"Y en el 7', con un punto de suerte, llegó el 1-0. Envío largo bombeado de Recio"

De la web oficial

El delantero venezolano marcó los dos goles malaguistas en la tarde de ayer que sirven para que el Málaga abandone el último puesto y se coloque a sólo un punto para salir del descenso. El Málaga afronta el parón liguero cargado de moral

José Salomón Rondón es al Málaga lo que Supermán era para Metrópolis: un superhéroe. El venezolano se suspende en el aire, controla balones casi imposibles, regatea, lucha con fuerza y, sobre todo, marca goles salvadores. Esta temporada ya ha perforado la meta rival en 12 ocasiones, pero los dos ´chicharros´ de ayer lo elevan a un peldaño superior, al de estrella malaguista... Y al paso que va, puede que llegue a leyenda blanquiazul.
Sus goles, los dos del ´23´ vinotinto, huelen a salvación. Este Málaga ´apesta´ a permanencia. Y los de Pellegrini se agarran a los tantos del venezolano tanto como a un clavo ardiendo. Son goles que están dando media vida, pero por el momento sólo sirven para abandonar el farolillo rojo y para mirar a los rivales que están fuera de la zona de descenso más cerca.

Efectivamente, ayer el Málaga dio un pasito más en la agónica lucha por la salvación. Y lo hizo de manera convincente, como hacía tiempo que no se vivía en Martiricos. Fue un triunfo sin sobresaltos, suficiente para que el malaguismo pudiera disfrutar por un día del fútbol y de su equipo. La afición lo agradeció. Ovacionó a cada uno de los jugadores sustituidos, vitoreó los pases, hizo la ola y festejó los goles y el triunfo como si hubiese salido de mil años de castigo sin ver fútbol.

No debe de extrañar, sin embargo, que después de encadenar dos victorias consecutivas o seis puntos seguidos, el Málaga siga en descenso. Esta Liga es una carrera de fondo. Y el Málaga hoy no está salvado, pero ha conseguido cimentar la creencia entre los suyos de que puede lograrlo y, de paso, asustar a sus rivales.

Por eso, la de ayer fue la victoria de la tranquilidad. El triunfo del buen hacer. El gol tempranero de Rondón (7´) fue como una pastilla contra al ansiedad y a partir de entonces, el Málaga jugó a placer. Sin ataduras en su juego. Sin presión de la grada. Y sin miedo a perder y a caer en el abismo.

Y claro, este Málaga, cuando le sueltan las cadenas de la ansiedad, sabe jugar al fútbol. La plantilla cuenta con jugones como Duda, Gámez, Demichelis, Apoño, Recio y Portillo. Amantes del buen toque y exquisitos ´sobones´ del balón. Y así llegó el segundo tanto (26´), tras una magnífica jugada colectiva que volvió a materializar Rondón.
Sin embargo, no fue fruto de la casualidad el madrugador tanto blanquiazul. Pellegrini había preparado concienzudamente el partido. En el plan trazado en el vestuario, el chileno había apuntado sus miras hacia la zaga periquita. Y no se equivocó. Amat fue un amigo; Galán, un enemigo –le propinó un codazo a ´Weli´ casi de juzgado–. El malagueño Baena repartió estopa y Verdú no sabía ni dónde estaba su sombra. Así que el agujero espanyolista era casi un cráter.

Por fortuna para el Málaga, el Espanyol llegó a Martiricos con un buen parte de bajas, más propio de una batalla bélica que de una lucha por la permanencia futbolística. Y el Málaga lo supo aprovechar. Presionó la salida del balón desde el primer minuto y evitó que los catalanes, que ya tienen la temporada más que cumplida, se sintieran cómodos bajo el cálido y primaveral sol de Málaga. Cada balón dividido se convirtió en un duelo a vida o muerte donde casi siempre salió victorioso el equipo local.

Un equipo combativo
Ahí, con robos rápidos y en posiciones peligrosas para el rival, el Málaga ganó el partido. Rondón, con un excelso partido –sobre todo en la primera mitad– fue sólo la punta del iceberg. El killer fue el ejecutor de un juego combinativo que se acerca mucho al ideal de fútbol que busca Manuel Pellegrini y que tan difícil es poner en práctica cuando estás en zona de descenso.

