El principal problema reside en el centro del campo: no logra sacar el balón jugado y la endeblez defensiva provoca distancia entre líneas


¿Es el sistema o los jugadores? ¿Defiende mal el Málaga porque ataca más o porque no sabe defender? ¿Es el centro del campo el gran problema? Esas cuestiones y otras muchas más se agolpan desde que el domingo Osasuna dejó al descubierto todas las carencias del equipo blanquiazul en el arranque del campeonato más otras nuevas. La luz de alarma se encendió ayer: Jesualdo Ferreira fue muy claro en su charla con la plantilla, y el vicepresidente y consejero delegado, Abdullah Ghubn, recabó opiniones entre las personas de confianza en el club para conocer un diagnóstico de la situación. Este es un análisis de la situación real del Málaga, concentrado en doce 'pecados capitales'.





1.- El sistema no cuaja

Jesualdo Ferreira ya se encuentra en el punto de mira, aunque desde el comienzo de su trabajo algunos medios le tenían puesta la cruz por sus métodos de trabajo para con la prensa. El portugués ha apostado por un sistema que siempre le ha ido bien y que considera el más adecuado para el fútbol moderno. Pero no termina de cuajar. Es excesivamente novedoso para muchos de los jugadores, y los problemas tácticos se acumulan porque varios futbolistas confunden libertad de movimientos con falta de responsabilidad en el trabajo. Los 19 goles encajados constituyen el principal argumento. Ahora bien, en Getafe el equipo funcionó porque no aparecieron las grietas como consecuencia de otros defectos y la impresión fue excelente.





2.- Presión

El Málaga no presiona y, si lo hace, se produce demasiado atrás o con muy poca intensidad. Da la impresión de que ni en este aspecto están organizados los jugadores. La tenacidad no existe y la presión se produce casi siempre de forma individualizada, nunca en bloque. Al carecer de esta virtud, el ritmo de robo de balón es inexistente, porque, como mucho, solo dos hombres tapan la salida del balón. Y así el rival juega más cómodo e hilvana sin dificultad hasta la mitad de campo malaguista, la zona donde el equipo es más vulnerable.





3.- Un solo referente ofensivo

A la hora de la verdad las deficiencias en la adaptación al sistema provocan que el 4-3-3 pase a ser más un 4-5-1. En Pamplona Eliseu estuvo más pendiente de Monreal que al contrario. Al final, en cuanto al Málaga le han cogido el tranquillo de su fútbol de contragolpe, pasa a tener un solo argumento ofensivo (Rondón), porque a los extremos los vigilan. Solo Fernando se deja ver de vez en cuando en la zona de remate, como sucedía el año pasado.





4.- Sin medio punta

Ferreira ha prescindido de un plumazo del segundo medio centro, pero también del medio punta. Las funciones asignadas a este hombre también recaen en Rondón, que debe alejarse mucho del área, jugar de espaldas, apoyar en la salida del balón, pelear por alto en los envíos en largo... Los rivales ya lo tienen estudiado y una de dos: o incorporan a otro hombre en la zona de creación (Valero, Corona o los sevillistas Guarente y Cigarini) o se apoyan en un central para sacar al equipo de su zona sin dificultad y obligar al Málaga a replegarse, lo que aleja aún más la opción de un contragolpe. Rondón, claro, no tiene el don de la ubicuidad para tapar esas dos vías.





5.- Intensidad

El Málaga no tiene intensidad. Arrastra el mismo mal endémico del que se quejaba Juan Ramón Muñiz la pasada temporada con la plantilla que le confeccionaron. Al final tuvo que recurrir a un filial, Toribio, para ganar en la zona clave del campo. Sandro Silva dejó muestras de que sí ofrecía intensidad al comienzo de la Liga, pero se ha diluido y ahora exhibe graves lagunas tácticas. Juanito, Fernando, el renqueante Apoño y el nervioso Edu Ramos no están para un nivel mínimo en este aspecto si se quiere competir con garantías en Primera. Sin esa intensidad, es imposible frenar al rival y mucho menos tocar con fluidez las pocas veces que se recupera. El equipo apenas comete faltas no por ausencia de agresividad, sino porque los rivales siempre supera a los blanquiazules.





