La UMA iniciará en septiembre la toma de registros de fusilados y familiares más ambiciosa del país. Los trabajos de exhumación en el camposanto ya han recuperado 2.700 cuerpos

La Universidad de Málaga, en colaboración con la Asociación contra el Silencio y el Olvido por la Memoria Histórica, iniciará en septiembre la toma de muestras de ADN de los familiares de los fusilados que reposan el antiguo cementerio de San Rafael, el mayor campo de exterminio del franquismo y la Guerra Civil, de acuerdo con los especialistas.
Según informó el portavoz de la organización, Francisco Espinosa, se trata del primer paso de un trabajo que tiene como objetivo final la identificación de los represaliados, posibilidad que dependerá de los resultados del proyecto, que se antoja complejo por el tiempo transcurrido y el empleo de materiales de inhumación como la cal viva.
El profesor Ignacio Santos, del departamento de Medicina Legal, explicó que, en primera instancia, se extraerán registros de la saliva y la sangre de alrededor de trescientos familiares. Posteriormente, en enero, se hará lo mismo con los restos recuperados en el camposanto, con los que se trabajará a partir de piezas dentales y fragmentos de huesos.
A pesar de la rigurosidad del trabajo, el especialista no quiso despertar expectativas y reconoció la dificultad del proceso, que impedirá relacionar las identidades de buena parte de los represaliados. No obstante, la toma de muestras se presume como la única vía de garantizar el trabajo de laboratorio, dada la avanzada edad de muchos de los familiares de las víctimas.
El trabajo en el departamento de Medicina Legal forma parte de la última fase de las tareas de exhumación del cementerio, que comenzaron en octubre de 2006 a través del cotejo exhaustivo de datos, testimonios e investigación sobre el terreno.
El arqueólogo Sebastián Fernández, responsable de las excavaciones, aventuró que el trabajo de campo finalizará en los próximos meses, por lo que a finales de año, según Espinosa, podría comenzar la construcción del monumento funerario que honrará a las víctimas, previsto como último punto de la investigación.
Hasta el momento las exhumaciones han permitido recuperar los restos de un total de 2.700 represaliados, la mayoría hombres, aunque también un centenar de mujeres y niños. Espinosa precisa que el número es todavía bastante inferior al que se deriva de los documentos que obran en poder de la asociación, que constatan el fusilamiento, pormenorizado en nombres y fechas de ejecución, de alrededor de 4.500 personas.
El representante de la asociación y el arqueólogo coincidieron en adelantar la imposibilidad de identificar al conjunto de los fallecidos y precisaron que la discordancia entre las previsiones iniciales y los trabajos de campo radica en prácticas como el traslado de cuerpos a sepulturas individuales, que se produjo, en algunos casos, previo pago de los familiares. Otro de los factores que entorpecen la investigación es la hipótesis del Valle de los Caídos, que certifica el trasvase de restos al soberbio mausoleo levantado por Franco. "Allí se llevaron restos de fosas comunes de toda España, alrededor de 30.000, según el deán del templo", puntualizó Espinosa.
Fernández aseguró, sin embargo, que la investigación no descarta la detección de nuevas fosas en San Rafael, y se comprometió a analizar meticulosamente cada una de sus parcelas con anterioridad al fin de los trabajos.





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