Atrás, Apoño llevó la manija del juego con comodidad. Recio fue su escudero fiel. Gámez estuvo más tiempo en el campo rival que en el suyo propio. Y Duda, que no cuajó su mejor partido, se reservó para tardes en las que su guante sea más necesario.

Al descanso, el Málaga ya acumulaba un buen puñado de razones para haber ganado el partido y Rondón se marchaba a la caseta casi levitando. Espectacular.

La reanudación no aportó nada nuevo para la historia de la permanencia que está por escribirse. Pero sí sirvió para restaurar los lazos de jugadores con la grada. El Málaga se dejó llevar, quizás demasiado, pero su renta de dos tantos le permitían acomodarse. El Espanyol comenzó a intimidar con llegadas esporádicas y con la presencia de Osvaldo.

Pero ni por ésas. Ahí crecieron las figuras de Weligton, Demichelis y Caballero, que atajaron cualquier duda sobre la solvencia defensiva de este equipo –suma dos jornadas consecutivas sin encajar goles, pero sigue siendo el más goleado de Primera con 59 tantos en contra–. Y también la de Pellegrini, que supo leer el partido al incluir a Sandro Silva para recuperar el equilibrio de su equipo.

Mereció más
Posiblemente, el Málaga se marchó con menos goles de los merecidos en su casillero, pero al menos también acabó de un plumazo con la creencia de que La Rosaleda está maldita. Ya no hay razón de ser para ello. Ahora el parón sirve para saborear la inercia ganadora. Pero también para recargar las pilas y así afrontar las nueve jornadas que restan para el final de Liga con energía. Hoy la permanencia está más cerca.

El técnico malaguista tuvo palabras de elogio hacia la afición: "Nos apoya, en la calle y en las gradas, y necesita al equipo en Primera División"

Con la misma expresión que si el Málaga CF hubiera perdido, aunque todo hace indicar que la alegría iba por dentro, Manuel Pellegrini hizo acto de aparición en la sala de prensa del estadio La Rosaleda, después de uno de los partidos más completos del conjunto albiceleste en la presente temporada, tras vencer por 2-0 al Espanyol.
«Hicimos un partido muy completo, y estoy contento», fueron las primeras palabras del ‘Ingeniero’, que recordó, inmediatamente después, algunas de sus palabras de hace escasos días, tras el triunfo cosechado frente a la Real Sociedad en tierras vascas.

«Ya dije la semana pasada que veía al equipo armándose cada vez más. El triunfo en Anoeta fue muy importante».

Al fin un equipo «competitivo»Pellegrini, cuando le preguntaron si al fin ha logrado un equipo tipo, lamentó que no haya podido conformar un bloque en numerosas fases de la competición por las numerosas bajas existentes.

«Ha habido una cantidad de lesiones importantes. Era difícil armar un equipo competitivo. Cuando están todos en condiciones, tienes más posibilidades de ser competitivo», recordó.

El entrenador malaguista valoró la importancia de haber sumado los tres puntos antes de afrontar el parón con motivo de los partidos de la selección española.

«Ahora hay quince días de ‘paro’ y quedarse con una derrota hubiera complicado la motivación. Ahora es distinto, porque el equipo trabaja con la alegría de que va para arriba. No podemos darnos el lujo de fallar en ningún partido. El parón es igual para todos los equipos, no nos va a afectar. Tenemos 15 días para seguir preparando al equipo. Cuando volvamos, espero que sigamos como ante el Espanyol».

Y renunció a nombrar la palabra ‘ansiedad’, que tantos quebraderos de cabeza ha dado al equipo en esta campaña, sobre todo en casa, un problema que parece ya solucionado.

«No habíamos sido inferiores a ningún equipo, salvo al Real Madrid. Fuimos mejores que Osasuna, Zaragoza –con quienes se perdió en los últimos instantes– y ganamos al Almería. Fue un problema de concentración más que de intensidad».

Respecto al papel de la afición, que ayer fue spectacular, el chileno manifestó: «En Málaga la gente, tanto en el estadio como en la calle, es increíble cómo apoya. Tiene mucha confianza en lo que se hace. Incluso con malos resultados como local apoyan. Esta ciudad es un lujo para el fútbol y tiene que estar en Primera».

