Ayer se cumplieron cien días desde el anuncio oficial de su fichaje El portugués se afana en el Málaga por profesionalizar el club, potenciar la imagen de marca e implantar el modelo de los mejores equipos europeos
Cien días después del anuncio oficial como nuevo entrenador del Málaga en sustitución de Juan Ramón Muñiz (el 17 de junio), el código de Jesualdo Ferreira ya es una realidad. «Es un desafío transformar al equipo en uno de los 'grandes'», recalcó sin tapujos en su exposición inicial durante la masiva presentación oficial en la sala de prensa de La Rosaleda, doce jornadas más tarde. Paso a paso, en poco más de tres meses, ya se atisban cambios muy evidentes en torno a la plantilla, aunque todavía el portugués no está asentado. Apenas conoce Málaga, sólo el trayecto entre su domicilio en Benalmádena y los recintos de trabajo, el estadio La Rosaleda y el Ciudad de Málaga.
El 3 de junio Jesualdo Ferreira ya estaba en Marbella, ya trabajaba para el Málaga. Durante dos semanas planificó en la sombra (en dos hoteles de la localidad costasoleña) todas las cuestiones relativas al club. En las negociaciones con el máximo ejecutivo del grupo NAS (perteneciente al jeque Abdullah Al-Thani), Abdullah Ghubn, dejó muy claras sus prioridades. Profesionalizar el club, potenciar la imagen de marca e implantar el modelo de los mejores conjuntos europeos son los pilares básicos del entrenador portugués. Y para ello requería la plena colaboración -sobre todo, económica- de los nuevos propietarios
La imagen de la marca eleva el valor del club
Desde el mismo día en que fue presentado en la antigua sala de prensa de La Rosaleda, Ferreira insistió en un término: identidad. Habló reiteradamente de que el Málaga debía tener una propia, independientemente de los cambios en el futuro en la estructura técnica y en la plantilla. «He estado en grandes clubes y con grandes jugadores, y lo que define a un equipo es la cultura y la identidad», declaró. El luso es un tipo ambicioso y sabe que el club debe estar a la altura de la exigencia del grupo NAS y, por supuesto, de su propietario. Por ello, siempre pone como ejemplos a los más grandes del fútbol continental (Real Madrid, Barcelona, Manchester, Chelsea, Milan.). Son los espejos adecuados para proceder a una transformación paulatina, pero absoluta. Ghubn y Ferreira coincidieron desde el primer momento que se vieron cara a cara en que la imagen de la marca eleva el valor de la sociedad.
«Si no nos entrenamos bien, no jugamos bien»
Lo primero que hizo Ferreira fue recabar información sobre los lugares de entrenamiento y otras alternativas. «Todos sabemos que las condiciones para trabajar no son las mejores», explicó en su presentación, antes de soltar otro de sus lemas. «Si no nos entrenamos bien, no jugamos bien», sentenció. Como era de esperar, Ghubn también coincidió en las observaciones del entrenador: el Anexo era inservible, el césped de La Rosaleda necesitaba un cambio y solo debe ser utilizado en momentos puntuales, y el recinto del estadio de atletismo Ciudad de Málaga era idóneo, pero también urgía ser levantado. «Una de las cosas más importantes que hablamos era que con esas infraestructuras era imposible a corto y medio plazo tener un buen equipo para competir. Era algo clave cara a la idea de expansión de la entidad», confesó en la entrevista con SUR el pasado 22 de agosto. Y así se puso en marcha un amplio operativo para mejorar las dos últimas instalaciones. La diferencia en tan corto periodo es espectacular. «Tenemos que quitarnos el sombrero con lo que se ha hecho en mes y medio», manifestó entonces.
Cuantos más técnicos, mejor será el rendimiento
Ferreira no sólo es el entrenador, sino también el 'manager' general. Aunque quizá no sea un dato conocido, el portugués pidió la permanencia de todo el equipo técnico de Juan Ramón Muñiz (incluido Julio César Dely Valdés, que concluía contrato) después de estar al corriente de sus virtudes. Su grupo de trabajo recabó informes sobre ellos fuera de Málaga, en otros clubes. Considera que cuanta más gente esté pendiente de los jugadores, mejor será el rendimiento a diario y en los encuentros. Se rodeó de un segundo entrenador que bien podría ser primero en cualquier otro club (José Gomes), de un profesional experimentado y capacitado para hablar de tú a tú al futbolista (el ex portero Nuno) y de un 'devorapartidos', un estudioso de jugadores y equipos de toda Europa (Rui Silva, la versión portuguesa de Álvaro Reina). El técnico está encima de todos los aspectos tácticos. Prepara, dirige y corrige. Lo que no quita que, igual que Muñiz (con Juande) o Dely y Reina (con Tapia o el propio Muñiz), Gomes tome las riendas en un momento determinado para un trabajo específico.
