El jugador y su padre se han dirigido a varios representantes para que vayan sondeando opciones para la próxima temporada · El primer propósito es reunirse con Muñiz para que cuente sus planes sobre él
Albert Luque, a sus 32 años recién cumplidos, sabe que le queda poco tiempo como jugador de fútbol de élite. Pero no quisiera dejarlo con una experiencia como la que está viviendo esta temporada en el Málaga, donde es patente que Juan Ramón Muñiz apenas cuenta con él. Pese a que el pasado verano firmó un contrato por tres temporadas, tanto él como su padre, Rafael Luque, que es quien se encarga de los asuntos de su hijo, se han dirigido a varios representantes para que le vayan sondeando posibles opciones de cara a la próxima temporada.
No es ni más ni menos que una forma de cubrirse las espaldas, porque la primera intención del progenitor es la de mantener una conversación en cuanto finalice esta campaña con Muñiz, al que le resta un año de contrato en el club, para saber de primera mano los planes del técnico asturiano para con Luque de cara al futuro.
Si de esta reunión salieran satisfechos y aclararan las posturas de ambos, entonces no habría ningún problema para que el jugador cumpla el compromiso de dos años que le quedan con el club. Si fuera al contrario, intentaría echar el cierre a su carrera lejos de Málaga, pese a que éste sea el sitio que eligió para colgar las botas. Lo que está claro es que Luque no quiere pasar otro año igual y por eso espera saber con tiempo qué clubes estarían dispuestos a hacerse con sus servicios. Otra cosa será lo que diga el Málaga si el jugador llega a plantearles esta postura.
Lo cierto es que la de Luque esta temporada está siendo una historia que ya escama hasta a la afición, que el pasado fin de semana reclamó a Muñiz su presencia en el terreno de juego cuando se retiró del mismo lesionado Caicedo. Su última convocatoria fue hace tres jornadas, en la visita blanquiazul al Almería, donde se quedó en el banquillo. No jugaba desde que lo hiciera seis minutos en Santander. Tampoco ha contado Muñiz con él en las ocasiones en las que Duda, el jugador que en teoría le cierra el paso de la titularidad, no ha podido estar.
Y es que la presencia de Luque con Muñiz en el banquillo dista mucho de la que tuvo la pasada temporada a las órdenes de Antonio Tapia. Aparte de sus apariciones en la Copa del Rey, el catalán ha jugado en 11 de los 29 partidos que se llevan disputados de Liga. En ellos, sus números se resumen en 479 minutos, un gol (el que marcó en la visita al Villarreal), una tarjeta amarilla y dos expulsiones (ante el Barcelona y el Sevilla, ésta estando en el banquillo). Por contra, en el mismo número de jornadas la temporada pasada, el zurdo había participado en 22 y llevaba 905 minutos, 3 goles (acabó la Liga con siete) y dos tarjetas amarillas de las cinco que vio en todo el campeonato.
El jugador ha adoptado una postura de silencio ante los medios de comunicación y no quiere hablar del asunto. Muñiz, por su parte, que en principio desiste de analizar casos personales, al final niega haberle castigado. Alega, única y exclusivamente, razones futbolísticas para que esta temporada esté teniendo tan poco protagonismo en sus alineaciones. Lo que es patente es que algo pasa con Luque.
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