Pellegrini se refirió a la lesión de Rondón y la opción –ya confirmada– de no ir con Venezuela. «El tema de la selección no nos corresponde a nosotros, es una fecha FIFA. Es muy importante para nosotros. Metió dos goles.

El Málaga vence con autoridad al Espanyol, sobre todo gracias a una primera parte imperial en la que pasó por encima de su rival. Rondón le puso la firma a una victoria que se le debía a la afición.

La hoja de errores quedó en blanco, acaso alguno banal sin salpicaduras. Sólo escribiendo eso ya queda claro que el Málaga alcanzó su proporción áurea. Pero, si el Espanyol no llevó miedo a Caballero, Kameni vivió una película de terror. La Rosaleda, atónita, festejó de lo lindo el más que perfecto partido de los suyos, que acabaron fundiéndose en un abrazo con los aplausos finales de la grada. Y es que la felicidad gobernó el duelo con una fuerza sobrenatural; el partido comenzó con un vendaval sobre el césped y acabó con la ola en la grada.


El pitido inicial resultó un disparo al aire que liberó la estampida. Los jugadores del Málaga tomaron el papel de rinocerontes, los del Espanyol parecieron el cazador perdido en la selva. Y la adrenalina blanquiazul destrozó todo a su paso. Al Espanyol le pilló aún soltando músculos. El único con capacidad de reacción fue Kameni, atlético y atento para frustrar la goleada y revivir a N'Kono bajo sus guantes. La Rosaleda se frotaba los ojos viendo a su Málaga defendiendo como un perfecto acordeón, las líneas juntas y adelantadas, las piernas multiplicándose para cerrar las líneas de pase a los catalanes. A los de Pochettino se les hacía de noche. Y para que quedara claro que las alegrías de la tarde se escribirían en mayúsculas, sólo hubo que esperar ocho minutos para que el huracán blanquiazul también lo reflejara el marcador.


El tanto nació en Recio, que decididamente juega con una batuta y una varita mágica al mismo tiempo en sus manos. Dibujó una línea de 50 metros hasta Rondón y el venezolano fusiló a quemarropa a Kameni, que puede luchar contra los delanteros pero no contra la física. El gol tuvo acuse de recibo en Amat. En esa jugada comenzó la clase magistral que le dio Rondón durante todo el partido. Torpe en la lectura del bote e intimado por la corpulencia del venezolano, de ahí en adelante el catalán siempre se amilanó cuando el balón se dividió entre ambos. Los demarques del vinotinto, con ese particular arranque de escalador que demarra en un exigente puerto de montaña para abrir brecha, le amargaron la tarde. No debería olvidar su mala tarde, sino estudiarla.


Porque el catalán tuvo pase vip para el inmenso partido del delantero blanquiazul. Una vez más, se marchó a casa algo contrariado porque dispuso de un par de opciones más para haber aumentado su cuenta. Pero así es el nuevo asesino de Martiricos, precoz e insaciable. El día en que se convierte en el máximo goleador venezolano en nuestra liga, lamenta no darle a su país el primer hat-trick en la élite de un hijo pródigo. Por esa voracidad a veces se olvida que tiene 21 años y un margen de crecimiento brutal para convertirse en un 9 de época en Málaga. Para cuadrar el 2-0 de 45 minutos para enmarcar, Rondón coronó un pase astuto de Apoño a Portillo y un centro paciente del paleño para que el venezolano no marcara en fuera de juego.
Lo peor del primer tiempo fue que se terminara. Quizá por temor a que se hubiera terminado esa ambrosía que parecían haber tomado los jugadores antes del duelo. Pero el Málaga salió dispuesto a rematar la faena. No bajó la intensidad, pero cambió puntería por inteligencia. Trató de jugar a las cuatro esquinas con el Espanyol para sumar al cansancio psicológico de la primera mitad el físico de la segunda. Se desperezó el cuadro de Pochettino por vergüenza torera, sobre todo a rebufo de Osvaldo. Pero Demichelis y Weligton esta vez sí que se organizaron bien para mantener en pie el fuerte. El brasileño al fin asumió que la placa de sheriff es para el argentino, así lo demostró éste otra vez más, pero no se amilanó para frustrar a alguno de los cuatro delanteros que siempre tuvo en liza el Espanyol. Por pedir, faltó el gol de Recio, dos veces abortado por Kameni.

