De los trece mil pisos que se preveían vender apenas han salido 200, según los promotores, por la falta de apoyo de las entidades financieras
Fracaso absoluto. Y con mayúsculas. El plan anunciado a bombo y platillo por la Junta para dar salida al abultado 'stock' de viviendas ha acabado siendo un fiasco -según critican tanto los promotores como el propio gobierno andaluz- por culpa de la poca colaboración ofrecida por las entidades financieras, «que han actuado como cuello de botella». La iniciativa, que despertó el pasado año gran expectación entre los empresarios del ladrillo, que veían en ella una válvula de escape, no ha dado pues los frutos esperados en la provincia, donde inicialmente se calculaba que podría impulsar la comercialización de hasta 13.000 inmuebles. La realidad, sin embargo, ha sido mucho mas cruda: «Apenas hemos conseguido dar salida a 200 pisos», explica el presidente de la Asociación de Constructores y Promotores, Pepe Prado, sin ocultar su decepción por los malos resultados cosechados.
La bautizada como Medida de Impulso y Acceso a la Vivienda se puso en marcha a mitad de enero de 2010 con unas atractivas reglas de juego fruto de un acuerdo a tres bandas entre la administración autonómica, los promotores y los bancos. Cada una de las patas de este trípode asumía así unas obligaciones: la Junta se comprometía a dar un préstamo de entre 9.000 y 15.000 euros al comprador para evitarle el desembolso de la entrada (lo que suponía un ahorro medio del 40% en la hipoteca durante los ocho primeros años), mientras que el promotor debía ofrecer los inmuebles -recogidos en el portal www.tuviviendaenandalucia.es- a precio de hipoteca con un coste máximo de 245.000 euros, lo que se traducía en una rebaja mínima del 20%.
Hasta aquí, como resaltan las partes, el plan se ha cumplido. El escollo se genera con el tercer pilar del programa (las entidades), cuyo papel era vital para que el programa pudiera funcionar. A tenor de lo pactado, la treintena de bancos y cajas que habían mostrado su apoyo explícito a la iniciativa tenían que facilitar el acceso a la financiación otorgando préstamos por el 100% del valor de la hipoteca, sin cobrar entrada (solo el IVA) y ofertando hasta tres años de carencia, lo que suponía aliviar la cuota a la mitad esos primeros años.
La teoría era prometedora. Pero la práctica ha sido bien distinta. De hecho, de los mil millones reservados a esta medida, la Junta solo ha tenido que invertir finalmente veinte. «El plan estaba bien diseñado pero el estrangulamiento de las entidades ha impedido que funcione», reconoce el delegado provincial de Obras Públicas y Vivienda, Enrique Benítez, quien achaca la postura de los bancos a la coyuntura económica. «Los bancos se han visto sometidos a unos controles de solvencia exigentes que les han obligado a frenar el crédito para reducir el riesgo inmobiliario, lo que ha cerrado las puertas a nuevas operaciones». «Y si el crédito el programa se queda cojo», añade.
El grifo, totalmente cerrado
La coordinadora en Andalucía de la Asociación de usuarios de bancos, cajas y seguros (Adicae), Carmen Gutiérrez, denuncia al respecto que las entidades hayan cerrado el grifo y que solo estén autorizando las operaciones de las viviendas que tienen embargadas, ante lo que exige la intervención de las administraciones. «Lo que no es de recibo es que se les haya ayudado dándoles liquidez y las familias sigan sin poder acceder a una hipoteca. El plan de la Junta no ha cuajado porque las promesas van por un lado y la realidad del mercado por otra», denuncia.
Los promotores explican que, más allá de los cálculos de la Junta, su esperanza consistía en vender en torno a un millar de pisos. «Fuimos con mucha ilusión pero no ha podido ser no por falta de ganas nuestra ni por cumplimiento por parte de la Junta, los bancos son los que no han respetado lo firmado», destacó al tiempo que recordó que mientras no se libere el 'stock', no podrán volver a edificar, con lo que la rueda no se reactivará», advierte Prado.
En la misma línea se expresa el director de la Cátedra Inmobiliaria del Instituto de Práctica Empresarial, José Antonio Pérez, quien pone sobre la mesa la necesidad de vender los pisos construidos para que vuelva «a arrancar la maquinaria». «Para ello es imprescindible que se haga un estudio serio, se clasifique ese 'stock' y se haga un plan a la medida de cada producto, «ya que cada uno debe tener su propia estrategia», plantea.