Posteado Miér 7 Oct 2009 - 9:24
RAFAEL M. GUERRA. MÁLAGA El arquitecto García Reneses ya tiene a sus responsables de obra, a sus peones y todos los materiales: ladrillos, mármol, pintura. La construcción está en marcha. Como en toda obra han surgido problemas. Que si el permiso de obras, que si los carpinteros, que si el yesista. Con lo que hay, que no es poco, pero quizá tampoco mucho, hay que levantar el edificio. La exposición pública del proyecto se produjo ayer, en el Martín Carpena, con motivo del XIX Torneo Pollinica. Y lo que vimos fue eso, un equipo en obras que, eso sí, se dio un necesario festín a costa del horrible Dynamo Moscú.
El Unicaja 2009/10 no admite comparaciones con otros porque, simple y llanamente, es muy diferente. Es una apuesta muy diferente. Como de tener un chalet a pie de playa a una casa en la montaña. Por Málaga, por el parqué del Palacio, hemos visto jugar vestidos de verde a Marcus Brown, a Garbajosa, a Herrmann, a Cabezas, a Haislip, a Pepe Sánchez. Ahora, sin estos nombres de postín, con materiales de otra calidad, Aíto moldea su proyecto.
La mentalidad por la que apuesta el ´jefe´ es la velocidad. La agresividad en defensa. La idea es la de correr siempre. No cuando se pueda. No, hay que correr siempre. Sí o sí. De lo contrario, el equipo tendrá problemas. En estático es previsible. Tiene poco talento. Tampoco le sobra tiro. Sus pívots son muy rápidos. Y Freeland es un lujo. Ante el Dynamo Moscú, ya en el tercer cuarto, el británico se fue al banco a tomarse un respiro con 26 puntos –con seis mates– en su casillero. Casi la mitad de la producción ofensiva del equipo: 58-44. Lo ha demostrado en esta pretemporada y ayer, en la presentación del equipo ante la afición, lo reiteró. Y lo mejor es que no se le atisba techo. Tiene mucho que mejorar. Puede crecer y crecer. Como el griego Printezis. Como el Unicaja.
Siempre al límite. Si este conjunto juega siempre con muchísima intensidad, tesón y agresividad le puede dar un disgusto a más de un gallito. Será difícil ganar. Pero también será muy complicado que lo derroten. Necesita aún tiempo y partidos para animarse, para establecer roles y para que, todo sea dicho, algunos crezcan. Taquan Dean y, sobre todo y especialmente, Saúl Blanco, tienen que ponerse ya las pilas.
La obra va. Por lo visto ayer, mejor que durante la pretemporada. Tampoco el rival permitió calibrar de qué es capaz a estas alturas el Unicaja. El Dynamo sólo conserva del pasado curso el nombre. Ni rastro del equipazo de antaño.
Es un proyecto ´anticrisis´. Sin americanos y sin estrellas. Sólo producto nacional, con Monia y Savrasenko como exponentes. Con viejos camaradas como Domani y nuevos talentos, como Glazunov y Zhukanenk. Sin David Blatt en el banquillo, sin Hansen (Real Madrid), Lavrinovic (Madrid) o Javtokas (Khimki) en la pista, los moscovitas, por lo visto anoche, lucharían en la ACB del puesto 9 al 15.
La Pollinica duró cinco minutos. Los que tardó Freeland en poner rectos a los rusos. Con 14 puntos en seis minutos disparó el electrónico (26-7). El Unicaja no se achicó y siguió corriendo hasta que con 37-20 se relajó. Entonces demostró que, con lo que tiene, eso es un lujo que no puede permitirse (46-35). Aíto lo dejó claro, movió el banquillo y, con la actitud del arranque, los rusos desaparecieron del mapa (71-54). La máxima ventaja llegó con el bocinazo final, con un medio ganchito de Welsch: 88-63.
El Fuenlabrada, el domingo (12.30 horas) en el arranque de Liga, no dará tantas comodidades. El ´Fuenla´ no le puso nada fácil las cosas ayer al Real Madrid en el Torneo de la Comunidad de Madrid (78-70). Seguro que también peleará en Málaga. Lo mismo que, a buen seguro, hará el Unicaja, que afrontará el choque con el valioso y necesario estímulo de lo vivido anoche. Tras cinco derrotas en siete partidos de pretemporada, el Unicaja tenía que darse un baño de autoestima. Llegó a tiempo. ¡Por suerte!