6.- Sin salida del balón

El gran lastre del Málaga es el centro del campo. Después de gastar 17 millones y de la incapacidad para reforzar la medular -porque la situación de Apoño y Duda se conocía desde el verano- el equipo no sabe cómo sacar el balón. El único con capacidad y ritmo es Apoño, pero no está físicamente en el tono adecuado. La solución radica entonces en los laterales, bajo mínimos, y en los centrales, y entonces ocurre como en el segundo gol del Real Madrid, cuando Weligton perdió el balón ante Özil cuando ya había superado la divisoria y no encontraba a un solo compañero al que darle el cuero con cierta claridad.





7.- Miedo

La deficiente presión, la escasa intensidad y las pérdidas continuas en los intentos de circulación del balón facilitan que el rival llegue a menudo en avalancha. Esta situación provoca una humana tendencia a retroceder. El Málaga se ha convertido en un equipo que recula con frecuencia. Ese paso atrás de la zaga acaba por provocar una distancia entre líneas y unos huecos en la media punta que siempre favorecen al contrario.





8.- Laterales

El Málaga está a día de hoy sin laterales. Mtiliga y Manu no responden en la izquierda. El primero es blando en defensa y alocado en ataque, y al malagueño lo han superado las circunstancias. En la derecha se acusa la baja del siempre competitivo Manolo. Esta vez Jesús Gámez ha partido sin rival y ese nuevo rol de jugador pagado como merece parece haber acabado con su motivación y con esa ambición que siempre lo caracterizaba. A ello hay que sumar la enorme cantidad de centros que conceden. ¿Consecuencia del sistema? También en parte. Las posibles subidas de los laterales contrarios no dependen de los extremos, sino del centrocampista que escolta al 'pivote' en la izquierda o en la derecha, pero como estos no dan abasto en su zona deben hacerlo Quincy o Eliseu. Y no siempre se coordinan.





9.- Contratiempos

Al Málaga lo tienen asolado las lesiones, pero también agrava esa situación con errores absurdos. Las dos expulsiones de Eliseu -probablemente injustas, pero en las que el portugués pecó de pardillo- y el penalti cometido por Manu han supuesto serios obstáculos en tres de los cuatro últimos partidos (el otro fue frente al Real Madrid) para conseguir el triunfo.





10.- Falta de concentración

El equipo ofrece lagunas absurdas en distintas fases del partido. Los despistes en los marcajes han sido más visibles en algunas acciones a balón parado, pero se reflejan también en momentos del juego, cuando el descuido facilita que el rival tenga una situación de superioridad numérica que obliga a un sobresfuerzo a los compañeros.





11.- Sin humildad

«A ver si con tanto hablar del jeque nos creemos lo que no somos». Esa fue una advertencia realizada por un peso pesado de la plantilla en un momento determinado de la pretemporada. El aviso no surtió efecto. El Málaga ha perdido toda la humildad. Se ha creado una burbuja en torno a las aspiraciones del equipo cuando el primer escalón debe ser la permanencia. Algunos no piensan en el colectivo -Quincy es el mejor ejemplo-, otros quieren hacer cosas distintas a lo que mejor saben hacer -Eliseu, sin ir más lejos- y la gran mayoría no es capaz de soportar la presión que se ha creado alrededor del equipo.





12.- Plantilla

Ferreira cuenta con 27 jugadores, pero a la hora de la verdad no es tan amplia como parece. Hélder, Manolo, Malagueño y Duda han estado lesionados hasta ahora; Baha y Edinho apenas cuentan, y en el caso de Luque el portugués le ha dado la razón a su antecesor. Otros futbolistas parecen condenados a completar convocatorias o a ser un recurso de emergencia, como Portillo, Iván, Edu Ramos (tras jugar ante el Madrid) y Manu (después de su actuación del domingo). Es decir, solo quedan trece jugadores de campo, y dos de ellos han tenido contratiempos físicos, Juanmi y Sebastián Fernández, de modo que quedan Jesús Gámez, Stadsgaard, Weligton, Mtiliga, Quincy, Sandro Silva, Fernando, Apoño, Juanito, Eliseu y Rondón. Y de estos, como queda explicado en los puntos anteriores, la mitad ofrece carencias preocupantes. Esa es la verdadera realidad.


http://malagacf.diariosur.es/noticias/2010-10-26/doce-pecados-capitales-malaga-20101026.html

Todo esto lo esbribi yo mas resumidito en Apuntes en Blanquiazul hace una semana, xD. Jajajaja.

