«No esperaba ver ante el Sevilla el Málaga que tan brillante se manifestó en La Romareda, y no me equivoqué. El problema de los equipos es hoy en día saber crear espacios. Y aprovecharlos. En Zaragoza nos lo regalaron y sacamos óptimo partido. Sí esperaba ante el Sevilla un Málaga mejor que frente al Valencia. En el primer tiempo creí que iba a acertar, pero en el segundo vi que me equivoqué. Porque tras el descanso, Palop, que permitió que los visitantes pasaran a los vestuarios con ventaja con dos paradones espléndidos, en la segunda parte pudo haberse quedado en la caseta. En la primera parte el Málaga llegó. Menos que el Sevilla, pero cuando llegó, lo hizo con posibilidades. Perotti y Alfaro llevaron por la calle de la amargura a los laterales, y por ahí llegó la superioridad visitante. Nos hicieron dos goles de cabeza, como en muchas ocasiones el año pasado; nos rompieron el centro del campo, como el año pasado. Y nos hicieron goles incomprensibles, como el año pasado. Hasta el momento, lo único que ha cambiado es el propietario, pero seguimos esperando, incluso confiados, que con trabajo y paciencia y algún retoque en la zona creativa el tiempo nos permita ver algún cambio más».