Objetivo El Málaga deja de hablar de la permanencia, que se da por hecha, para dedicarse en Getafe a la pelea por la UEFA antes del 'Tourmalet' Cambio Tapia, sin Lolo ni Luque, ha de reestructurar el once
Las aspiraciones europeas del Málaga ya han quedado perfectamente definidas. Después de que el Athletic frustrara el sueño de habilitar la séptima plaza como tercer puesto UEFA, la empresa se complica un poco más. Pelear con Valencia, Atlético de Madrid, Villarreal y Deportivo es ahora la guerra blanquiazul. Pero antes queda la batalla de Getafe. Sin éxito en ella cualquier cábala futura parecerá difícil.
Aunque el cuadro de Tapia tiene que certificar primero matemáticamente la salvación, ya nadie habla de la permanencia, algo que se da por hecho porque la tragedia tan grande que tendría que ocurrir para que no fuera así sería algo absolutamente inédito en el fútbol español. Con el Tourmalet a la vuelta de la esquina, se hace inevitable pensar en que esos próximos cuatro choques confirmarán o descartarán al Málaga como aspirante a Europa, pero Tapia intenta hacer todo lo posible por apartar a los suyos de unos cuentos de la lechera que pueden llevar a los blanquiazules a hincar el pico en el Coliseum Alfonso Pérez.
No bajan las aguas tranquilas por Getafe, y eso siempre se acoge con incertidumbre por el doble filo que representa. El conjunto azulón tan pronto puede pagar su rabia con el Málaga como maldecir su peor momento clasificatorio porque se enfrenta a uno de los equipos más en forma de la Liga.
Entre los blanquiazules sigue reinando la calma a pesar de la derrota ante el Recreativo. Más que la derrota, lo más preocupante fue el reguero de bajas que salió del choque. Albert Luque se fue con un esguince en su tobillo izquierdo que le ha impedido ingresar en la lista. Por su parte, Lolo aún no se cree que Rubinos Pérez le expulsara por un codazo sin voluntariedad, ya que le dejará por dos semanas consecutivas sin titularidad -la semana siguiente no se podrá enfrentar al Sevilla por culpa por una cláusula en su contrato de cesión-y eso es justo lo que le costó salir del once cuando tenía plaza fija en la primera vuelta. Quiere decir que Tapia ha estado toda la semana buscando un nuevo socio para Apoño: Pablo Barros, eterno suplente, o Miguel Ángel, que sumaba tres semanas sin ir convocado. El catalán parece partir con la ventaja de que el técnico lo conoce a la perfección y sabe que siempre cumple bajo cualquier circunstancia. Ante un Casquero que esta semana ha arengado públicamente a los suyos en busca de la reacción, no se atisba una lucha fácil en la medular. En la vanguardia, Salva aparece como acompañante de Baha.
En cualquier caso, el Málaga sigue dando una imagen fiable a domicilio, donde últimamente está logrando los puntos que le permiten dar el salto de calidad y mantener esa media inglesa para vivir en la zona noble. El listón sigue en manos de los blanquiazules. Que no se desprenda antes de tiempo sobre el sueño de grandeza que vive pasa ineludiblemente por no perder el segundo partido seguido.
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