Vecinos protestan por la falta de seguridad, la suciedad y las molestias que causan los puestos .
El Ayuntamiento busca una nueva ubicación cerca del parque de bomberos, pero lo impide la titularidad de los terrenos
Falta de seguridad y suciedad. Estos dos aspectos son los que esgrimen vecinos de la barriada Santa Paula para pedir que trasladen a otro lugar el mercadillo que se monta todos los miércoles en la calle Francisco Padilla.
La asociación de vecinos que aglutina a las 550 familias que viven en Santa Paula se ha dirigido en varias ocasiones al Ayuntamiento planteando este problema, pero no le da una solución. «La verdad es que el concejal del distrito, Julio Andrade, y el director, siempre nos reciben y nos escuchan, y sabemos de su voluntad por arreglar la situación, pero ya llevamos así cuatro años», señala el presidente de este colectivo, Manuel García González.
Parece ser que el Consistorio maneja la posibilidad de trasladar el mercadillo a una explanada situada detrás del parque de bomberos de Las Pirámides, pero problemas con la titularidad de los terrenos impiden el asentamiento de los puestos. «Allí no hay viviendas al lado, la explanada es bastante más grande que esta y no existen los problemas de aparcamiento que hay aquí», apunta García González.
Cada miércoles, los vecinos tienen que dejar expedita de coches la calle Francisco Padilla a las siete de la mañana para que se pueda montar el mercadillo. Más tarde de esa hora, la grúa se lleva los vehículos que permanezcan en la vía.
Por otro lado, desde primeras horas de la mañana los vecinos ya no pueden dormir. «El ruido de hierros en el suelo para montar los puestos, el ajetreo de los vendedores y la radio a todo volumen nos impide dormir a partir de las siete de la mañana», apunta el presidente del movimiento vecinal.
Entiende que estos comerciantes tienen que buscarse la vida dignamente y que la mayoría tienen un comportamiento ejemplar. Pero hay otros que no cumplen con las normas de convivencia. «Por ejemplo, cogen las bolsas de plástico y se orinan dentro, y luego las dejan debajo de los coches. Eso ocurre también con los pañales de caca de los bebés», afirma.
Los puestos se levantan cortando pasos de peatones, tapando los accesos a los minusválidos y bloqueando una puerta de acceso al aparcamiento del Parque del Oeste, por lo que los usuarios tienen que desplazarse al otro lado de esta zona verde para entrar por Realenga de San Luis. «El día que ocurra un incendio en unos de estos bloques de la calle Francisco Padilla, por dónde entran los bomberos o la ambulancia», se pregunta el presidente de la asociación de vecinos.
De hecho, un alumno del cercano instituto Emilio Prados sufrió un ataque de asma y la ambulancia no pudo entrar al centro docente por un portalón que da al mercadillo. Tuvieron que evacuar al chaval en una silla por una puerta trasera pequeña.
Otra de las quejas que tienen los habitantes de Santa Paula es la suciedad. Entre las dos y media de la tarde que se desmonta el mercadillo hasta las cuatro y media que viene Limasa, la calle es un estercolero. Los vendedores disponen de un gran contenedor para arrojar la basura que generan. «Echan frutas podridas y cuando se llevan el contenedor chorrea un caldo pestilente, que se asienta en el asfalto junto a gusanos y moscas. Los vecinos que viven en estos bloques sufren directamente los olores que se evaporan hacia los pisos, más aún en verano por el sol y el calor», comenta Manuel García González.
Jardines espléndidos
Este es el principal problema que tiene Santa Paula. Hace pocos meses protestaron los vecinos por el abandono de los jardines, «pero vinieron, podaron los árboles y los jardines están ahora espléndidos», aseguró. Sin embargo, la mayor preocupación que tienen ahora es el mercadillo, que hasta hace unos diez años se instalaba en la cercana barriada de La Paz. «Protestaron los vecinos y en un mes quitaron de allí el mercadillo y lo pusieron aquí; claro, como no había entonces asociación de vecinos.», se lamenta el presidente del colectivo.
Espera que el Ayuntamiento no demore más el traslado del mercadillo y le busque una nueva ubicación, «por el bien de los vecinos y de los propios vendedores, que dispondrán de más espacio», concluye García González.
Esta barriada, en cuyo entorno hay excelentes restaurantes, celebra sus fiestas los próximos 5 y 6 de junio. El sábado habrá una veladilla con actuaciones musicales y el domingo, una paella para todos.
Yo no lo quiero.
http://www.diariosur.es/v/20100527/malaga/santa-paula-quiere-mercadillo-20100527.html