El Capitán Trueno escribió:

El principal problema reside en el centro del campo: no logra sacar el balón jugado y la endeblez defensiva provoca distancia entre líneas


¿Es el sistema o los jugadores? ¿Defiende mal el Málaga porque ataca más o porque no sabe defender? ¿Es el centro del campo el gran problema? Esas cuestiones y otras muchas más se agolpan desde que el domingo Osasuna dejó al descubierto todas las carencias del equipo blanquiazul en el arranque del campeonato más otras nuevas. La luz de alarma se encendió ayer: Jesualdo Ferreira fue muy claro en su charla con la plantilla, y el vicepresidente y consejero delegado, Abdullah Ghubn, recabó opiniones entre las personas de confianza en el club para conocer un diagnóstico de la situación. Este es un análisis de la situación real del Málaga, concentrado en doce 'pecados capitales'.





1.- El sistema no cuaja

Jesualdo Ferreira ya se encuentra en el punto de mira, aunque desde el comienzo de su trabajo algunos medios le tenían puesta la cruz por sus métodos de trabajo para con la prensa. El portugués ha apostado por un sistema que siempre le ha ido bien y que considera el más adecuado para el fútbol moderno. Pero no termina de cuajar. Es excesivamente novedoso para muchos de los jugadores, y los problemas tácticos se acumulan porque varios futbolistas confunden libertad de movimientos con falta de responsabilidad en el trabajo. Los 19 goles encajados constituyen el principal argumento. Ahora bien, en Getafe el equipo funcionó porque no aparecieron las grietas como consecuencia de otros defectos y la impresión fue excelente.





2.- Presión

El Málaga no presiona y, si lo hace, se produce demasiado atrás o con muy poca intensidad. Da la impresión de que ni en este aspecto están organizados los jugadores. La tenacidad no existe y la presión se produce casi siempre de forma individualizada, nunca en bloque. Al carecer de esta virtud, el ritmo de robo de balón es inexistente, porque, como mucho, solo dos hombres tapan la salida del balón. Y así el rival juega más cómodo e hilvana sin dificultad hasta la mitad de campo malaguista, la zona donde el equipo es más vulnerable.





3.- Un solo referente ofensivo

A la hora de la verdad las deficiencias en la adaptación al sistema provocan que el 4-3-3 pase a ser más un 4-5-1. En Pamplona Eliseu estuvo más pendiente de Monreal que al contrario. Al final, en cuanto al Málaga le han cogido el tranquillo de su fútbol de contragolpe, pasa a tener un solo argumento ofensivo (Rondón), porque a los extremos los vigilan. Solo Fernando se deja ver de vez en cuando en la zona de remate, como sucedía el año pasado.





4.- Sin medio punta

Ferreira ha prescindido de un plumazo del segundo medio centro, pero también del medio punta. Las funciones asignadas a este hombre también recaen en Rondón, que debe alejarse mucho del área, jugar de espaldas, apoyar en la salida del balón, pelear por alto en los envíos en largo... Los rivales ya lo tienen estudiado y una de dos: o incorporan a otro hombre en la zona de creación (Valero, Corona o los sevillistas Guarente y Cigarini) o se apoyan en un central para sacar al equipo de su zona sin dificultad y obligar al Málaga a replegarse, lo que aleja aún más la opción de un contragolpe. Rondón, claro, no tiene el don de la ubicuidad para tapar esas dos vías.





5.- Intensidad

El Málaga no tiene intensidad. Arrastra el mismo mal endémico del que se quejaba Juan Ramón Muñiz la pasada temporada con la plantilla que le confeccionaron. Al final tuvo que recurrir a un filial, Toribio, para ganar en la zona clave del campo. Sandro Silva dejó muestras de que sí ofrecía intensidad al comienzo de la Liga, pero se ha diluido y ahora exhibe graves lagunas tácticas. Juanito, Fernando, el renqueante Apoño y el nervioso Edu Ramos no están para un nivel mínimo en este aspecto si se quiere competir con garantías en Primera. Sin esa intensidad, es imposible frenar al rival y mucho menos tocar con fluidez las pocas veces que se recupera. El equipo apenas comete faltas no por ausencia de agresividad, sino porque los rivales siempre supera a los blanquiazules.





