Los delanteros del Málaga solicitan una mayor apuesta en el capítulo ofensivo
«Pienso que hay que entrenar mejor el juego combinativo», reclaman al unísono Baha y Luque a un Tapia centrado en armar un bloque sólido
El futbolista profesional utiliza un discurso cortado por los mismos patrones: plano, diplomático y tópico. Hay una norma generalizada, nunca se ataca al grupo ni al entrenador sin motivos fundados, salvo 'en caliente'; esto es, al término de un choque. En este sentido, los delanteros del Málaga, Baha y Luque, no se cortaron al salir de los vestuarios del estadio Mediterráneo. El equipo ha protagonizado el peor arranque realizador en Primera (270 minutos sin ver puerta) y son los más damnificados por el escaso bagaje ofensivo.
«Creo que estamos jugando como en Segunda División (...). Siempre veo el balón sobre mi cabeza. Pienso que hay que entrenar mejor el juego combinativo», declaró Baha. «No podemos luchar más que por el 0-0, porque nos cuesta demasiado llegar a la portería contraria. La solución pasa por entrenar mejor el juego combinativo», lo secundó su compañero de ataque, Alberto Luque, que casi calcó el discurso del francomarroquí.
Sus quejas concuerdan con lo que reconoció el propio entrenador a este periódico en una entrevista tres días antes del comienzo de la Liga, con el atacante catalán sin incorporar aún: «Ahora estamos centrados básicamente en conceptos de organización defensiva. En el juego combinativo y la transición, no tanto. En el ataque estamos trabajando, pero no con el tiempo que queremos. Dentro de la disponibilidad priorizamos en la parcela defensiva».
A la hora de repartir el trabajo entre sus colaboradores, Antonio Tapia suele delegar en Álvaro Reina para centrarse con los zagueros y medios centro en una parte del campo, y en Dely Valdés para que aporte su experiencia con los extremos, medios punta y delanteros.
Hacer un bloque
Esto es sólo la teoría y, aunque es evidente que un simple partido de entrenamiento sirve para ensayar numerosos aspectos, la obsesión de Tapia a medida que fue reuniendo jugadores este verano se ha centrado siempre en construir un bloque sólido en defensa, una tarea que no se consigue de un día para otro. Simplificando, dentro de su tiempo limitado, el técnico del Málaga prefiere que su equipo se parezca más a lo que es ahora que a la 'alegría' en el juego del Sporting del Gijón, que ha encajado doce goles en tres jornadas de competición, más allá de que sí que ofrezca cierta facilidad realizadora.
Los sacrificados en el Málaga son los hombres de ataque. Ya en el último ensayo de pretemporada, el más serio, en el Sánchez Pizjuán, se advirtió que el Málaga carecía de llegada, lo que se confirmó en el Vicente Calderón y el domingo. La única excepción llegó contra el Athletic, en un choque en el que el equipo estaba obligado a llevar la iniciativa, pero sin oportunidades muy claras ante Iraizoz.
El problema no se puede resumir en unas líneas. Tapia ha asumido las riendas de un proyecto humilde, sin desembolsos para fichar y sin poder ni siquiera completar un grupo con los especialistas deseados en cada puesto o con una pareja de alternativas por demarcación. El resultado es ver a Luque de 'nueve', cuando casi siempre fue un segundo punta o un futbolista escorado a la izquierda; a Baha, como segundo atacante, en un puesto en el que ha rendido bien en el Málaga pero que no parece su mejor ubicación; a Duda en la banda derecha, y a Nacho de lateral.
Comparación
Casi todo ha ido en contra, sobre todo el tiempo. Frente al comienzo fulgurante de hace un año, con siete triunfos seguidos y once fichajes llegados con antelación, este Málaga es el conjunto con más caras nuevas en Primera División -por más que muchos estén de vuelta en La Rosaleda-, doce y, por ende, el que más trabajo de acoplamiento necesita. Pero algunas carencias parecen estructurales. No que los laterales no tengan proyección ofensiva o que el repliegue sea exagerado, y sí que los medios centro -Miguel Ángel, De Barros, Lolo, Pere Martí, Apoño- sean casi todos de un corte muy defensivo y con escaso criterio en el manejo del balón o que haya pocos especialistas para el remate en el juego aéreo, lo que se acaba pagando en las jugadas de estrategia.
Este aspecto, que ha de ser una de las principales facetas ofensivas del Málaga, sigue siendo una de las asignaturas pendientes. Por lo pronto, el domingo Tapia encomendó a Luque el lanzamiento de saques de esquina y faltas laterales, una vez que Duda se había mostrado impreciso en el golpeo de la mayoría. Y no hubo mejora. Y al Málaga se le acaban las oportunidades.
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Fernando, como agua de mayo
Fernando fue un visto y no visto en pretemporada. Salió en la segunda parte del primer partido del Colombino y se retiró de improviso a los nueve minutos con una luxación en un hombro. Y desde entonces hasta el domingo. El malagueño debutó al fin en partido oficial con apenas un cuarto de hora en el campo en el que apenas le dio tiempo a apuntar algo. Sin embargo, su reaparición llega como agua de mayo.
Sus características pueden ser muy productivas para el equipo, totalmente espeso en ataque. No sólo porque es un jugador con gol, sino también por su calidad técnica y visión de juego, que podría aportar más claridad en la parcela ofensiva. Tapia lo quiere cerca de la portería rival, en principio como segundo delantero, aunque está por ver quién será el sacrificado el jueves. Casi nadie duda de que Fernando jugará.
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