El registro del Instituto Andaluz de Geofísica contabiliza 34 temblores de poca envergadura desde 1994 · En 1680 hubo un terremoto de magnitud superior a 6, similar al ocurrido en Italia
La catástrofe que sufren en carne propia los vecinos de la localidad italiana de L'Aquila, situada a unos 80 kilómetros de Roma, pone más de relieve que nunca la fuerza destructiva con la que, en ocasiones, se comporta la naturaleza. El temblor ocasionado por un terremoto de magnitud 6,3 ha acabado por destrozar edificios, resquebrajar el asfalto y llevarse consigo, hasta el momento, la vida de 292 personas. A pesar de los miles de kilómetros que separa este punto de la provincia de Málaga, merece la pena reflexionar sobre las posibilidades de que un temblor similar se produjese en suelo malagueño, más aún cuando este territorio es, según los expertos, una de las zonas de "mayor peligrosidad sísmica de la península" y que más de tres siglos atrás se produjo un episodio de similares características.
Más allá de la alarma que acontecimientos de este tipo pueden generar en la población, los antecedentes ponen de manifiesto el riesgo que se cierne sobre la provincia. "Tenemos noticias de terremotos históricos que afectaron de manera severa en la provincia. El de mayor magnitud fue el registrado en 1680, que pudo estar por encima de 6, como ha ocurrido ahora en Italia". La explicación la aporta Gerardo Alguacil, subdirector del Instituto Andaluz de Geofísica (IAG), localizado en Granada.
Transcurridos más de tres siglos desde que se produjese esta catástrofe, este experto es claro al afirmar: "Nadie duda en sismología de que allí donde ha habido terremotos volverá a haberlos". "La suerte que tenemos es que terremotos de ese tipo pasan de tarde en tarde, aunque eso hace que la gente pierda la conciencia de que puede ocurrir y por eso es más difícil que asuma los pequeños sobrecostes de tomar medidas de prevención", expuso.
Alude con ello a las mejoras que a lo largo de los años se realizan en las técnicas de construcción, especialmente en países donde el riesgo de sufrir fenómenos de este tipo es mayor, como Japón. No obstante, señala que si los edificios respetan los preceptos incluidos en los códigos españoles no deberían correr especiales problemas en un terremoto similar al de Italia. "Con un fenómeno de ese tipo, las construcciones de hormigón armado modernas no tienen por qué colapsar, pueden sufrir daños pero son reparables", precisa, al tiempo que añade: "Lo que hay que evitar en todo momento es el colapso de un edificio, porque eso es lo que acaba matando a la gente".
Según los datos recogidos por el Instituto Andaluz de Geofísica, entre 2008 y 1994 se han registrado hasta 34 temblores en la provincia, todos ellos de escala menor, y en la inmensa mayoría de los casos con epicentros fuera del territorio malagueño. El más reciente data del 2 de octubre del pasado año, cuando un terremoto localizado en la zona de Morón de la Frontera, de magnitud 4,4 se dejó sentir en la provincia de Málaga. Mayor incidencia tuvo el ocurrido el 11 de enero de 2006 en las cercanías del pueblo de Cañete la Real, donde, entre las 13:43 y las 23:44, se sucedieron siete temblores de una magnitud que osciló entre los 3,4 de máxima y los 3,0 de mínima y cuyos efectos fueron percibidos en los municipios de Cuevas del Becerro, El Burgo, Málaga, Coín, Ardales y Ronda.
Mucho antes en el tiempo, allá por el año 1884, según el registro del IAG, otro terremoto tuvo efectos devastadores sobre varias localidades de la provincia, especialmente en Periana, donde el temblor causó daños graves en el 60% de las casas y se llevó por delante la vida de 44 personas, causando heridas a otras 80. A este municipio de la Axarquía se sumaron Alcaucín, con un 30% de las casas seriamente afectadas, 22 de ellas hundidas por completo y 6 víctimas mortales; hubo daños en Antequera y Canillas de Aceituno, pueblo donde el 15% de las viviendas colapsaron y el 65% sufrieron daños muy graves, con 6 muertos y 35 heridos.
El problema es que nadie puede, con exactitud, predecir cuándo y dónde se va producir un terremoto. Aunque en los últimos días un experto ha aseverado que informó de que iba a producirse un temblor en L'Aquila, Alguacil es claro al asegurar que "hoy por hoy es imposible hacer predicciones seguras". "Se pueden hacer avisos, se puede disponer de indicadores premonitorios, como un cambio en el régimen de actividad sísmica, por ejemplo, pero no siempre se presentan y no siempre que se presentan ocurren terremotos", apostilla, al tiempo que subraya "lo delicado" de dar la alarma a la población cada vez que esto ocurre. No obstante, para tranquilidad de los ciudadanos, el subdirector del Instituto Andaluz de Geofísica advierte de que siempre que se detecta "algo anormal" se comunica con los responsables de Protección Civil para que estén "sobreaviso".
