Al malaguismo sólo puede consolarle la lesión de Apoño desde un punto de vista: igual Llaneza, Monchi, Fernando y compañía se olvidan en agosto de él y le dejan una temporada más en Málaga. Nada haría más feliz a Muñiz. Quién sabe si Apoño se hubiese salido contra el Aston Villa. Y luego el Atlante. Y también el Lyon o el Madrid. Hubiera sido peligroso para el Málaga. Si con esta desgraciada lesión de Apoño el Málaga consigue retener a una de sus banderas, igual hasta se da por buena esta lesión por más políticamente incorrecto que sea decir esto. Los astros están animando el verano en Málaga, porque horas después de confirmarse la lesión de Apoño va el Sevilla y ficha a Sergio Sanchez. Jesús se quedó tan pancho. Hace tiempo que había perdido la esperanza y como todo se enrocó tanto al final casi ni le apetecía.

Así que, de manera casi insospechada, el Málaga puede decir que los estandartes de su ciudad seguirán de blanquiazul. Buen trabajo de Fernando Sanz, que no ha regalado a uno (Gámez) y ha pedido la cláusula por el otro (Apoño). Y se frota las manos Muñiz, porque los dos jugadores garantizan sacrificio, compromiso y dedicación al escudo. Valores que, en un equipo con tanta cara nueva y tanto extranjero como se adivina, son fundamentales. Igual por esta nueva manera de trabajar, respetando a la gente que lleva dentro al club, es por lo que hay ya 19.000 abonados. Y si continúan Apoño y Gámez, van a caer unos cuantos más.

http://www.as.com/opinion/articulo/apono-gamez-astros/dasftbpri/20090723dasdaiopi_4/Tes