JOSÉ CRIADO Miro al Málaga y no veo a un equipo triste y gris que pide disculpas por ser el colista de la categoría. Miro la cara de sus jugadores y no escucho reproches ni lamentaciones. Miro a Manuel Pellegrini y me transmite tranquilidad y sosiego para salir del bache. Puede ser que el técnico chileno haya llegado en el momento oportuno para revertir esta delicada situación. Quiero confiar en ello y tengo motivos para creerlo.
Tienen razón los que afirman que el fútbol es, en gran medida, un estado de ánimo. Este equipo no está muerto. La llegada del chileno ha abierto la puerta de la liberación malaguista y la plantilla vuelve a ser alegre. No sé si feliz, porque eso lo dirá el tiempo y los resultados, pero vuelven a sonreír.
Ahora, bajo el paraguas de la ilusión que se ha levantado en el malaguismo, la plantilla afronta dos partidos en casa. El primero de Copa del Rey, donde hay mucho que ganar y poco que perder. Si se vence, puede ser la primera piedra en la escalada ansiada. Un golpe de moral que sumaría intangibles en la nueva oleada optimista. Si se pierde, puede entrar dentro de los planes. Pellegrini es humano y no hace milagros en cinco días.
Ante el Levante sí es algo más que un simple partido. Es un rival directo por la permanencia y toda Málaga estará pendiente del ´efecto Pellegrini´. Me imagino un Málaga dándole la bienvenida al nuevo entrenador con una victoria y rompiendo el maleficio de La Rosaleda. Ya es hora de cerrar algunas heridas que no paran de sangrar. Y como diría el denostado Joan Laporta: «Al loro, que no estamos tan mal».
http://www.laopiniondemalaga.es/malagacf/2010/11/09/efecto-pellegrini/379890.html
Tienen razón los que afirman que el fútbol es, en gran medida, un estado de ánimo. Este equipo no está muerto. La llegada del chileno ha abierto la puerta de la liberación malaguista y la plantilla vuelve a ser alegre. No sé si feliz, porque eso lo dirá el tiempo y los resultados, pero vuelven a sonreír.
Ahora, bajo el paraguas de la ilusión que se ha levantado en el malaguismo, la plantilla afronta dos partidos en casa. El primero de Copa del Rey, donde hay mucho que ganar y poco que perder. Si se vence, puede ser la primera piedra en la escalada ansiada. Un golpe de moral que sumaría intangibles en la nueva oleada optimista. Si se pierde, puede entrar dentro de los planes. Pellegrini es humano y no hace milagros en cinco días.
Ante el Levante sí es algo más que un simple partido. Es un rival directo por la permanencia y toda Málaga estará pendiente del ´efecto Pellegrini´. Me imagino un Málaga dándole la bienvenida al nuevo entrenador con una victoria y rompiendo el maleficio de La Rosaleda. Ya es hora de cerrar algunas heridas que no paran de sangrar. Y como diría el denostado Joan Laporta: «Al loro, que no estamos tan mal».
http://www.laopiniondemalaga.es/malagacf/2010/11/09/efecto-pellegrini/379890.html