El Unicaja llega a Vitoria cargado de dudas y problemas físicos para jugarse ante su bestia negra, el Caja Laboral, el pase a la Copa del Rey. Si gana hoy la jugará, pero si pierde estará fuera. Berni podrá jugar y Dean lo tiene difícil

VITORIA Visto lo visto, al Unicaja no le queda otra que agarrarse al Santoral, invocar a todos los espíritus benignos del baloncesto, cruzar los dedos de pies y manos y jugar hoy con media docena de dientes de ajo metidos en los calzones. Y que sea lo que Dios quiera. La Copa del Rey está en juego. El segundo objetivo de la temporada, tras cumplir con el pase al ´Top 16´, quedará visto para sentencia este mediodía (12.30 horas/Canal Sur 2) en una cancha maldita y talismán a la vez, la del Buesa Arena del ahora Caja Laboral, el Tau de toda la vida.
El triunfo en Vitoria le reportará al equipo de Los Guindos un billete para la Copa del Rey de Bilbao de mediados de febrero. La derrota le dejaría fuera del atractivo torneo. Todo o nada en 40 minutos de juego, sobre el parqué en el que el Unicaja conquistó su única Liga ACB, el mismo que tantas veces le ha visto hincar la rodilla.
Ganarle hoy al Caja Laboral no es que sea difícil. Es, sencillamente, una misión casi imposible. Seamos claros, directos y realistas. El ex Tau no pierde en casa desde hace ya casi dos años un partido de Fase Regular. Este Unicaja no parece el rival más propicio para saltarse el veto vitoriano.
Pero si algo ha demostrado el equipo de Aíto García Reneses este año es que es capaz de todo. Ya hemos visto, en más de una ocasión, cómo el Unicaja es capaz de hacer el ridículo más absoluto. Caer sin vergüenza ni honra contra el Fuenlabrada, ante el Xacobeo o frente al Orleans, en clave europea.
Aunque el equipo nos ha dado más malos ratos que alegrías en este presente curso, también ha demostrado que puede plantarle cara al todopoderoso Barcelona, estar a punto de derrotar al Madrid o asaltar pistas muy calientes y complicadas, como la del Partizán y el Efes Pilsen.
De todo nos ha dado y quitado el cuadro costasoleño. Por eso, ante el examen final de hoy, frente a un Caja Laboral que sólo se juega sumar un triunfo más en su cargado casillero, hay que esperar la mejor versión verde. De lo contrario, el fracaso sería mayúsculo. Que el Unicaja no esté en la Copa no tiene excusas posibles. Ni lesiones ni arbitrajes ni niño muerto. Sería intolerable e inaceptable para un club como éste.
Aíto pondrá hoy en liza todo lo que tiene. Que, aunque mermado físicamente y tocado en lo anímico, no es poco. En el Unicaja jugarán hoy dos campeones del mundo y subcampeones olímpicos y de Europa, como Jiménez y Berni. Un internacional de nuevo cuño como Rubio. Otro con títulos en la competición griega y poderes en la selección helena como Printezis. Internacionales como Cook (Montenegro), Welsch (República Checa) y Archibald y Freeland (Reino Unido). Así, que nadie cuente milongas. Todos tienen galones para disputar esta guerra. No se aceptan ni bajas de última hora ni rendiciones. Prohibido ondear la bandera blanca. Hay que morir sobre la pista. Y el que no, que renuncie, pida la baja y se vaya a recibir clases de ballet.

Plaga de lesiones. Cierto es que las condiciones físicas no son óptimas. Junto a las bajas de Gomis y Saúl, hay varios jugadores con problemas. Berni se ha recuperado milagrosamente. Ha dejado de tener dolor en el hombro, ha viajado con la expedición y podrá jugar. Cosas de la medicina. Archibald está sin ritmo y con la espalda como un clavo. Freeland sufre una sobrecarga en los isquiotibiales. Dean tiene una leve rotura muscular que le hace ser duda. Demasiados inconvenientes. El poder está en la mente. Hoy en el Buesa Arena no habrá ni dolor ni frío, a pesar de la nieve que cubre Vitoria. Sólo once tíos vestidos de verde con una única obsesión: ganar, ganar y ganar.
Claro que el Caja Laboral, conociendo a Dusko Ivanovic, tendrá la misma obsesión. Ellos no pierden en casa un partido liguero desde los tiempos de Neven Spahija. Ni las lesiones han frenado a este Baskonia, segundo en ACB y clasificado para el ´Top 16´, que lleva nueve victorias seguidas. No estará Oleson y Herrmann acaba de incorporarse tras una lesión de tres meses. Eliyahu no se ha adaptado aún al equipo y San Emeterio, un descarte en agosto –tenía pie y medio en el Cajasol–, es ahora básico en los esquemas del Caja Laboral. Splitter-Teletovic, la pareja interior vasca, será vital. No están ni Prigioni ni Rakocevic. Pero el Baskonia sigue siendo el Baskonia.
La Copa ya no espera a nadie. El Unicaja dejó pasar el tren ante el DKV . También frente al Gran Canaria. O se sube a éste en marcha o descarrilará. Y nadie sabe las proporciones del desastre a corto plazo. Podría ser fatal. Que sea lo que Dios quiera.


http://www.laopiniondemalaga.es/todo-deporte/2010/01/10/sea-dios-quiera/313857.html

pues perder