Posteado Mar 20 Oct 2009 - 5:37
Los resultados dicen que el Unicaja está para pocos retos. La progresión mostrada en su juego, en cambio, abre una puerta a la esperanza. Uno y otro plano de su realidad convergen a partir del jueves en la nueva edición de la Euroliga. La novena participación consecutiva, y primera temporada con licencia A, garantía de permanencia por tres años salvo hecatombe, ya está aquí. La historia dice que el equipo malagueño deberá hacer frente a algunas de las canchas malditas para él en el continente. Es el desafío que le presenta el grupo B, el suyo, marcado por la dureza que encierran las visitas planteadas.
El Unicaja ya lo sabe. El sorteo lo ha colocado ante la obligación de viajar a canchas en las que todavía no conoce la victoria. Nunca lo hizo en sus visitas al Olympiacos, ni al Efes Pilsen ni al Lietuvos Rytas; el cruce con el Orleans es inédito, por lo que sólo el Partizán ha caído en su pista a manos del Unicaja. De eso han pasado ya tres años. El último precedente, mejor ni recordarlo.
En una primera fase en la que lo importante es pasar el corte (se clasifican los cuatro mejores en cada grupo de seis), parece que es el rendimiento en casa el que pueda resultar determinante. Y de esa lectura nace precisamente la importancia que encierra cada triunfo lejos de la pista propia, tanto por lo que permite sumar como por lo que resta a los rivales, sobre todo a los directos. En los últimos años el rendimiento como visitante del Unicaja ha mejorado de forma palpable. Pero aún así cuenta con pistas malditas a lo largo del continente. La mayoría de ellas se presentan esta temporada antes sus ojos, de ahí el reto.
En el bullicioso Pionir arrancará la andadura del conjunto malagueño el jueves (20.45 horas, Canal Sur 2). Es la única cancha en la que ha ganado. Lo hizo en dos ocasiones, en dos temporadas consecutivas (2005-2006 y 2006-2007), ambas en la primera fase. No obstante, desde aquellos años, el conjunto serbio ha dado un paso adelante en el torneo, logrando el pase a la eliminatoria de cuartos en las dos últimas temporadas. En la actual, su renovación lo convierte en una auténtica incógnita. Ha perdido a sus mejores piezas, pero cuenta con un poder de regeneración fuera de toda duda y con una de las pistas menos hospitalarias del continente.
Debutante
A priori, junto al Partizán, el Orleans se perfila como el rival más accesible. Lo dicho, a priori. El conjunto francés, debutante en el torneo, fue el último en llegar al grupo B tras su paso por la fase previa, en la que eliminó al Charleroi belga y al Benetton, con un triunfo clave en Treviso contra todo pronóstico. Accede al torneo tras apenas tres temporadas en la máxima categoría del baloncesto francés en sus cortos 16 años de vida. Para conocer su nivel de amenaza será necesario esperar a que avance la competición.
El resto de miembros del grupo tienen como denominador común, al margen de un mayor potencial sobre el papel, el hecho de haber ganado siempre como locales al Unicaja. Lo hizo el Lietuvos Rytas en su última participación en el torneo (2007-2008) y en la única en la que se cruzó con el conjunto malagueño. Esta temporada vuelve de la única forma posible a la Euroliga, vía ULEB. Al disponer el Zalguiris de la plaza fija otorgada a Lituania, el conjunto de Vilna necesita conseguir su pasaporte desde la Eurocup, como lo hizo al proclamarse campeón el pasado mes de abril. De aquel equipo ha perdido a hombres de calado, como Eidson, Jomantas o Petravicius, sustituidos por jugadores de proyección y algún conocido de la afición malagueña, como es el caso de Bojan Popovic.
Aspirante
Igualmente nefastos para el Unicaja fueron sus enfrentamientos en el Abdi Ipekçi de Estambul contra el Efes Pilsen. Tres visitas (2001-2002, 2002-2003 y 2007-2008) y tres derrotas. Esta temporada, además, el conjunto turco parece dispuesto a reverdecer los laureles que lo convirtieron en una de las referencias continentales a comienzos de la década. Nunca llegó a una Final Four, lo que intentará esta campaña con una plantilla repleta de nombres de garantías y de sobra conocidos en el panorama ACB.
Rakocevic, Charles Smith, Kasun, Thornton, Tunceri, Peker, Arslan, Nachbar y el ex cajista Daniel Santiago soportan el peso de una plantilla llamada a luchar por el liderato del grupo y más allá.
Sobre el papel, el Efes Pilsen es el conjunto llamado a cuestionar la teórica posición de favorito indiscutible y de candidato al título que ostenta el Olympiacos, otra vez en el camino del conjunto malagueño, que ha caído en sus cuatro visitas al Palacio de la Paz y la Amista. La presencia en la pasada Final Four no ha hecho más que refrendar la apuesta, a fuerza de talonario, realizada desde el verano de 2008. Se fue Printezis, por fortuna para el Unicaja, pero a cambio el equipo ateniense sigue pescando en aguas de la NBA, desde donde se ha hecho tanto con Kleiza como con Von Wafer. Son los refuerzos más destacados de un plantel que mantiene la base del anterior proyecto, lo que incluye a Papaloukas, Vujcic, Borousis, Childress, Halperin y dos hombres de los que cabe esperar más aún a tenor de su rendimiento en el Eurobasket: el joven Teodosic y el inconmensurable Schortsanitis.