Tras una sobresaliente temporada y un buen comienzo de la presente, parece gafado desde el 1-4 contra el Barcelona
Weligton corre el riesgo de que los males defensivos se centren en su persona. Por su sucesión de fallos en los últimos tiempos parece el más indicado. Sería injusto, pues su pasada campaña fue espléndida en su conjunto, hasta el punto de ser unánimemente reconocido como el más rentable de los once fichajes, lo que le valió ganarse una renovación y un nuevo contrato. más suculento.
Ni siquiera pagó en exceso en el arranque de la Liga su adaptación a la nueva categoría, si se exceptúa el penalti innecesario a Heitinga en el Calderón (el 3-0 en la primera jornada). Notable contra el Valencia e imperial frente al Valladolid, Recreativo, Getafe y Sevilla, parece habérsele cruzado un gato negro desde entonces.
Balance
Su racha de errores, hasta nueve de consideración, que han generado una expulsión suya, dos penaltis y ocho goles encajados, se ha sucedido en apenas un mes, desde el 1-4 del Barcelona allá por el 1 de noviembre. Y eso que Weligton no jugó contra el Villarreal, ya que tuvo que cumplir en la Liga la sanción por la tarjeta roja que vio en Mallorca en la Copa. De esta forma, han sido nueve errores puntuales en apenas seis partidos.
Las razones de la 'cuaresma' de Weligton no se pueden explicar por un mal estado físico o por una cuestión de exceso de confianza. Quizás el brasileño sea el primer perjudicado de la falta de contundencia defensiva de todo el equipo en los últimos partidos, de forma que se ve más expuesto en todo lo que sucede en el área, donde apenas hay margen de rectificación, y lo mismo sucede en el caso del portero.
El cuerpo técnico no lo achaca al cambio de acompañante, pues defiende que Cuadrado se puede acoplar incluso mejor a las características del paulista. El próximo domingo (17.00 horas, PPV), frente al Numancia, no podrá jugar el salmantino, que será castigado con un partido de suspensión por ver la quinta amarilla en Riazor. De alguna forma el brasileño sale favorecido. No necesariamente por el regreso al once de Hélder Rosário. Lo importante es que evita que se hable de su posible suplencia como un castigo a sus últimas actuaciones.
diariosur.com
Weligton corre el riesgo de que los males defensivos se centren en su persona. Por su sucesión de fallos en los últimos tiempos parece el más indicado. Sería injusto, pues su pasada campaña fue espléndida en su conjunto, hasta el punto de ser unánimemente reconocido como el más rentable de los once fichajes, lo que le valió ganarse una renovación y un nuevo contrato. más suculento.
Ni siquiera pagó en exceso en el arranque de la Liga su adaptación a la nueva categoría, si se exceptúa el penalti innecesario a Heitinga en el Calderón (el 3-0 en la primera jornada). Notable contra el Valencia e imperial frente al Valladolid, Recreativo, Getafe y Sevilla, parece habérsele cruzado un gato negro desde entonces.
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Su racha de errores, hasta nueve de consideración, que han generado una expulsión suya, dos penaltis y ocho goles encajados, se ha sucedido en apenas un mes, desde el 1-4 del Barcelona allá por el 1 de noviembre. Y eso que Weligton no jugó contra el Villarreal, ya que tuvo que cumplir en la Liga la sanción por la tarjeta roja que vio en Mallorca en la Copa. De esta forma, han sido nueve errores puntuales en apenas seis partidos.
Las razones de la 'cuaresma' de Weligton no se pueden explicar por un mal estado físico o por una cuestión de exceso de confianza. Quizás el brasileño sea el primer perjudicado de la falta de contundencia defensiva de todo el equipo en los últimos partidos, de forma que se ve más expuesto en todo lo que sucede en el área, donde apenas hay margen de rectificación, y lo mismo sucede en el caso del portero.
El cuerpo técnico no lo achaca al cambio de acompañante, pues defiende que Cuadrado se puede acoplar incluso mejor a las características del paulista. El próximo domingo (17.00 horas, PPV), frente al Numancia, no podrá jugar el salmantino, que será castigado con un partido de suspensión por ver la quinta amarilla en Riazor. De alguna forma el brasileño sale favorecido. No necesariamente por el regreso al once de Hélder Rosário. Lo importante es que evita que se hable de su posible suplencia como un castigo a sus últimas actuaciones.
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