A la guerra con la misma camiseta |
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Lunes, 19 de Abril de 2010 20:03 |
Por Daniel Marín Me recuerda mucho (demasiado) la situación actual a la vivida hace justo dos años. El Málaga luchaba entonces por ascender a Primera y sufrió una pájara que casi lo deja tirado en la cuneta. Fue un tramo final de temporada agónico, de esos de cuenta de la vieja y auricular en la oreja. Los partidos se jugaban con una sensación de ansiedad crónica, las penas se amontonaban en el felpudo del vestuario y el equipo, exprimido al máximo, no daba más de sí. ¿Se acuerdan, verdad? Demasiado reciente y demasiado parecido. Aquella primavera, el Málaga tocó fondo tras perder 4-6 contra el Hércules en La Rosaleda cuando sólo faltaban cuatro partidos para el final. Ese domingo, los optimistas vaciaron su botella. Juan Ramón Muñiz tuvo que salir del estadio escoltado por la Policía Nacional y tres días después acordó en Marbella con Francisco Pernía su fichaje por el Racing. Fue un revés duro aquel tropiezo, parecía que el Málaga se moriría en Segunda. Pero el club supo salir del paso con profesionalidad y con el apoyo de todos, porque ese ascenso era cosa de todos (directivos, jugadores, trabajadores del club, aficionados, periodistas…). Pero ahora no remamos todos en la misma dirección (expresión que gusta mucho emplear desde el club). La afición está hasta el gorro de aguantar y de sufrir, pero aguanta y sufre estoicamente. La Prensa, hasta las narices de ver, oír y callar, pero ve, oye y calla con resignación. ¿Y los jugadores? Los jugadores... Los jugadores, ‘pasapalabra’. Una neblina de ceniza volcánica ha invadido la mente de algunos futbolistas que, no contentos con su irregular temporada, han sacado los pies del tiesto poniéndole peros a la afición. Apoño y Munúa han obviado la realidad que necesitamos todos para no hundirnos en la más absoluta miseria. Y la afición, como el cliente, (casi) siempre lleva la razón. Lo peor es que las desafortunadas manifestaciones de ayer han abierto la veda y hoy todas las radios sin excepción han sacado la metralla sin sentimiento de culpa. Y esto no es un ‘sálvese quien pueda’ ni un ‘eso es como yo digo', aquí vamos todos a la guerra con la misma camiseta. Si bajamos, lo haremos todos o, al menos, los que nos quedemos aquí moribundos y asqueados empezando de cero. Si descendemos, usted será un aficionado de Segunda y yo un periodista de plata. Así de claro. Pd: Por cierto, espero que no le demos el gustazo al entorno de la Real Sociedad de bajar en la misma temporada en la que ellos regresarán a la élite. Sería el colmo. |