El adiós de un caballero
Valcarce se retira del fútbol tras una década en el Málaga y se mantendrá a pie de campo, ahora como el nuevo delegado de la primera plantilla
En el mismo lugar donde Muñiz y Carpintero lloraron en su despedida, Vicente Valcarce (Arrecife, 1974) se despidió con una sonrisa y se presentó en su nuevo cometido con la misma expresión colgada. El que fue lateral izquierdo del Málaga durante una década viene asumiendo desde hace unos días la función de delegado de la plantilla, tarea que le permite no despegarse del olor a la hierba y al Reflex en el vestuario. Canario de nacimiento, malagueño de adopción -de donde son su mujer y sus dos hijos y donde piensa quedarse a vivir en el futuro-, ofreció ayer una rueda de prensa para anunciar oficialmente su retirada, realidad sobradamente conocida desde unos días después de que acabara la última temporada
«Aquí me han tratado como a un hijo y me he sentido como como en casa», dijo Valcarce en compañía del presidente del club Fernando Sanz, que llegó a la entidad meses después que él. «La decisión de dejarlo siempre es difícil para un profesional, pero vi que el mejor momento era éste. Tengo un nivel de exigencia y, aunque me quedaba un año de contrato no quería dejar escapar esta posibilidad», aseveró con sinceridad.
Gusanillo
Mientras pronunciaba estas palabras en la sala de prensa de La Rosaleda la plantilla del Málaga cargaba su equipaje en el autobús para dirigirse a Benahavís. El gusanillo de la pretemporada puede que le tentara ayer más que nunca a Valcarce, pero el ya ex jugador demostró que su decisión no tiene vuelta atrás. «Estoy seguro de que no me arrepentiré», dijo.
Quizá en la línea de esa personalidad mostrada durante tantos años, inmune a cualquier tipo de críticas y optimista por naturaleza, Valcarce no dejó asomar tristeza ni emoción. No afloraron las lágrimas ante una nube de fotógrafos ávidos de captarlas. «No he querido que me acompañara mi familia, porque entonces sí que lloraría, y quería levantarme de aquí con la misma sonrisa» confesó y agradeció durante todo este tiempo lo aprendido junto a entrenadores y jugadores y el trato de directivos empleados, medios de comunicación y aficionados.
«Ahora, cuando ya no eres jugador, es difícil marcarte objetivos, pero espero responder a esta confianza que se me ha dado y que el club esté bien representado en la parte que a mí me toque», mantuvo, y no se fue sin unas palabras de su presidente y ex compañero en el vestuario. «Fue un capitán importante y uno de los jugadores que más partidos estuvo en el Málaga», reconoció Sanz, que se abrazó con el nuevo delegado como emotivo colofón al acto.
No le faltó razón al dirigente de la entidad, ya que el defensa ha jugado nada menos que 244 partidos de Liga como blanquiazul, 184 en Primera y sesenta en Segunda. Valcarce destacó entre toda su trayectoria los dos ascensos, por delante de su gol en el Camp Nou (en el 1-2 que supuso el primer triunfo del Málaga en el 'coliseo' azulgrana) y, como peor momento, la grave lesión de rodilla de 2001: «Marcó un antes y un después para mí. Me sirvió para quedarme. Si no está claro que hubiera salido»
Y es que Valcarce, a pesar de haberse formado como jugador en la cantera del Real Madrid, ha sido casi un jugador de club, de esos que cada vez se estilan menos. «No conozco otro club, Aquí he vivido la etapa más bonita de mi vida y he madurado como persona», dijo.
Fuente: SUR.es