Rigidez en los horarios o la vestimenta
El buen ambiente no implica 'colegueo'. «El míster lo controla todo, no impone nada», destaca un importante jugador de la plantilla. La imagen que transmita el grupo dentro y fuera del terreno de juego es la imagen del Málaga. De su marca. Por esa razón, la rigidez en las normas -una de las máximas de su antecesor- incluye no ya los horarios para los entrenamientos o las comidas. También el vestuario o la forma de comportarse en los viajes. El divismo de algunos hombres, esa condición de indiscutibles ganada a pulso (por su importancia en el grupo o por la falta de recambios de garantías), ha quedado en el olvido. Se han puesto las pilas los futbolistas que llegaban con sobrepeso, los que se dejaban llevar en verano con práctica de deportes no indicados, los que tardaban más de la cuenta en coger la forma o los que se creían imprescindibles. Para el recuerdo queda la frase pronunciada durante su presentación: «Estamos aquí para jugar, para competir y para ganar, no para divertirnos o estar de fiesta». Polémicas como la protagonizada por Apoño al ser sustituido ante el Sevilla -sobre todo, por los aspavientos tan visibles desde la grada- quedan cortadas de raíz. Esto no excluye que exista un diálogo fluido entre el cuerpo técnico y los jugadores para aclarar cualquier cuestión por nimia que sea. Ferreira no distingue en este aspecto entre los profesionales y los jóvenes del filial. A estos, incluso, los mima con especial atención: Juanmi, Portillo o Edu Ramos.
Almuerzo en grupo tras la sesión matinal
Durante toda la pretemporada e incluso ya con la Liga iniciada se ha mantenido como norma que los jugadores almuercen juntos después del entrenamiento matinal, independientemente de que por la tarde haya sesión preparatoria o no (en el primer caso pueden marcharse a sus domicilio para descansar unas horas). Con esta medida se busca, además, un control exhaustivo en esta parcela (supervisado por el jefe de los servicios médicos, Juan Carlos Perez Frías, y el dietista, Paco Jaime).
Los viajes forman parte de los encuentros
Días atrás, en el programa 'Informe Robinson' de Canal Plus, José Mourinho justificaba sus polémicas comparecencias ante los medios de comunicación. «Para mí las ruedas de prensa antes y después de cada partido pertenecen al partido», recalcó. Ferreira traslada esa teoría a los viajes. La concentración arranca desde el mismo momento de la llegada en autocar al aeropuerto de Málaga. Los periodistas pueden viajar con el equipo, pero el técnico no quiere corrillos con los jugadores ni entrevistas -para ello están las citas a diario y la posterior al encuentro en la zona mixta- y no se alojan en el mismo hotel, aunque sí pueden acceder a él si lo desean. La seguridad en torno al equipo también es vital para el portugués y por ese motivo viajan el coordinador en esta parcela, Eugenio Lorente, y Carlos López. Asimismo, le agrada compartir comida e impresiones con los consejeros consultivos, Francisco Martín Aguilar y José Carlos Pérez, con los que conectó desde el primer día.
El trabajo es privado, es clave tener tranquilidad
Quizá el restringido acceso de la prensa a los entrenamientos ha sido el principal motivo de discordia hasta el momento, pero en este sentido Ferreira lo tiene muy claro: los jugadores deben contar con la máxima tranquilidad para que ofrezcan un mejor rendimiento en las sesiones de trabajo y en los partidos. «Todo lo que se hace es para mejorar las condiciones de rendimiento en toda la estructura», indicó durante la entrevista con SUR el día de la presentación oficial del equipo en el Torneo Costa del Sol. Pero el entrenador siempre distingue en esta cuestión entre lo público y lo privado. Desde el primer momento le transmitió al jefe de prensa, Víctor Varela, otra de sus máximas: «No hay que ocultar nada». Todo lo que trascienda a lo público (por ejemplo, el referido cambio de Apoño) puede ser motivo de debate y contará con su valoración. Va siempre al grano, sin rodeos. Así se explica que el lunes, en el programa 'Juego limpio Málaga' de Punto Radio Málaga (93.4 FM), adelantara el mensaje que iba a trasladarle al centrocampista y a sus compañeros: «Si no quieres salir, tal vez es que nunca debas entrar». El luso considera que el trabajo en grupo, las correcciones, los ensayos tácticos y las posibles controversias forman parte del ámbito privado. No le importa que trasciendan -le da igual que casi todo el estadio de atletismo no esté tapiado-, pero prefiere que impere la tranquilidad a la hora de la tarea.
Deben ser jornadas festivas y en La Rosaleda
Precisamente el punto anterior va conectado con la afición. Los seguidores también tendrán acceso a determinados entrenamientos. Considera que contar con las puertas abiertas todos los días resta valor a la importancia de las sesiones de trabajo, porque se convierte en una rutina para el aficionado, y no en una demanda, en un deseo. Quiere que cuando eso ocurra sea una jornada festiva para todos los simpatizantes del equipo. Al margen queda que estas situaciones deben producirse siempre en La Rosaleda, en 'la casa del Málaga', y no en el estadio de atletismo.
No quiere distracciones y él pone el listón
Al hilo de esa tranquilidad que busca el técnico para los jugadores, no quiere distracciones que vayan más allá de centrarse en el trabajo y en la preparación y disputa de los encuentros. Ni siquiera el capítulo económico. Él es el interlocutor ante los órganos de dirección (la empresa) en cuanto a quejas, peticiones o exigencias. Y en este sentido negocia personalmente las primas para todo el grupo en lugar de los capitanes o portavoces de la plantilla. Porque él es el que quiere poner el listón muy alto tanto al club como a los jugadores para la consecución de los objetivos.
http://malagacf.diariosur.es/noticias/2010-09-26/codigo-ferreira-20100926.html