Me sorprendió el revuelo que se formó con mi fichaje, fue de locos" · "Me hubiera encantado pitar un Madrid-Barça" · "Algunos jugadores desconocen cosas básicas del reglamento"
Estaba inmerso en un calvario de lesiones cuando el Real Madrid llamó a su puerta. No lo dudó, colgó el silbato y empezó a trabajar en una parcela que el club blanco deseaba profesionalizar. Hoy recibió el Trofeo Guruceta al mejor árbitro de la temporada pasada. Carlos Megía Dávila (7-7-1966, Madrid) está radiante.
Pregunta. Según los cronistas de MARCA es usted el mejor árbitro de las dos últimas temporadas. ¿Se considera así?
Respuesta. En absoluto: hay un gran elenco de árbitros en el fútbol español, de muy alto nivel, yo he sido uno más. Estoy orgulloso de recibir este premio, pero otros también se lo merecen.
P. Se retira con el mejor colofón posible, ¿a quién se lo dedica?
R. A mi padre y a mi hermano, que están ahí arriba. Mi padre fue mi maestro y mi hermano José Luis era un excelente árbitro, con una prometedora carrera por delante, pero una enfermedad se lo llevó. También se lo dedico a la familia, son los que más sufren contigo, aunque mi mujer Yolanda es árbitro asistente y comprende mucho mejor este mundo.
P. ¿Es duro ser árbitro?
R. Se sufre cuando empiezas, en Regional. Hay riesgo de agresiones físicas, aunque cada vez menos. En Primera no existe eso, pero al día siguiente de un partido convulso todo el mundo habla de ti, sales en televisión, en los periódicos… Y es difícil.
P. Defínase como árbitro.
R. [se lo piensa un buen rato]. Luchador (respecto a la preparación física), bastante equilibrado y evidentemente honesto.
P. ¿De quién ha aprendido más?
R. De mi padre. Me siguió mucho y era mi mayor crítico. Jamás me decía: "muy bien", siempre señalaba en qué tenía que mejorar.
P. No debe ser fácil para un padre ir a un estadio a oír cómo ponen a parir a su hijo en nueve de cada 10 partidos.
R. Estaba curado de espantos. Llegó a Preferente como árbitro y se curtió mucho por esos pueblos. Recuerdo una anécdota. En Zaragoza, faltando cinco minutos, ganaba 2-1 el Zaragoza, le pité un penalti en contra y empataron. Tras el partido me dice: "Mira lo que me ha pasado: con el penalti todos se levantaron insultándote y cuando me vieron ahí sentado, callado, me miraron diciendo: "¿Y a éste qué le pasa que no grita?" ¡Y me tuve que levantar a insultarte yo también, hijo…!"
P. ¿Cuál es el mejor recuerdo de esos 219 partidos en Primera?
R. Los debuts. La noche antes de debutar en Primera apenas pude dormir. Pero tampoco dormía en Tercera Regional Preferente.
P. ¿Y el peor momento?
R. La noche en que me fui de Mestalla, un día muy duro y triste. Tomé esa decisión porque era lo más correcto, viendo a mi asistente sangrando por un monedazo, y pasé unos días tristes.
P. ¿Después de un partido le dan muchas vueltas a la cabeza?
R. Sí, sobre todo si hay situaciones conflictivas. Si has tenido un error definitivo para el resultado, cuesta mucho conciliar el sueño.
P. ¿Es cierto que usted grababa todos sus partidos?
R. Sí.
P. ¿Y los veía nada más acabar?
R. No, hablaba con mi mujer o con amigos que me comentaban si veían algo especial. El análisis técnico lo hacía al día siguiente.
