Feliz en mitad de la tabla con 15 puntos, el Málaga todavía no se ha visto cerca del abismo como para mirar hacia otro lado. Pero ahora que todo está tranquilo, un rápido vistazo permite advertir que los árbitros no le están ayudando demasiado en su carrera para la permanencia. Lo del último mes es para pensárselo, porque hasta cinco puntos (al menos) le han volado al Málaga por las decisiones arbitrales. Es tan oportunista hacer un cálculo exacto de puntos como no recordar esos errores puntuales que han sufrido los chicos de Tapia. Pero los errores son palpables.
En Madrid, además de la mala cabeza del Málaga, que se dejó remontar hasta tres veces, los blanquiazules se vieron perjudicados por Iturralde en el controvertido penalti de Weligton (pudo tocar con la mano fuera del área), el inexistente sobre Higuaín y, en el área del Madrid, por un agarrón de Heinze a Weligton que quedó impune. El Málaga perdió 4-3 y a la semana siguiente su afición recibió con miles de prendas negras a Rubinos. No se dio por enterado. Se tragó una mano clarísima en el área de Villarreal después de un disparo de Eliseu, un posible agarrón a Baha y dio por válida la posición de Llorente en el 1-2 después del pase de Pires.
En Mallorca, los jugadores se quejaron de un agarrón flagrante sobre Eliseu en la última jugada del partido. Luque no se cortó: "Pérez Burrull es el peor árbitro que hay". Pero el penalti fue al limbo. Y el Málaga añora cinco puntos.
La política oficial del club es silencio respetuoso
El Málaga, y su presidente en primera persona, evitan opinar sobre los arbitrajes. Una política que les honra y que es muy valorada por la Federación Española de Fútbol y también por el Comité de Árbitros. Fernando Sanz coincidió ayer con Victoriano Sánchez Arminio y tuvo la oportunidad de departir con él durante la Asamblea General que reeligió presidente de la FEF a Ángel María Villar. El Málaga cree que es necesario no hacer ruido para no enrarecer más el ambiente del fútbol español y por eso su línea se mantendrá prudente. Pero, por supuesto, su asiento en la directiva en la Federación le permite tener acceso directo a los poderes para pedir respeto a uno de los clubes que mejor trato dispensa a los árbitros.
as.com
En Madrid, además de la mala cabeza del Málaga, que se dejó remontar hasta tres veces, los blanquiazules se vieron perjudicados por Iturralde en el controvertido penalti de Weligton (pudo tocar con la mano fuera del área), el inexistente sobre Higuaín y, en el área del Madrid, por un agarrón de Heinze a Weligton que quedó impune. El Málaga perdió 4-3 y a la semana siguiente su afición recibió con miles de prendas negras a Rubinos. No se dio por enterado. Se tragó una mano clarísima en el área de Villarreal después de un disparo de Eliseu, un posible agarrón a Baha y dio por válida la posición de Llorente en el 1-2 después del pase de Pires.
En Mallorca, los jugadores se quejaron de un agarrón flagrante sobre Eliseu en la última jugada del partido. Luque no se cortó: "Pérez Burrull es el peor árbitro que hay". Pero el penalti fue al limbo. Y el Málaga añora cinco puntos.
La política oficial del club es silencio respetuoso
El Málaga, y su presidente en primera persona, evitan opinar sobre los arbitrajes. Una política que les honra y que es muy valorada por la Federación Española de Fútbol y también por el Comité de Árbitros. Fernando Sanz coincidió ayer con Victoriano Sánchez Arminio y tuvo la oportunidad de departir con él durante la Asamblea General que reeligió presidente de la FEF a Ángel María Villar. El Málaga cree que es necesario no hacer ruido para no enrarecer más el ambiente del fútbol español y por eso su línea se mantendrá prudente. Pero, por supuesto, su asiento en la directiva en la Federación le permite tener acceso directo a los poderes para pedir respeto a uno de los clubes que mejor trato dispensa a los árbitros.
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