El central portugués ha luchado contra el reloj para perder su sobrepeso de once kilos y seis puntos de grasa después de sus excesos de las vacaciones
«Me he pasado el verano de barbacoa en barbacoa». Lo dijo con su habitual naturalidad, sin maldad, con una sonrisa, como si estuviera con unos amigos. La afirmación de Hélder Rosário en una rueda de prensa los primeros días de pretemporada dejó absortos a los técnicos. El central portugués, con una tendencia al sobrepeso, comenzó entonces un periodo de trabajo recién concluido para eliminar los efectos de sus excesos en el periodo vacacional, nada menos que once kilos y entre seis y siete puntos de grasa.
Hélder es un tipo singular. Ocurrente, dicharachero y, sobre todo, que sabe reconocer sus errores. Lo suele hacer en el vestuario, ante sus compañeros, cuando entiende que no ha estado a la altura o que les ha fallado. Esa falta de maldad hizo que el año pasado se desmintiera a sí mismo sobre el peso. Días después de que este periódico desvelase sus problemas con los niveles de grasa lo negó, aunque también con una sonrisa. Pero meses más tarde, ya en su mejor tono, bromeó sobre su alimentación y lo admitió todo.
Precedentes
Cuando Hélder no está fino, en el equipo se recurre a una frase curiosa. «Va con la mochila a cuestas», se suele afirmar. No fue casualidad que su ahora entrenador, Juan Ramón Muñiz -y uno de los firmes defensores del luso, prescindiera de él y optara por Silva en la recta final en la temporada del ascenso a Primera. Había descuidado un poco la forma y aquello podía pagarse caro. Y conste que al asturiano le costó, porque sabe que es el complemento perfecto de Weligton. Ambos se entienden de maravilla dentro y fuera del campo. Se ha producido una 'transfusión': Weligton ha aprendido de Hélder a ser más contundente, y este del brasileño a atemperar sus intervenciones para impedir las habituales expulsiones en Portugal.
La pasada temporada Antonio Tapia vivió una situación idéntica y entonces no dudó en emplear a Cuadrado, el polo opuesto, un futbolista que se cuida al máximo y que rinde al cien por cien en los entrenamientos. Hélder, en cambio, se deja ir. Y el portugués no sólo lo sabe, sino que no lo niega. Es su forma de ser, sin dobleces ni medias tintas.
La etapa 'post-barbacoa' no la olvidará Hélder. Sobran las imágenes gráficas de Muñiz y él bromeando en la pretemporada. Nada que ver con lo que sucedió en la reunión en privado entre ambos. Conociendo al asturiano, lo puso firme. Es más, un componente del cuerpo técnico llegó a decirle al futbolista: «Cuando te recuperes del todo, te vamos a poner encima una camisa de fuerza que pese diez kilos. Así verás lo que te costaba moverte en pretemporada».
Duro trabajo
Hélder comenzó una particular penitencia. Emprendió la lucha contra la báscula y paulatinamente comenzó a perder peso, pero al mismo tiempo también se dejó por el camino masa muscular. En su afán por recuperar la confianza de Muñiz y compañía forzó al máximo, el origen de otros problemas físicos que lo han dejado inédito en las convocatorias. Apenas ha participado en algunos compromisos amistosos del pasado verano. Durante su periodo de trabajado ha sufrido algunos problemas físicos que le han impedido alcanzar su mejor forma algo antes.
Ahora Hélder comienza a estar a punto y el próximo domingo seguramente formará parte de la convocatoria y hasta podría formar parte del once titular. No sólo ha perdido más de una decena de kilos, sino que además el tono muscular avala su participación en los entrenamientos y la búsqueda en las últimas fechas para adquirir el ritmo adecuado para competir. La digestión de cada barbacoa se le ha hecho más pesada de la cuenta al portugués.
http://malagacf.sur.es/noticias/2009-10-21...r-20091021.html