-Ficha Técnica:

Málaga: Caballero; Jesús Gámez, Demichelis, Weligton, Eliseu; Portillo (Sandro Silva, 75'), Apoño, Recio, Duda; Sebastián Fernández (Juanmi, 79')
y Rondón (Maresca, 89').

Espanyol: Kameni; Javi López, Amat, Galán, David García; Verdú, Baena; Sergio García (Thievy, 72'), Luis García (Eric, 87'), Álvaro Vázquez (Osvaldo, 60'); y Iván Alonso.

Goles: 1-0 (8'): Rondón, con un fuerte zurdazo a la escuadra, aprovecha primero el gran servicio en largo y alto de Recio y luego el fallo de Amat en el despeje de cabeza. 2-0 (26'): De nuevo Rondón, esta vez remachando con la punta del pie a bocajarro el balón interior de Portillo.

Árbitro: Delgado Ferreiro (vasco). Amonestó a Rondón (14'), Sergio García (34') y Amat (78').

Incidencias: Unos 26.000 espectadores en La Rosaleda. Partido correspondiente a la vigesimoctava jornada de la Liga BBvA.

Delirio Rondón fue el epicentro de los elogios en el mejor partido del equipo en casa, que ofrece cifras interesantes

Escribir de la afición del Málaga no se puede hacer de otra forma que desde la admiración. Su fidelidad, tan pocas veces recompensada, es digna de mención. Da igual el puesto que ocupe el equipo, el juego que realice, que el ambiente de la grada siempre va a estar por encima.

Ayer La Rosaleda se puso en pie. Y ayer el equipo le dio motivos por primera vez en lo que va de temporada. Se unieron todos los condicionantes posibles para que la grada pudiera festejar con la mejor actuación de local de los suyos dos hechos que no ocurrían desde hace 43 y 44 jornadas, respectivamente: el Málaga ganó dos partidos seguidos y no encajó goles.

Se cantó el clásico "Málaga es de Primera", se corearon con "olés" las jugadas del equipo y se cerró la fiesta con un himno a capela que pone los vellos de punta. En el epicentro, Rondón, quien logró su cuarto doblete de la temporada, alcanzó a Arango como máximo goleador venezolano en una Liga y se llevó la mayor ovación del día al ser sustituido. Vaya fidelidad, qué felicidad.

Se tuvo que retirar el domingo en el partido contra el Espanyol

El delantero venezolano del Málaga José Salomón Rondón, que se retiró lesionado del partido disputado el domingo ante el Espanyol debido a una contractura en los isquiotibiales de la pierna derecha, no acudirá a la convocatoria de su selección para disputar los encuentros ante Jamaica y México.

Rondón, que anotó los dos goles del triunfo malaguista frente al conjunto españolista, fue sustituido en el minuto 86 del partido y, tras un diagnóstico médico inicial y, a expensas de unas pruebas complementarias previstas para las próximas horas, el delantero permanecerá en Málaga para su recuperación, informó hoy el club.

Además de Rondón, tampoco acudirán con sus respectivas selecciones el delantero uruguayo Sebastián Fernández y los defensas daneses Kris Stadsgaards y Patrick Mtiliga, quienes fueron preseleccionados pero que finalmente no han sido incluidos entre los convocados para los próximos encuentros internacionales.

Los que sí están con la selección española Sub'21 son los centrocampistas Ignacio Camacho y José Recio, quienes disputarán el próximo jueves un amistoso ante Francia en la localidad gala de Reims.

No se si se ha comentado anteriormente, pero hay un dato bastante positivo con respecto a la aficion, y es que el domingo fue uno de los partidos que mas lleno he visto el estadio sin necesidad de que vengan el Madrid o el Barça, nos visitaba el Espanyol, estabamos a 3 puntos de la zona de salvacion, y entraron en el campo unas 27.000 personas.

creo que la politica de rebajar los precios de tribuna esta siendo un acierto, ya que no mucha gente esta dispuesta a pagar 70 € por ver un partido, pero 40... es otra historia, y una buena idea para poder seguir creciendo en aficion por el unico sitio que el estadio lo permite ya, por la tribuna, que es la unica zona que por motivos obvios estaba un poco mas despoblada y que gracias a la nueva politica de precios ahora esta tan llena como cualquiera de los fondos.