P. ¿Por la calle los aficionados le solían pedir una 'ayudita'?
R. Sí, mucho, sobre todo en los restaurantes: "Megía, a ver cómo te portas mañana…".
P. ¿Los futbolistas les ayudan?
R. Hombre, cada uno tira hacia su terreno, es lógico.
P. ¿Cuál es el jugador más correcto que se ha encontrado?
R. Hay muchos, personificar en uno solo no sería correcto.
P. ¿Y quién impone más?
R. Nunca tuve ese sentimiento.
P. Me refiero a carisma.
R. [se lo piensa]. Martí, del Mallorca. Y Fernando Sanz es otro.
P. ¿Y de los futbolistas más complicados de pitar, los que sabes que si se descuida se la lían?
R. Cuando preparas un partido sabes a quién te vas a enfrentar. Algunos tratan de sacar provecho siempre con malas artes.
P. Dígame un nombre.
R. No, eso no. Pero son los que tenemos todos en mente, los que a final de temporada aparecen en las estadísticas de más expulsados. No hay sorpresas.
P. ¿Y delanteros 'piscineros'?
R. Hombre, los ves por televisión y tomas nota, no puedes ser ajeno. Ves cómo se tira y un compañero tuyo pica, y luego cuando le pitas dices: “Joder, ojo con éste, que no me la dé a mí”. Es que se te queda una cara de tonto cuando te engañan… Y en realidad están engañando al equipo rival.
P. Hablamos de futbolistas, pero ¿qué me dice de los entrenadores? Algunos son especialistas en echarles al público encima.
R. Un día, un entrenador español veterano, en un saque de banda sin trascendencia se levanta y empieza a protestarme gesticulando demasiado, una cosa rara, y le saco amarilla. Acaba el partido y me dice: "Perdóname, pero tenía que hacerlo. Íbamos 2-0, nos acababan de meter el 2-1 y el público se creía que ya estaba ganado y no animaban, así que he tenido que despertarles…" Y lo entiendes. Hay entrenadores más nerviosos, pero no debe ser nada fácil vivir con la presión y la responsabilidad que tienen.
P. ¿Qué futbolista le ha impresionado más en un campo?
R. Hay varios. Rivaldo era un auténtico mago. O Riquelme, en un Barcelona-Boca Juniors le vi hacer cosas que no había visto a nadie. O Villa. Y también le he visto cosas espectaculares a Cristiano.
P. ¿Cuál es el campo de España más 'caliente' para pitar? ¿Dónde aprietan más?
R. Cuando creen que les perjudicas, en todos. Se lo aseguro, desde ahí abajo oyes los gritos igual.
P. ¿Los futbolistas conocen el reglamento?
R. No en exceso, algunos desconocen cosas básicas. Un día iban a sacar una falta y un defensa me dijo que el contrario no podía sacar porque él tenía que pedir distancia. Alucinante.
P. Insultos habrá escuchado unos cuantos, pero ¿qué es lo más gracioso que le han dicho?
R. Una vez, un futbolista argentino hace una falta, le saco tarjeta y se levanta gritando: "Muy bien, muy bien, tarjeta para mí por hacerlo mal. Pero ¿y a ti? ¿quién te la saca, eh?". Me reí mucho.
P. Tarjetas no les sacan, pero les meten en la nevera.
R. No es la mejor fórmula, te genera una presión extra. Nunca te quedas tranquilo si sabes que te has equivocado. Nunca.
P. No ha podido pitar ni al Real Madrid, ni al Atlético ni al Getafe por ser madrileño. ¿Es una espinita clavada?
R. Sí. He arbitrado el derbi gallego, el catalán, el vasco… Pero me he quedado con las ganas de pitar un Madrid-Atleti.
P. ¿Más que un Madrid-Barça?
R. Hombre, eso es lo más especial. Me hubiera gustado, sí.
P. De los de ahora no destaca a nadie pero, de los árbitros ya retirados, ¿de quién aprendió más?
R. De Chema García Aranda, gran amigo, excelente persona y gran árbitro. López Nieto también era un arbitro excepcional, leía a la perfección el partido. Y de Luis Medina Cantalejo.
P. ¿El nivel del arbitraje español es bueno?
R. No es bueno, es buenísimo. Y fuera de España su consideración es espectacular. Lo he visto en Qatar, en Japón, por todo el mundo. Aquí no se valora suficiente.
