Caicedo, bloque 2 de la manzana 14 |
Malaga C.F. - Reportajes |
Miércoles, 13 de Enero de 2010 20:24 |
Caicedo celebra un gol con el City Felipe Caicedo es un icono en Ecuador. Un reality show lo sacó de un suburbio de Guayaquil y lo colocó en el escaparate del fútbol europeo. Creció rápido y con 19 años ya era el jugador mejor pagado de su país. Ahora, tras varios meses perdido en Portugal llega a Málaga para encontrar su brújula. Esta es la historia de un guayaquileño que se hizo futbolista gracias a la televisión. DANIEL MARÍN Hace algo más de seis años, Felipe Caicedo sólo era conocido en el bloque 2 de la manzana 14 de Guasmo Sur, uno de los suburbios de la costera Guayaquil, Ecuador. Allí, junto a sus panas, ‘Feli’ le pegaba patadas a las piedras y regateaba a la delincuencia que brotaba en cualquier esquina. Un empedrado era bueno para trazar una cancha y darle rienda suelta al talento. Siempre solía romper su bota izquierda, con la que le pegaba a la pelota. Hijo de un vendedor de maní y de una empleada doméstica, ese niño fortachón y de apariencia africana fue creciendo empantanado entre chabolas y con el único objetivo de sobrevivir. Pero en las estrechas calles de Guayaquil se respira fútbol por cada una de sus 16 parroquias urbanas (lo que en España conocemos como barrios). Caicedo solía visitar el Monumental, duodécimo estadio más grande del mundo y guarida del afamado Barcelona Sporting Club. Vivía hacinado junto a sus seis hermanos en una de las zonas más deprimidas de Sudamérica y soñaba con ser futbolista. Un día viendo Canal Uno escuchó que organizaban un reality show deportivo. Se llamaba Camino a la gloria y los ganadores Caicedo, en una visita a su país tendrían becas en importantes clubes sudamericanos como el Santos, el River Plate o el Boca Juniors. Se inscribió al día siguiente, lo aceptaron y su vida cambió. 34 jóvenes ecuatorianos, entre ellos Felipe Caicedo, comenzaron el 19 de agosto de 2003 una convivencia pública en una villa de concentración. Sus peripecias y avances con el balón fueron seguidas por todo el país y su cara empezó a hacerse conocida más allá del bloque 2 de la manzana 14 de Guasmo Sur. Tres meses después, Felipe, que entonces era un interior izquierda de 15 años, fue uno de los seis ganadores del programa y durante 30 días disfrutó de su beca en el Boca Juniors argentino. A su vuelta al Rocafuerte (el club donde jugaba de pequeño) nada era ya lo mismo. En su etapa en Suiza Caicedo se convirtió en la perla del Pacífico y fue el Basel suizo el que puso 400.000 dólares en la mesa guayaquileña para llevárselo a hacer la ‘mili’ a Europa. En apenas un año, Caicedo, héroe local, cambió su suburbio natal por una pensión en la cultural Basilea. Todavía era menor de edad. En el camino que unía Sudamérica con Suiza había migas de pan que había ido soltando en su día Iván Zamorano. Basilea sería un buen trampolín si ‘Felipao’ se aplicaba. Así lo atestiguaba Bam Bam. En el club centroeuropeo, tras formarse en equipos filiales, jugó dos temporadas al más alto nivel (UEFA incluida) y ganó la Copa Suiza. 45 partidos y 16 goles. Eso bastó para dar otra zancada a Inglaterra, a Manchester. El City pagó 10 millones de dólares por ese joven ecuatoriano que ya era internacional con la Tricolor (acudió incluso como invitado al Mundial de Alemania 2006). Su traspaso lo convirtió en el futbolista mejor pagado de su país. En el bloque 2 de la manzana 14 sonreían orgullosos. ‘Feli’ era una estrella. Sobre todo porque hasta entonces no había demasiados referentes futbolísticos a los que agarrarse en aquel país. Después saldrían nombres como Antonio Valencia (ex del Recre y ahora en el Manchester United) o Christian ‘Pantera’ Benítez (Birmingham). Su debut en la Premier fue correcto. No decepcionó. Marcó 4 goles en 23 partidos y jugó la UEFA. Sin embargo, la aguerrida competencia en la delantera del cuadro in En su presentación con el Sporting de Lisboa glés le abrió la ventana del fútbol portugués. En el Sporting de Lisboa no ha triunfado. Los informes sobre no son buenos. Más bien lo contrario. Dicen que es un “tronco”, que tiene kilos de más, que ha tenido algún altercado en su país (denunció a un restaurante por racismo)… “Ha perdido humildad”, señalan sus detractores en Ecuador. Lo cierto es que en la vecina Portugal apenas ha tenido oportunidades ni continuidad para jugar. Y un jugador de su envergadura es eso lo que necesita, ritmo. Admirador de Ronaldinho y Zidane y fiel creyente, Felipe Caicedo regresó antes de firmar por el Málaga a su Guayaquil natal. Allí vio a sus panas y a sus viejos y volvió a impregnarse de la carencia que lo hizo hombre antes de entrar en el reality Camino a la gloria. Ahora, 6 años después de llenar las pantallas de televisión con su talento, busca en el Málaga esa redención futbolística que vuelva a provocar la sonrisa de su gente del bloque 2 de la manzana 14. Allá en Guasmo Sur. |