Fernando Sanz comunicó ayer a mediodía al técnico que no cuenta con él ni con sus colaboradores cara a la próxima campaña del nuevo Málaga Deberán negociar con el asturiano para rescindir el contrato de un año, cuyo coste alcanza unos 550.00 euros

Muñiz no será el entrenador del Málaga la próxima temporada, en la que el jeque Abdullah ben Nasser Al-Thani pretende que el equipo dé un gran salto de calidad. El entrenador, con un año más de contrato, quedará al margen del nuevo proyecto, junto a todos sus colaboradores. La entidad, sin embargo, intentará reubicar a la mayor parte del equipo de Muñiz.

Los nuevos propietarios llegan con un cuerpo técnico completo, por lo que Ben Nasser tenía muy claro que prescindiría de Muñiz. Fernando Sanz, por su parte, intentó sin éxito que continuara el entrenador asturiano, que siempre fue uno de sus hombres de confianza. Muñiz dejará el club después de tres años al frente del equipo, dos en Segunda y el anterior, en Primera.

La comunicación de la decisión adoptada, según pudo saber este periódico, se produjo ayer poco después del mediodía. Sanz citó en La Rosaleda al entrenador alrededor de las dos de la tarde. La conversación fue muy rápida. El todavía presidente sólo le comunicó que no entraba en los planes del club para la campaña venidera. Le agradeció los servicios prestados y se despidió de él tras recordarle que sus colaboradores tampoco estarán con el nuevo equipo técnico que se incorpore. Muñiz, a continuación, informó a su equipo de la situación.

Negociación

Pero el procedimiento para prescindir de Muñiz no acabó ayer a primera hora de la tarde, sino que se alargará algo más en el tiempo. Ahora se abre un periodo de negociación para rescindir el contrato de un año del técnico, que ya estaba trabajando en la confección de la próxima plantilla. Según las fuentes consultadas, cerrar la vinculación del entrenador con el club podría costar a la entidad alrededor de los 550.000 euros. Este coste lo asumirán los nuevos propietarios, el propio club.

El resto de los colaboradores de Muñiz también tienen contrato en vigor con el Málaga, excepto Dely Valdés. El panameño, que sigue pendiente de convertirse en el seleccionador de su país, había acabado esta campaña su compromiso y estaba a la espera de renovar su contrato cara a la próxima. De ahí que, en el caso de que no se marche al combinado panameño, quedará también al margen del próximo proyecto.

Los demás componentes del equipo de Muñiz son el preparador físico, Enrique Ruiz, otro hombre de la casa que ha trabajado con varios entrenadores y que también gozaba de la confianza del presidente. El preparador de porteros, Paco Ruiz, también está en el cuerpo técnico, igual que Álvaro Reina y Rafael Mondragón. Curiosamente, todos ellos formaban parte, junto a Sandro, del equipo de trabajo que había puesto en marcha Fernando Sanz para sustituir la secretaría técnica del club (se marchó recientemente el director deportivo, Ricardo Rodríguez).

Equipo antiguo

Los colaboradores de Muñiz no llegaron con el técnico asturiano, aunque muchos ya trabajaron con él en su anterior etapa en el club de Martiricos. Tras su paso de una campaña por el Racing, Muñiz regresó al Málaga en solitario, sin ningún colaborador. Se adaptó al cuerpo técnico existente, en el que sólo se cambió a Antonio Tapia por Muñiz. Ahora, sin embargo, todos quedarán al margen del primer equipo, si bien algunos de ellos pasarán a hacer otro trabajo en el club.

La marcha de Muñiz anunciada ayer por Fernando Sanz al interesado cierra una etapa del técnico en la que siempre alcanzó los objetivos marcados. La fractura entre el entrenador y los aficionados, que en un alto porcentaje no querían que continuara, seguramente ha sido definitiva para que los nuevos propietarios prescindan de él.

Ahora ya comienza a perfilarse quién será el sutituto de Muñiz. Ya se barajan numerosos nombres para ocupar este puesto, entre los que se encuentran técnicos de gran prestigio como Luxemburgo, Radomir Antic, Juande Ramos, Laudrup o Pékerman.

Juan Ramón Muñiz deja el Málaga con 123 partidos. Y la cifra tiene su valor. Sólo dos entrenadores lograron alcanzar ese techo y posteriormente superarlo. El día del decisivo envite con el Real Madrid el único reto era la permanencia, pero paradójicamente en el plano personal también supuso para el asturiano sobrepasar al mítico Chales y situarse a la estela únicamente de Antonio Benítez (inalcanzable con sus 366 encuentros) y Joaquín Peiró (con 225).

La misma noche de la permanencia, cuando inevitablemente surgían dudas sobre su continuidad, Muñiz se permitió una sonrisa y una broma al conocer ese registro. «Si me voy, seguro que volveré para acercarme y trata de superarlos. Bueno, a Antonio (Benítez) no, a él no hay quien lo coja». Emuló así a Mario Armando Husillos, el hombre de los mil regresos a La Rosaleda, que siempre mantiene la esperanza de volver de nuevo a trabajar para el Málaga.