P. ¿Es partidario de introducir innovaciones tecnológicas?
R. Yo pondría un chip al balón o una cámara en la portería para que un balón que entre no quede impune. El gol es la finalidad del fútbol, ahí sí incluiría la tecnología. Lo demás, el vídeo, por ejemplo, ya lo veo más complicado.
P. ¿Se retiró del arbitraje para aceptar la oferta del Madrid?
R. Llevaba dos años con una fractura por estrés en el peroné que me tuvo cuatro meses parado. Es un trabajo físico muy exigente, mi espalda dijo ‘basta’ y vi que no podía seguir así. Lo estaba pasando muy mal. Entonces surgió la posibilidad del Real Madrid, imagínate. Yo quería seguir ligado al fútbol, llevo 26 años en esto, y trabajar para el Real Madrid es lo máximo. No lo dudé.
P. Cuando se supo que iba a fichar por el Madrid se dijo que el Comité Técnico de Árbitros estaba molesto. ¿Es cierto?
R. Rotundamente falso. Leí incluso que el presidente no me iba a dejar entrar en los vestuarios… Le comenté a Sánchez Arminio la posibilidad y me dio todo su apoyo, se ha portado excelentemente. Le tengo un cariño especial y sé que ese sentimiento es mutuo.
P. Porque usted siempre ha sido del Real Madrid, ¿no?
R. La verdad es que sí. Desde pequeño me gustaba el fútbol y me tiraba más el Madrid, mi padre era acérrimo del Atleti. Siempre he tenido una simpatía especial.
P. Parece un pecado que los árbitros sean de un equipo.
R. Está claro. Es lógico que por una cuestión de formas no puedas significarte, pero si llevo 40 años viviendo en Bilbao, ¿de qué equipo voy a ser? ¿Qué hay de malo si no voy a pitar nunca al Athletic? El que piense que vamos a ayudar indirectamente a un equipo perjudicando a sus rivales no conoce nada del colectivo arbitral ni de los árbitros.
P. ¿Cuál es su cometido?
R. Aporto en la medida que se me requiere todos mis conocimientos en el mundo del fútbol y del arbitraje en particular. Estoy a disposición de los árbitros que vienen a pitar y a nivel internacional acompaño al delegado de UEFA. Tengo más relación directa con Emilio Butragueño, una persona excepcional, pero estoy encantado con toda la gente del club.
P. ¿Cómo surgió su fichaje? Dicen que le eligieron por su buena relación con los árbitros, su experiencia internacional y su dominio del inglés.
R. Igual que se atiende al equipo rival, el club quería tener igual de bien atendido al equipo arbitral. Buscaron alguien de Madrid, que hubiera acabado su carrera y aparecí yo. Todo ayudaría.
P. ¿Entendió el revuelo que se armó? '¡El Real Madrid ficha a un árbitro!' Alguno se llevaba las manos a la cabeza, cuando esa figura ya la tiene el Depor, el Villarreal, el Valladolid, el Athletic, el Betis, el Sevilla, el Xerez…
R. Me sorprendió mucho, no comprendía todo el jaleo que se montó. Ahí entendí de verdad toda la magnitud del Real Madrid.
P. Pensarían que iban a empezar a pitarle penaltis a favor al primer equipo por ficharle a usted.
R. Es de locos. Mire, hay que desmitificar todo lo que rodea a los árbitros, son gente normal. Ese estar en el ojo del huracán se remonta a muy atrás y sigue igual, ya me he acostumbrado.
P. ¿Qué le diría a los que han querido ver una segunda intención en su fichaje?
R. Que están equivocadísimos.
P. ¿Alguna vez, siendo árbitro, le han hecho alguna insinuación?
R. Jamás. Conozco el famoso caso de López Nieto, pero ninguno más. Es un tópico.
P. Si da una charla a los jugadores del primer equipo para enseñarles a dirigirse a un árbitro y las particularidades de cada uno, puede ahorrarles unas cuantas tarjetas en una temporada, ¿no?
R. Está claro, conociendo el reglamento se le puede sacar bastante provecho. Y conociendo a los árbitros, también, sin duda. Es un apartado en el que se puede ayudar mucho al futbolista, tanto al profesional como al de cantera. Por ahí van las cosas.
