Sorprenden a un niño que disparó a un hombre con una escopeta de plomos
El menor, de 10 años, fue identificado por la víctima, que recibió un impacto cuando se acercó a un contenedor para tirar la basura
La víctima escuchó el sonido del primer proyectil en el contenedor de basura. No le dio tiempo a ponerse a cubierto cuando sintió el segundo impacto, que le alcanzó en la espalda. La herida que sufrió no fue grave. Una pequeña perforación de la que fue a curarse él mismo. Lo más curioso fue identificar al 'francotirador'. La Policía Local identificó al presunto autor, que resultó ser un niño de tan sólo diez años.
Los hechos ocurrieron hace unos días en las inmediaciones de la avenida Jacinto Benavente, en la zona de Ciudad Jardín. Todo comenzó cuando la víctima, un joven vecino de la zona, se acercó al contenedor de basura para dejar unas bolsas, según relataron fuentes policiales.
Cuando recibió el impacto, el joven se giró para ver de dónde procedía el disparo y observó a un grupo de menores apostados en una calle aledaña. Al ser descubiertos, los chavales salieron corriendo. El afectado los persiguió y alcanzó al que portaba la escopeta con la que le dispararon en la espalda. El niño escapó, aunque él consiguió arrebatarle el arma.
El joven telefoneó a la sala del 092 de la Policía Local de Málaga para dar cuenta de lo sucedido. Una patrulla acudió al lugar y se entrevistó con el afectado, que presentaba una pequeña perforación y enrojecimiento en la piel a la altura del omoplato. Los agentes le ofrecieron asistencia sanitaria, pero él manifestó su intención de ir a curarse más tarde por sus propios medios, así como de denunciar los hechos.
Carabina
Mientras el herido explicaba a los policías lo que le había pasado, observó en la zona al menor al que le había arrebatado la escopeta, que resultó ser una carabina de aire comprimido. Iba acompañado por un joven que superaba la mayoría de edad.
Los agentes identificaron al niño y comprobaron que tiene 10 años y, por tanto, es inimputable, ya que la edad penal mínima es 14 años. Los funcionarios localizaron al padre y le informaron de lo ocurrido. Asimismo, le advirtieron de que iban a remitir un oficio con el relato de los hechos a la Fiscalía de Menores.
No es el primer caso de este tipo en la capital. El incidente más grave sucedió hace poco más de tres años. Una anciana de 75 años tuvo que ser hospitalizada al recibir el impacto de un plomillo, que quedó alojado en el colon. En aquella ocasión, el autor del disparo no fue localizado.
El menor, de 10 años, fue identificado por la víctima, que recibió un impacto cuando se acercó a un contenedor para tirar la basura
La víctima escuchó el sonido del primer proyectil en el contenedor de basura. No le dio tiempo a ponerse a cubierto cuando sintió el segundo impacto, que le alcanzó en la espalda. La herida que sufrió no fue grave. Una pequeña perforación de la que fue a curarse él mismo. Lo más curioso fue identificar al 'francotirador'. La Policía Local identificó al presunto autor, que resultó ser un niño de tan sólo diez años.
Los hechos ocurrieron hace unos días en las inmediaciones de la avenida Jacinto Benavente, en la zona de Ciudad Jardín. Todo comenzó cuando la víctima, un joven vecino de la zona, se acercó al contenedor de basura para dejar unas bolsas, según relataron fuentes policiales.
Cuando recibió el impacto, el joven se giró para ver de dónde procedía el disparo y observó a un grupo de menores apostados en una calle aledaña. Al ser descubiertos, los chavales salieron corriendo. El afectado los persiguió y alcanzó al que portaba la escopeta con la que le dispararon en la espalda. El niño escapó, aunque él consiguió arrebatarle el arma.
El joven telefoneó a la sala del 092 de la Policía Local de Málaga para dar cuenta de lo sucedido. Una patrulla acudió al lugar y se entrevistó con el afectado, que presentaba una pequeña perforación y enrojecimiento en la piel a la altura del omoplato. Los agentes le ofrecieron asistencia sanitaria, pero él manifestó su intención de ir a curarse más tarde por sus propios medios, así como de denunciar los hechos.
Carabina
Mientras el herido explicaba a los policías lo que le había pasado, observó en la zona al menor al que le había arrebatado la escopeta, que resultó ser una carabina de aire comprimido. Iba acompañado por un joven que superaba la mayoría de edad.
Los agentes identificaron al niño y comprobaron que tiene 10 años y, por tanto, es inimputable, ya que la edad penal mínima es 14 años. Los funcionarios localizaron al padre y le informaron de lo ocurrido. Asimismo, le advirtieron de que iban a remitir un oficio con el relato de los hechos a la Fiscalía de Menores.
No es el primer caso de este tipo en la capital. El incidente más grave sucedió hace poco más de tres años. Una anciana de 75 años tuvo que ser hospitalizada al recibir el impacto de un plomillo, que quedó alojado en el colon. En aquella ocasión, el autor del disparo no fue localizado.