Hace unos meses, cuando Muñiz alcanzó el centenar de partidos, Benítez fue contundente al valorar la figura del asturiano: «Lo critican porque no lo ven trabajar». Le faltó añadir la coletilla «y porque no saben la plantilla que tiene». Que es lo que pensaban casi todos en el club. Porque, curiosamente, el cien por cien de los que tenían una relación cercana con el primer equipo del Málaga emplean la misma expresión para valorar la permanencia: «Un milagro». En privado, sin micrófonos ni cámaras, esa es la certeza también del entrenador. Sólo él y su cuerpo técnico conocen el grado de agonía y de sufrimiento vivido durante los últimos nueve meses.

Apoyos internos

Tal vez por esa manifiesta debilidad de la plantilla Muñiz ha recibido desde dentro del club (por parte de empleados, técnicos e incluso, por qué no decirlo, jugadores) tantos apoyos durante la temporada. Precisamente al contrario que desde un sector de la grada. Un grupo de aficionados cuestionó sus métodos, sus planteamientos, sus alineaciones... Él prefirió callar, no airear problemas internos, mirar al frente y tapar las numerosas troneras domingo tras domingo.

Para Muñiz, esta última temporada en Primera le ha curtido más que la primera, cuando el Málaga estuvo al borde del descenso a Segunda B y la desaparición. Entonces ni imaginaba que iba a llevar al equipo a la gloria (el ascenso), que iba a marcharse, que iba a volver y que iba a afrontar otro año, si cabe, más complicado. El caso es que poco a poco fue acumulando partidos, de experiencia y de sufrimiento. Ahora ya figura en el podio de los entrenadores del cuadro blanquiazul, por delante de nombres como Antonio Iznata 'Chales', Sebastián Humberto Viberti, Marcel Domingo, Sebastián Humberto Viberti, Antonio Tapia, Pedro Otto Bumbel y Abdallah ben Barek.

Muñiz se marcha por la puerta de atrás, curiosamente como Antonio Benítez -al que despidieron a mitad de la temporada 1995-96, con el equipo en plaza de fase de ascenso- y como Joaquín Peiró. A este último, ya quizá demasiado visto para la grada, se le reprochó que no acudiera a su último partido, en Palma de Mallorca. Málaga nunca fue agradecida con sus entrenadores. Aunque al asturiano, por edad (aunque desde este año peine muchas canas), todavía le queda la opción de seguir sumando. Quién sabe.

Sorpresa, incluso perplejidad. Así acogieron ayer varios representantes de futbolistas la noticia de que Juan Ramón Muñiz no será entrenador del Málaga la próxima temporada. Según reconoció uno de ellos, fue el propio técnico el que lo llamó para comunicar la decisión de los nuevos propietarios y al mismo tiempo darle libertad para que su jugador negocie con otro club a partir de ahora.

Ni el asturiano ni las personas de su entorno desvelan qué número de jugadores había apalabrado Muñiz para el proyecto de futuro, aunque se especula con que podían ser tres. Sí confirman lo que adelantó este periódico la semana pasada: la incertidumbre de los últimos quince días había provocado que dos jugadores se comprometieran con otros equipos. Es más, se asegura que estas operaciones aún no han salido a la luz y que se conocerán conforme acabe la Liga en Segunda División.

Durante las dos últimas semanas Muñiz había conseguido la promesa de la mayoría de los representantes con los que había conversado de que no iban a reactivar otras operaciones a la espera de que en el Málaga se despejaran todas las incógnitas en torno a su futuro en el capítulo deportivo.

En este sentido, los agentes sí recalcan el enorme poder de convicción de Muñiz y su capacidad para obtener el compromiso no sólo de ellos mismos, sino también de los jugadores. No es un secreto que los métodos del asturiano surten efecto. Nada más conocer la situación contractual del futbolista, el todavía técnico malaguista suele dirigirse sin ambages al representante e incluso conversa con el futbolista en cuestión para exponerle sus ideas y ganarse su confianza. Sólo así, de forma directa, encuentra facilidades, porque también es sobradamente conocido que el Málaga no puede competir económicamente con la mayoría de los conjuntos de su nivel.

Sin demora

En las distintas conversaciones de las últimas semanas Muñiz había hecho todo tipo de piruetas para evitar que el guardameta Caballero y otros jugadores apalabrados negociaran con otros clubes. Por ese motivo, durante las dos primeras horas posteriores a la comunicación de Fernando Sanz (hasta las cuatro de la tarde, precisamente la hora del comienzo del España-Suiza en Durban) el asturiano no tardó en contactar telefónicamente con los representantes en cuestión para darles libertad absoluta para negociar con otros conjuntos. Este detalle, según comentó uno de los agentes, refleja que a día de hoy el asturiano no tiene otro equipo a la vista.