo se lo agradezco mucho, de verdad. Me hace muy feliz sentir su apoyo y su cariño, para mí es muy importante. Sería muy bonito regresar a mi casa, aquí al Unicaja, a mi club, al Carpena... pero no ha habido ningún contacto por el momento», dice el base internacional.
Tras salir al final de verano del Khimki y cobrar un generoso finiquito encontró acomodo, a última hora, en Zaragoza. El Unicaja le tuvo a tiro, por una módica cifra, pero el club no lo vio conveniente. Se habló entonces de que Aíto García Reneses no le quiso. Que le vetó. Pero el entrenador madrileño ya no está en Málaga. Y tampoco, por la parte de Cabezas, su ya exrepresentante, Gorka Arrinda, que tantos quebraderos de cabeza le trajo a Berdi Pérez y Juanma Rodríguez.
Otro agente y «otro club»
No queda ya nadie de aquella historia que alejó a Cabezas de casa. Ahora al base le lleva sus asuntos la agencia de representación «Winners Factory», cuya cabeza visible es Germán González. Y en lo deportivo, aquí en el Club Baloncesto Málaga, lleva las riendas en la entidad Manolo Rubia, que le ha visto crecer, formarse y ha compartido con él muchos momentos. Hay hasta nuevo presidente, Eduardo García, que podría pasar a la historia por ser el mandatario que trajo de vuelta al Unicaja a Jorge Garbajosa, primero, y a Carlos Cabezas, después.
Las puertas parece que se le vuelven a abrir al jugador criado en Los Guindos. El club busca en el mercado a dos bases, ya que no cuenta ni con Terrell McIntyre ni con Roderick Blakney. Ha sido el sino de la entidad desde que «Charly» se marchó en busca de nuevas experiencias. Haciendo recuento, tras su despedida, el club se quedó con Cook como base titular y apostó por Gomis como recambio de Cabezas. El francés se lesionó y se fichó a Pooh Jeter, que no convenció. Tampoco lo hizo Shammond Williams. Rafael Freire echó una mano en ese puesto, hasta que llegó Zabian Dowdell. Hasta cinco recambios por el malagueño.
Esta misma temporada ha aumentado la cifra. Y es que el puesto de base parece gafado. La pareja inicial compuesta por McIntyre y Panchi Barrera ha sido un fracaso estrepitoso. Por lesiones y bajo rendimiento se tuvo que echar mano en pleno curso, además de Freire, de Carlos Cobos y Roderick Blakney. Y al final de curso tuvo que subir al primer equipo Pepe Pozas. Incluso Berni Rodríguez ha tenido que hacer las veces de uno en los últimos encuentros.
Sus números
Cuando a Cabezas las lesiones le han permitido jugar este año lo ha hecho a buen nivel. Ha disputado en Zaragoza 23 partidos con 21 minutos de media y sumando 8,6 puntos, 2,6 asistencias, 1,8 rebotes y 9,7 de valoración. En el Unicaja sólo le habrían superado en el apartado de valoración Fitch (15,6), Freeland (14,6) y Carlos Jiménez (10,4).
«Yo estoy alerta, porque este año va a haber muchos movimientos en el puesto de base y me siento muy bien, fuerte. Los clubes están a la espera, a ver qué pasa con los cupos. Terminé a un buen nivel la temporada y estoy con hambre porque me siento muy capaz de guiar a un gran equipo y ya tengo un plan de trabajo para trabajar mucho en verano y mejorar en todos los aspectos», expresa.
Este fin de semana volverá a Zaragoza para organizar la mudanza. El club maño está muy contento con él, ya le ha transmitido que sería un honor que continuara un año más y podría acudir al derecho de tanteo por él ante la oferta de cualquier otro club ACB. Carlos está en mercado. Y ahora el Unicaja debe posicionarse.