"Alexis, has salvado a tu Málaga”
“Viva el Málaga. Qué día más grande”. Así rezaba el nick que lucía ayer Alexis en el Messenger. Su voz al otro lado del teléfono, extasiada, reflejaba el bajón que refrendaba el subidón que fue su día de ayer. En su opinión, “un día que se recordará para siempre”. Le cuesta acordarse de quién le llamó y quién le escribió algún sms (ayer trataba de contestar a todos los que podía), pero entre todos un recuerdo le impactó sobremanera: “Cuando marqué mis compañeros me abrazaron y me dijeron: ‘Alexis, has salvado a tu Málaga’. Y me pudo la emoción porque más malagueño que yo no hay nadie”.
De hecho, entró llorando al vestuario. Él, que adora jugar al fútbol pero le cuesta sentarse frente a la televisión a verlo, había comprado los últimos cuatro partidos del Málaga para festejar la salvación. La tensión de todos esos duelos sin buenas noticias se deshizo en cada lágrima que vertió en la caseta. Hasta el propio Baraja, que acaba de decir adiós a una década en Mestalla, lo abrazó y sintió que sus pulsiones eran más fuerte que las propias. Aún de corto, agarró su teléfono, llamó a un amigo que lo había sufrido en La Rosaleda y recibió una crónica de diez minutos. Ya sabía lo que había pasado, pero quería saber cómo. “Fue cuando me llamaron Jesús Gámez y Fernando Sanz, emocionados, y se me saltaron las lágrimas otra vez”.
En el campo Alexis buscaba cualquier indicio para saber qué pasaba en Martiricos. “En el primer tiempo me lo decían mis compañeros, sobre todo desde el banquillo. El míster me miraba y me decía ‘tranquilo, el Málaga va ganando’. Pero en la segunda parte escuché a los aficionados del Tenerife cantar el gol del Madrid y me puse nervioso”.
“Pedí ayuda a mis compañeros para que apretaran”. Quizá fruto de ese empuje llegó el saque de esquina en el que se dijo “esta es la mía”. “Supe que era el gol de la tranquilidad”, rememora. Lo único que echó en falta en ese momento era llevar debajo la camiseta del Málaga: “Me la habría puesto, pero me hubieran matado los del Tenerife. Había que guardarles respeto, porque bajar a Segunda es duro”. Lo dice alguien que lo sufrió en sus propias carnes. “Aquel día marqué dos goles y no sirvieron para nada, pero esto lo compensa. Lo de ayer refuerza mi conexión con Málaga”.
Hasta el viernes no podrá venir a Málaga porque aún hay entrenamientos en Paterna. “Que los malagueños lo festejen y se sientan orgullosos, yo espero celebrarlo con todos entonces”, avisa. Su primer festejo no fue muy diferente a un día normal en Valencia: se fue a cenar con su íntimo amigo David Silva, ya un hermano para él. “Es canario, pero también malagueño. Me lo he traído muchas veces aquí y ya lo he hecho del Málaga”, advierte Alexis, que no aceptará la invitación del zurdo al Mundial de Suráfrica: “Uf, es que eso está muy lejos. Prefiero quedarme en Málaga y celebrarlo aquí”. Con él vendrá la camiseta con la que jugó el domingo: “Esa sí que no se la doy a nadie, me la quedo yo”.