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Estaba inmerso en un calvario de lesiones cuando el Real Madrid llamó a su puerta. No lo dudó, colgó el silbato y empezó a trabajar en una parcela que el club blanco deseaba profesionalizar. Hoy recibió el Trofeo Guruceta al mejor árbitro de la temporada pasada. Carlos Megía Dávila (7-7-1966, Madrid) está radiante.
Pregunta. Según los cronistas de MARCA es usted el mejor árbitro de las dos últimas temporadas. ¿Se considera así?
Respuesta. En absoluto: hay un gran elenco de árbitros en el fútbol español, de muy alto nivel, yo he sido uno más. Estoy orgulloso de recibir este premio, pero otros también se lo merecen.
P. Se retira con el mejor colofón posible, ¿a quién se lo dedica?
R. A mi padre y a mi hermano, que están ahí arriba. Mi padre fue mi maestro y mi hermano José Luis era un excelente árbitro, con una prometedora carrera por delante, pero una enfermedad se lo llevó. También se lo dedico a la familia, son los que más sufren contigo, aunque mi mujer Yolanda es árbitro asistente y comprende mucho mejor este mundo.
P. ¿Es duro ser árbitro?
R. Se sufre cuando empiezas, en Regional. Hay riesgo de agresiones físicas, aunque cada vez menos. En Primera no existe eso, pero al día siguiente de un partido convulso todo el mundo habla de ti, sales en televisión, en los periódicos… Y es difícil.
P. Defínase como árbitro.
R. [se lo piensa un buen rato]. Luchador (respecto a la preparación física), bastante equilibrado y evidentemente honesto.
P. ¿De quién ha aprendido más?
R. De mi padre. Me siguió mucho y era mi mayor crítico. Jamás me decía: "muy bien", siempre señalaba en qué tenía que mejorar.
P. No debe ser fácil para un padre ir a un estadio a oír cómo ponen a parir a su hijo en nueve de cada 10 partidos.
R. Estaba curado de espantos. Llegó a Preferente como árbitro y se curtió mucho por esos pueblos. Recuerdo una anécdota. En Zaragoza, faltando cinco minutos, ganaba 2-1 el Zaragoza, le pité un penalti en contra y empataron. Tras el partido me dice: "Mira lo que me ha pasado: con el penalti todos se levantaron insultándote y cuando me vieron ahí sentado, callado, me miraron diciendo: "¿Y a éste qué le pasa que no grita?" ¡Y me tuve que levantar a insultarte yo también, hijo…!"
P. ¿Cuál es el mejor recuerdo de esos 219 partidos en Primera?
R. Los debuts. La noche antes de debutar en Primera apenas pude dormir. Pero tampoco dormía en Tercera Regional Preferente.
P. ¿Y el peor momento?
R. La noche en que me fui de Mestalla, un día muy duro y triste. Tomé esa decisión porque era lo más correcto, viendo a mi asistente sangrando por un monedazo, y pasé unos días tristes.
P. ¿Después de un partido le dan muchas vueltas a la cabeza?
R. Sí, sobre todo si hay situaciones conflictivas. Si has tenido un error definitivo para el resultado, cuesta mucho conciliar el sueño.
P. ¿Es cierto que usted grababa todos sus partidos?
R. Sí.
P. ¿Y los veía nada más acabar?
R. No, hablaba con mi mujer o con amigos que me comentaban si veían algo especial. El análisis técnico lo hacía al día siguiente.
P. ¿Por la calle los aficionados le solían pedir una 'ayudita'?
R. Sí, mucho, sobre todo en los restaurantes: "Megía, a ver cómo te portas mañana…".
P. ¿Los futbolistas les ayudan?
R. Hombre, cada uno tira hacia su terreno, es lógico.
P. ¿Cuál es el jugador más correcto que se ha encontrado?
R. Hay muchos, personificar en uno solo no sería correcto.
P. ¿Y quién impone más?
R. Nunca tuve ese sentimiento.
P. Me refiero a carisma.
R. [se lo piensa]. Martí, del Mallorca. Y Fernando Sanz es otro.
P. ¿Y de los futbolistas más complicados de pitar, los que sabes que si se descuida se la lían?
R. Cuando preparas un partido sabes a quién te vas a enfrentar. Algunos tratan de sacar provecho siempre con malas artes.
