El estadio ya estrenó su nueva imagen, más moderna, durante el reciente Trofeo Costa del Sol, y pasado mañana lo hará en la Liga con motivo de la visita del Valencia
Proyecto nuevo, estadio nuevo. El actual propietario del Málaga atendió desde el primer momento la exigencia del entrenador, Jesualdo Ferreira, de mejorar el estado del terreno de juego de La Rosaleda. Dicho y hecho. No sólo acogió con agrado la petición del técnico, sino que en un periodo récord se han acometido otra serie de reformas en el recinto para embellecerlo y adaptarlo a las nuevas exigencias; la más llamativa, el color amarillo en la pintura de las escaleras que dan acceso a los vomitorios.
Un césped a la altura del equipo
Ha sido la queja histórica de los jugadores los últimos años. El mal estado de la hierba en la primera mitad de la temporada fue una rémora para el fútbol del equipo, pero la empresa Ibergreen Césped Natural ha instalado un nuevo césped, que ya ha sido elogiado por los protagonistas tras el estreno del domingo. El perímetro ha sido completado con césped artificial. Además, hay un nuevo cuidador, Benito Mateo, fichado del Mallorca.
El amarillo de la discordia
En algunos sectores de la afición no ha gustado el tono amarillo en las escaleras, pero es una exigencia de la normativa de seguridad. Las otras opciones eran el azul (el mismo color de los asientos) y el rojo (muy llamativo). También se han colocado sillas nuevas. Además, en el interior del estadio hay pilares y paredes pintadas de celeste.
Una publicidad más moderna
El estadio cuenta ahora con un 'speed time', una publicidad activa en las vallas en tres de los lados. Además, hay otros soportes fijos que promocionan la imagen del club en todo el perímetro. Otra de las novedades ha sido el repintado de todas las barandillas para evitar el óxido de las mismas.