El debut de Juanmi y mi charla con Julen Guerrero
| Actualizado 12.02.2011 - 05:02
YA les conté en el partido de ida el día que conocí a Juanito y cómo disfruté con él en las gradas viendo un hat-trick de Orozco. Y como nuestra historia con el Getafe se limita a cuatro partidos en la era antigua y otros cuatro en la moderna, aprovecho un hecho puntual de uno de nuestros encuentros más recientes para reflexionar. Hablo de Juanmi, quien el año pasado, en la vuelta de los octavos de final de la Copa, fue la grata noticia de una noche catastrófica: perdimos por 5-1 y caímos eliminados, pero el de Coín se convirtió entonces en el goleador más joven en una competición oficial española.
No es normal la situación que vive actualmente, pero lo que le ocurre a ese chaval es que empezó demasiado joven. Debíamos haber esperado un poco para que subiera. Lo que ocurre es que, si el Málaga se gasta un dineral en sus delanteros, como Rondón, Sebastián Fernández o Julio Baptista, entonces él se queda sin sitio.
Fue algo parecido a lo que le ocurrió a Popo, que debutó ante el Almería y ahora el pobre anda por ahí intentando hacer todo lo que puede. No es fácil debutar a tan temprana edad.
Hubo a quien le pasó eso pero con final feliz. No hablo de un malaguista, sino de Julen Guerrero. Cosas de la vida, vino a La Rosaleda a ver un encuentro, justamente contra el Getafe, a mi lado. Como uno de los asientos de uno de mis sobrinos estaba sin cubrir, me llamó Federico Beltrán y me preguntó si se podía sentar a mi lado.
Durante el partido me contó que venía a ver unos terrenos para ver si montaba una escuela de fútbol. Yo le conté muchas cosas del Athletic y él se sorprendió de todo lo que sabía. Le hablé de mi amigo Garay o de Uriarte y le impresionó. ¡Hasta le dije por qué no había ido al Madrid! Y él se ría. Me consta que sus padres no querían que fuera al Madrid, el Athletic le subió el sueldo y se quedó. Qué chico más educado. Me dijo que había estudiado periodismo y que se iba a sacar el título de entrenador. Nunca más volví a hablar con él ni supe nada más, aunque espero que le vaya bien.