P. Dígame un nombre.
R. No, eso no. Pero son los que tenemos todos en mente, los que a final de temporada aparecen en las estadísticas de más expulsados. No hay sorpresas.
P. ¿Y delanteros 'piscineros'?
R. Hombre, los ves por televisión y tomas nota, no puedes ser ajeno. Ves cómo se tira y un compañero tuyo pica, y luego cuando le pitas dices: “Joder, ojo con éste, que no me la dé a mí”. Es que se te queda una cara de tonto cuando te engañan… Y en realidad están engañando al equipo rival.
P. Hablamos de futbolistas, pero ¿qué me dice de los entrenadores? Algunos son especialistas en echarles al público encima.
R. Un día, un entrenador español veterano, en un saque de banda sin trascendencia se levanta y empieza a protestarme gesticulando demasiado, una cosa rara, y le saco amarilla. Acaba el partido y me dice: "Perdóname, pero tenía que hacerlo. Íbamos 2-0, nos acababan de meter el 2-1 y el público se creía que ya estaba ganado y no animaban, así que he tenido que despertarles…" Y lo entiendes. Hay entrenadores más nerviosos, pero no debe ser nada fácil vivir con la presión y la responsabilidad que tienen.
P. ¿Qué futbolista le ha impresionado más en un campo?
R. Hay varios. Rivaldo era un auténtico mago. O Riquelme, en un Barcelona-Boca Juniors le vi hacer cosas que no había visto a nadie. O Villa. Y también le he visto cosas espectaculares a Cristiano.
P. ¿Cuál es el campo de España más 'caliente' para pitar? ¿Dónde aprietan más?
R. Cuando creen que les perjudicas, en todos. Se lo aseguro, desde ahí abajo oyes los gritos igual.
P. ¿Los futbolistas conocen el reglamento?
R. No en exceso, algunos desconocen cosas básicas. Un día iban a sacar una falta y un defensa me dijo que el contrario no podía sacar porque él tenía que pedir distancia. Alucinante.
P. Insultos habrá escuchado unos cuantos, pero ¿qué es lo más gracioso que le han dicho?
R. Una vez, un futbolista argentino hace una falta, le saco tarjeta y se levanta gritando: "Muy bien, muy bien, tarjeta para mí por hacerlo mal. Pero ¿y a ti? ¿quién te la saca, eh?". Me reí mucho.
P. Tarjetas no les sacan, pero les meten en la nevera.
R. No es la mejor fórmula, te genera una presión extra. Nunca te quedas tranquilo si sabes que te has equivocado. Nunca.
P. No ha podido pitar ni al Real Madrid, ni al Atlético ni al Getafe por ser madrileño. ¿Es una espinita clavada?
R. Sí. He arbitrado el derbi gallego, el catalán, el vasco… Pero me he quedado con las ganas de pitar un Madrid-Atleti.
P. ¿Más que un Madrid-Barça?
R. Hombre, eso es lo más especial. Me hubiera gustado, sí.
P. De los de ahora no destaca a nadie pero, de los árbitros ya retirados, ¿de quién aprendió más?
R. De Chema García Aranda, gran amigo, excelente persona y gran árbitro. López Nieto también era un arbitro excepcional, leía a la perfección el partido. Y de Luis Medina Cantalejo.
P. ¿El nivel del arbitraje español es bueno?
R. No es bueno, es buenísimo. Y fuera de España su consideración es espectacular. Lo he visto en Qatar, en Japón, por todo el mundo. Aquí no se valora suficiente.
P. ¿Es partidario de introducir innovaciones tecnológicas?
R. Yo pondría un chip al balón o una cámara en la portería para que un balón que entre no quede impune. El gol es la finalidad del fútbol, ahí sí incluiría la tecnología. Lo demás, el vídeo, por ejemplo, ya lo veo más complicado.
