Tráfico ha anotado los nombres de los tramposos para que no se puedan presentar en otra provincia
Hace una semanas se intervino en Guadalajara una chaqueta que ocultaba un equipo de transmisiones.
La picaresca suele elevar el ingenio hasta límites insospechados. Si hace unos días se descubrió en Guadalajara una 'chaqueta fantástica' que escondía un equipo de transmisiones para copiar en el examen teórico, ayer la Guardia Civil sorprendió en Málaga a once ciudadanos chinos que utilizaban unos singulares 'relojes espía' que les cantaban las respuestas de un test.
Ocurrió durante los llamados exámenes libres, a los que se presentan los aspirantes al carné de conducir que no han estudiado en autoescuelas, y que se suelen celebrar cada jueves. Desde hace tiempo, la Guardia Civil vigila estas pruebas para evitar que unas personas se presenten en nombre de otras, algo muy común entre extranjeros, que emplean esta argucia para ayudar a compatriotas de similares características físicas a superar el examen.
Pero lo que ayer se encontraron los agentes nada tiene que ver con las usurpaciones de personalidad que iban buscando. Fue algo mucho más sofisticado que eso. Los guardias civiles se percataron de que once de los veinte aspirantes que ayer se presentaron al examen llevaban el mismo reloj. Además, todos eran de la misma nacionalidad: chinos.
Modus operandi
Los agentes avisaron a los responsables de la Jefatura Provincial de Tráfico, que optaron por dejarlos hacer el test para descubrir cuál era el modus operandi de los tramposos. «Entonces, vimos que empezaban a manipular sus relojes, aunque hubo alguno que se lo quitó y lo guardó en el bolsillo; seguramente porque se dio cuenta de que los estábamos vigilando», relata la jefa de Tráfico en Málaga, Trinidad Hernández.
Al terminar la prueba, los agentes se llevaron aparte a los once chinos y les quitaron los relojes. «Eran exactamente iguales. En todos ponía 'Cartiers' y Japan. Son unos relojes deportivos, grandes. Con darle a un botoncito, aparecen en la pantalla las respuestas del examen», cuenta Hernández, que asegura que es un dispositivo sofisticado: «Según cómo orientes la pantalla, pueden verse las agujas del reloj o la solución al test».
El método es simple. El cronógrafo contiene las treinta respuestas de uno de los test que pueden caer en el examen. Los aspirantes contestan siguiendo el patrón que figura en el reloj, aunque no sean las respuestas al test que les ha tocado. Posteriormente, el sistema informático considera apto el examen al verificar que las treinta contestaciones son correctas, pese a que son las de otro test.
Los guardias comprobaron la identidad de cada uno de los aspirantes que habían sido sorprendidos haciendo trampas, y descubrieron otro dato curioso: cada uno de ellos procedía de un lugar distinto de la geografía española. La mayoría son jóvenes.
Los agentes intervinieron los once relojes, que han sido remitidos a la Fiscalía por si entiende que los hechos pueden enmarcarse en algún tipo penal. Por si acaso, para que su actuación no quede impune, la Jefatura Provincial de Tráfico ha anotado esta incidencia en la base de datos de la Dirección General para que no puedan presentarse al examen teórico en otra provincia española.
La jefa de Tráfico explicó que sabían que estos 'relojes espía' ya se habían utilizado en otros lugares, pero señaló que es la primera vez que se detectan en Málaga. En este sentido, Trinidad Hernández destacó la colaboración que existe con los Cuerpos de Seguridad para desenmascarar a los tramposos.
Joder con los chinos.