6.- Sin salida del balón

El gran lastre del Málaga es el centro del campo. Después de gastar 17 millones y de la incapacidad para reforzar la medular -porque la situación de Apoño y Duda se conocía desde el verano- el equipo no sabe cómo sacar el balón. El único con capacidad y ritmo es Apoño, pero no está físicamente en el tono adecuado. La solución radica entonces en los laterales, bajo mínimos, y en los centrales, y entonces ocurre como en el segundo gol del Real Madrid, cuando Weligton perdió el balón ante Özil cuando ya había superado la divisoria y no encontraba a un solo compañero al que darle el cuero con cierta claridad.





7.- Miedo

La deficiente presión, la escasa intensidad y las pérdidas continuas en los intentos de circulación del balón facilitan que el rival llegue a menudo en avalancha. Esta situación provoca una humana tendencia a retroceder. El Málaga se ha convertido en un equipo que recula con frecuencia. Ese paso atrás de la zaga acaba por provocar una distancia entre líneas y unos huecos en la media punta que siempre favorecen al contrario.





8.- Laterales

El Málaga está a día de hoy sin laterales. Mtiliga y Manu no responden en la izquierda. El primero es blando en defensa y alocado en ataque, y al malagueño lo han superado las circunstancias. En la derecha se acusa la baja del siempre competitivo Manolo. Esta vez Jesús Gámez ha partido sin rival y ese nuevo rol de jugador pagado como merece parece haber acabado con su motivación y con esa ambición que siempre lo caracterizaba. A ello hay que sumar la enorme cantidad de centros que conceden. ¿Consecuencia del sistema? También en parte. Las posibles subidas de los laterales contrarios no dependen de los extremos, sino del centrocampista que escolta al 'pivote' en la izquierda o en la derecha, pero como estos no dan abasto en su zona deben hacerlo Quincy o Eliseu. Y no siempre se coordinan.





9.- Contratiempos

Al Málaga lo tienen asolado las lesiones, pero también agrava esa situación con errores absurdos. Las dos expulsiones de Eliseu -probablemente injustas, pero en las que el portugués pecó de pardillo- y el penalti cometido por Manu han supuesto serios obstáculos en tres de los cuatro últimos partidos (el otro fue frente al Real Madrid) para conseguir el triunfo.





10.- Falta de concentración

El equipo ofrece lagunas absurdas en distintas fases del partido. Los despistes en los marcajes han sido más visibles en algunas acciones a balón parado, pero se reflejan también en momentos del juego, cuando el descuido facilita que el rival tenga una situación de superioridad numérica que obliga a un sobresfuerzo a los compañeros.





11.- Sin humildad

«A ver si con tanto hablar del jeque nos creemos lo que no somos». Esa fue una advertencia realizada por un peso pesado de la plantilla en un momento determinado de la pretemporada. El aviso no surtió efecto. El Málaga ha perdido toda la humildad. Se ha creado una burbuja en torno a las aspiraciones del equipo cuando el primer escalón debe ser la permanencia. Algunos no piensan en el colectivo -Quincy es el mejor ejemplo-, otros quieren hacer cosas distintas a lo que mejor saben hacer -Eliseu, sin ir más lejos- y la gran mayoría no es capaz de soportar la presión que se ha creado alrededor del equipo.





12.- Plantilla

Ferreira cuenta con 27 jugadores, pero a la hora de la verdad no es tan amplia como parece. Hélder, Manolo, Malagueño y Duda han estado lesionados hasta ahora; Baha y Edinho apenas cuentan, y en el caso de Luque el portugués le ha dado la razón a su antecesor. Otros futbolistas parecen condenados a completar convocatorias o a ser un recurso de emergencia, como Portillo, Iván, Edu Ramos (tras jugar ante el Madrid) y Manu (después de su actuación del domingo). Es decir, solo quedan trece jugadores de campo, y dos de ellos han tenido contratiempos físicos, Juanmi y Sebastián Fernández, de modo que quedan Jesús Gámez, Stadsgaard, Weligton, Mtiliga, Quincy, Sandro Silva, Fernando, Apoño, Juanito, Eliseu y Rondón. Y de estos, como queda explicado en los puntos anteriores, la mitad ofrece carencias preocupantes. Esa es la verdadera realidad.


http://malagacf.diariosur.es/noticias/2010-10-26/doce-pecados-capitales-malaga-20101026.html

completamente de acuerdo,pero podemos mejorar,forza malaga