P. ¿Se retiró del arbitraje para aceptar la oferta del Madrid?
R. Llevaba dos años con una fractura por estrés en el peroné que me tuvo cuatro meses parado. Es un trabajo físico muy exigente, mi espalda dijo ‘basta’ y vi que no podía seguir así. Lo estaba pasando muy mal. Entonces surgió la posibilidad del Real Madrid, imagínate. Yo quería seguir ligado al fútbol, llevo 26 años en esto, y trabajar para el Real Madrid es lo máximo. No lo dudé.
P. Cuando se supo que iba a fichar por el Madrid se dijo que el Comité Técnico de Árbitros estaba molesto. ¿Es cierto?
R. Rotundamente falso. Leí incluso que el presidente no me iba a dejar entrar en los vestuarios… Le comenté a Sánchez Arminio la posibilidad y me dio todo su apoyo, se ha portado excelentemente. Le tengo un cariño especial y sé que ese sentimiento es mutuo.
P. Porque usted siempre ha sido del Real Madrid, ¿no?
R. La verdad es que sí. Desde pequeño me gustaba el fútbol y me tiraba más el Madrid, mi padre era acérrimo del Atleti. Siempre he tenido una simpatía especial.
P. Parece un pecado que los árbitros sean de un equipo.
R. Está claro. Es lógico que por una cuestión de formas no puedas significarte, pero si llevo 40 años viviendo en Bilbao, ¿de qué equipo voy a ser? ¿Qué hay de malo si no voy a pitar nunca al Athletic? El que piense que vamos a ayudar indirectamente a un equipo perjudicando a sus rivales no conoce nada del colectivo arbitral ni de los árbitros.
P. ¿Cuál es su cometido?
R. Aporto en la medida que se me requiere todos mis conocimientos en el mundo del fútbol y del arbitraje en particular. Estoy a disposición de los árbitros que vienen a pitar y a nivel internacional acompaño al delegado de UEFA. Tengo más relación directa con Emilio Butragueño, una persona excepcional, pero estoy encantado con toda la gente del club.
P. ¿Cómo surgió su fichaje? Dicen que le eligieron por su buena relación con los árbitros, su experiencia internacional y su dominio del inglés.
R. Igual que se atiende al equipo rival, el club quería tener igual de bien atendido al equipo arbitral. Buscaron alguien de Madrid, que hubiera acabado su carrera y aparecí yo. Todo ayudaría.
P. ¿Entendió el revuelo que se armó? '¡El Real Madrid ficha a un árbitro!' Alguno se llevaba las manos a la cabeza, cuando esa figura ya la tiene el Depor, el Villarreal, el Valladolid, el Athletic, el Betis, el Sevilla, el Xerez…
R. Me sorprendió mucho, no comprendía todo el jaleo que se montó. Ahí entendí de verdad toda la magnitud del Real Madrid.
P. Pensarían que iban a empezar a pitarle penaltis a favor al primer equipo por ficharle a usted.
R. Es de locos. Mire, hay que desmitificar todo lo que rodea a los árbitros, son gente normal. Ese estar en el ojo del huracán se remonta a muy atrás y sigue igual, ya me he acostumbrado.
P. ¿Qué le diría a los que han querido ver una segunda intención en su fichaje?
R. Que están equivocadísimos.
P. ¿Alguna vez, siendo árbitro, le han hecho alguna insinuación?
R. Jamás. Conozco el famoso caso de López Nieto, pero ninguno más. Es un tópico.
P. Si da una charla a los jugadores del primer equipo para enseñarles a dirigirse a un árbitro y las particularidades de cada uno, puede ahorrarles unas cuantas tarjetas en una temporada, ¿no?
R. Está claro, conociendo el reglamento se le puede sacar bastante provecho. Y conociendo a los árbitros, también, sin duda. Es un apartado en el que se puede ayudar mucho al futbolista, tanto al profesional como al de cantera. Por ahí van las cosas.
www.marca.com
de pena