PEDRO LUIS GÓMEZ | .-
Perder ante el Zaragoza ha sido un traspié muy grave, lo mismo que la situación en la que se queda el equipo en la tabla. Ahora ya está encendida la luz de máxima alerta, y, lo que es peor, no se vislumbran soluciones incluso con los fichajes, a priori muy buenos todos, que se han realizado en invierno.
¿Y cuál es la solución? No lo sé, pero creo que Pellegrini tampoco. La absurda historieta de solicitar la cautelar para Welligton para que no juegue después, por lo que no le cuenta el partido, y alinear a un cada vez más nervioso Mtiliga con dos centrales, Stadsgaard y Rosário, que ni se entendieron ni supieron sacar el balón ni una sola vez, demuestra que el chileno no le ha cogido la onda aún a un equipo que está en el alambre de la Segunda División. Como el Málaga no reaccione, el futuro puede ser mucho peor de lo que nos imaginamos. La sensación que dio el equipo ayer es que carece de recursos, que está muy nervioso y que no encuentra el equilibrio necesario con una defensa que sigue siendo un coladero desde la primera jornada.
Lo peor que le puede pasar a un equipo de fútbol cuando pierde ante un rival en teoría inferior como el Zaragoza es que no pueda tener como argumento ni la excusa del árbitro. Nos estamos hundiendo, como el Titanic, y lo estamos haciendo con un barco de lujo, lo que no deja de ser un verdadero contrasentido. No es que se vaya a pique un hidropedal, no; se va un pedazo de yate con marineros perfectamente uniformados. Miren que critiqué a Muñiz, pues no me digan que lo vamos a tener que echar de menos...