Entre cedidos, posibles traspasos, incógnitas y los que acaban pueden verse afectados 19 jugadores Sus limitaciones económicas y las dudas sobre si competirá en Europa obligan a ser precavidos
El Málaga se garantizó la permanencia el domingo, exactamente a 99 días del final del campeonato, con más de tres meses de antelación. Asegurar la continuidad en Primera División era la gran prioridad para los responsables del club, que no desean pasar por la situación vivida el último verano. Aun así, sólo se considera «una ventaja relativa» por diversas circunstancias que pueden condicionar la planificación.
Ocurría hace más de un lustro y vuelve a repetirse ahora. La permanencia no siempre implica un adelanto respecto a los otros conjuntos de la máxima categoría. El Málaga trabaja en varios frentes para ampliar su plantilla -SUR adelantaba ayer el ofrecimiento de un contrato de larga duración (cuatro o cinco años) al guardameta del Deportivo Fabricio-, pero también tiene asumido que forzosamente deberá esperar condicionado por diferentes cuestiones.
A día de hoy parece cantado que el Málaga continúa abonado, como es tradicional, a una reestructuración de su plantilla. Es más, puede darse el caso curioso de que sólo permanezca un jugador del grupo que salvó la categoría hace dos años y superó el difícil trance del proceso concursal, el guardameta Arnau.
Cuatro casos
De los otros cuatro casos parece muy complicado asegurar que vayan a continuar la próxima temporada. De un lado, Salva no parece entrar en los planes de futuro. Al mismo tiempo, la salida de Jesús Gámez es la única contemplada por un traspaso -al margen de la peculiaridad de la situación de Eliseu-, aunque el Málaga no rebajará un euro de la cláusula fijada en el contrato del lateral derecho fuengiroleño. Para concluir, las renovaciones de Goitia y Calleja se encuentran en punto muerto, por no hablar de un callejón sin salida.
Las ofertas realizadas por el Málaga a Goitia y Calleja contemplan cantidades inferiores a lo que perciben en la actualidad. En ambos casos sus fichas para esta temporada obedecen a cláusulas que cumplieron gracias a su rendimiento cuando el Málaga tuvo la opción de revisar con anterioridad los contratos. Ni el guardameta ni el ahora lateral izquierdo parecen dispuestos a rebajar sus emolumentos, porque se han revalorizado en el mercado y disponen de otras ofertas. La prioridad para ellos es continuar en el cuadro blanquiazul, pero consideran que no a cualquier precio. Mientras, el club esgrime que acceder a estas pretensiones puede suponer una hipoteca para los próximos años.
Cedidos
Otro de los factores que condicionan la planificación del Málaga es la proliferación de cedidos en el equipo. Se da por hecha la imposibilidad de contar con Adrián, aunque al mismo tiempo sí entran en los planes Duda y Luque (los casos más difíciles por sus clubes de origen y también por su alta ficha, aunque con ambos puede existir acuerdo dada su disposición) y también Lolo, Nacho y De Barros. Respecto a Adriano, es una incógnita. Apenas ha tenido minutos y habrá que aguardar futuras actuaciones -si se producen- para evaluar la conveniencia de su continuidad.
A todo ello hay que añadir otros jugadores cuya presencia en la plantilla no está clara la próxima campaña. Las lesiones han lastrado a Rossato, que termina contrato y parece tener escasas posibilidades. También es el caso de Cheli, aunque es segura su salida, porque ya pudo producirse en el mercado de diciembre al Córdoba. Asimismo, se mantiene la interrogante sobre otros futbolistas de la plantilla. José Juan Luque apenas ha dispuesto de oportunidades y no le faltarán equipos en Segunda División. El centrocampista Pere Martí no termina de contar con el ritmo deseado después de su grave lesión de rodilla, al margen por supuesto de que la enorme competencia en su posición lo mantiene relegado al ostracismo. Igualmente, está por ver la postura de Fernando, que llegó como refuerzo de campanillas y nunca ha tenido la confianza del entrenador, Antonio Tapia. Ni siquiera en momentos en que su salida parecía muy factible, como ocurrió tras la expulsión de Lolo y el correcalles frente al Recreativo.
Pero los obstáculos que encuentra el Málaga en su planificación no sólo se ciñen a la actual estructura de la plantilla. Como se puede apreciar, independientemente de que otros futbolistas puedan ser apetecibles para otros clubes -mención especial para Apoño y Baha-, están afectados diecisiete de los veinticinco jugadores. Sólo parecen tener plaza fija Arnau, Manolo (ya renovado), Hélder Rosário Weligton, Cuadrado y Miguel Ángel. A ellos conviene sumar los cedidos, los centrales Silva y Alcalá, y el medio punta Popo.
Margen de maniobra
El Málaga parte en clara desventaja respecto a la mayoría de sus adversarios. Se ha labrado una bien ganada fama de buen pagador, pero el desembolso obligado de casi tres millones anuales durante un lustro para hacer frente al convenio de acreedores limita su margen de maniobra. En cambio, los otros clubes prefieren mantener una política de riesgo permanente con fichas desorbitadas en muchos casos y a la espera de ayudas extradeportivas que permitan sanear su economía para no aferrarse a un proceso concursal.
Esa «ventaja relativa» a la que aluden los dirigentes del Málaga obedece a que es importante conocer en los próximos dos meses qué jugadores permanecerán y, al mismo tiempo, cuál es la posición final. Competir en Europa o acabar séptimo u octavo obligaría a configurar una plantilla con más recursos para satisfacer las expectativas. De ahí que a estas alturas, pese a tener la continuidad garantizada en Primera, sea un riesgo enorme agilizar cualquiera de las gestiones que están en marcha. Urge no precipitarse.
Eso sí, los propios dirigentes sí saben que la óptima situación del Málaga es en parte una ventaja. El club tiene la posibilidad -de la que disponen la mayoría de los equipos de su nivel- de apretarles las tuercas a los futbolistas que acaban contrato. Frente a posibles competidores tiene el argumento de peso de que la próxima temporada competirá en Primera y, lógicamente, puede fijar los plazos que más le convengan para presionar al jugador en cuestión. Aun así, en el club tienen una máxima: no mover ficha en las posiciones que requieran previamente la salida de un futbolista. De ahí que la planificación no pueda adelantarse pese a la permanencia. La ventaja sólo es relativa.
http://malagacf.sur.es/noticias/2009-03-11/malaga-considera-salvarse-pronto-20090311.html