http://www.malagahoy.es/article/malaga/397407/zona/riesgo/sismico.html
La catástrofe que sufren en carne propia los vecinos de la localidad italiana de L'Aquila, situada a unos 80 kilómetros de Roma, pone más de relieve que nunca la fuerza destructiva con la que, en ocasiones, se comporta la naturaleza. El temblor ocasionado por un terremoto de magnitud 6,3 ha acabado por destrozar edificios, resquebrajar el asfalto y llevarse consigo, hasta el momento, la vida de 292 personas. A pesar de los miles de kilómetros que separa este punto de la provincia de Málaga, merece la pena reflexionar sobre las posibilidades de que un temblor similar se produjese en suelo malagueño, más aún cuando este territorio es, según los expertos, una de las zonas de "mayor peligrosidad sísmica de la península" y que más de tres siglos atrás se produjo un episodio de similares características.
Más allá de la alarma que acontecimientos de este tipo pueden generar en la población, los antecedentes ponen de manifiesto el riesgo que se cierne sobre la provincia. "Tenemos noticias de terremotos históricos que afectaron de manera severa en la provincia. El de mayor magnitud fue el registrado en 1680, que pudo estar por encima de 6, como ha ocurrido ahora en Italia". La explicación la aporta Gerardo Alguacil, subdirector del Instituto Andaluz de Geofísica (IAG), localizado en Granada.
Transcurridos más de tres siglos desde que se produjese esta catástrofe, este experto es claro al afirmar: "Nadie duda en sismología de que allí donde ha habido terremotos volverá a haberlos". "La suerte que tenemos es que terremotos de ese tipo pasan de tarde en tarde, aunque eso hace que la gente pierda la conciencia de que puede ocurrir y por eso es más difícil que asuma los pequeños sobrecostes de tomar medidas de prevención", expuso.
Alude con ello a las mejoras que a lo largo de los años se realizan en las técnicas de construcción, especialmente en países donde el riesgo de sufrir fenómenos de este tipo es mayor, como Japón. No obstante, señala que si los edificios respetan los preceptos incluidos en los códigos españoles no deberían correr especiales problemas en un terremoto similar al de Italia. "Con un fenómeno de ese tipo, las construcciones de hormigón armado modernas no tienen por qué colapsar, pueden sufrir daños pero son reparables", precisa, al tiempo que añade: "Lo que hay que evitar en todo momento es el colapso de un edificio, porque eso es lo que acaba matando a la gente".
Según los datos recogidos por el Instituto Andaluz de Geofísica, entre 2008 y 1994 se han registrado hasta 34 temblores en la provincia, todos ellos de escala menor, y en la inmensa mayoría de los casos con epicentros fuera del territorio malagueño. El más reciente data del 2 de octubre del pasado año, cuando un terremoto localizado en la zona de Morón de la Frontera, de magnitud 4,4 se dejó sentir en la provincia de Málaga. Mayor incidencia tuvo el ocurrido el 11 de enero de 2006 en las cercanías del pueblo de Cañete la Real, donde, entre las 13:43 y las 23:44, se sucedieron siete temblores de una magnitud que osciló entre los 3,4 de máxima y los 3,0 de mínima y cuyos efectos fueron percibidos en los municipios de Cuevas del Becerro, El Burgo, Málaga, Coín, Ardales y Ronda.
Mucho antes en el tiempo, allá por el año 1884, según el registro del IAG, otro terremoto tuvo efectos devastadores sobre varias localidades de la provincia, especialmente en Periana, donde el temblor causó daños graves en el 60% de las casas y se llevó por delante la vida de 44 personas, causando heridas a otras 80. A este municipio de la Axarquía se sumaron Alcaucín, con un 30% de las casas seriamente afectadas, 22 de ellas hundidas por completo y 6 víctimas mortales; hubo daños en Antequera y Canillas de Aceituno, pueblo donde el 15% de las viviendas colapsaron y el 65% sufrieron daños muy graves, con 6 muertos y 35 heridos.
El problema es que nadie puede, con exactitud, predecir cuándo y dónde se va producir un terremoto. Aunque en los últimos días un experto ha aseverado que informó de que iba a producirse un temblor en L'Aquila, Alguacil es claro al asegurar que "hoy por hoy es imposible hacer predicciones seguras". "Se pueden hacer avisos, se puede disponer de indicadores premonitorios, como un cambio en el régimen de actividad sísmica, por ejemplo, pero no siempre se presentan y no siempre que se presentan ocurren terremotos", apostilla, al tiempo que subraya "lo delicado" de dar la alarma a la población cada vez que esto ocurre. No obstante, para tranquilidad de los ciudadanos, el subdirector del Instituto Andaluz de Geofísica advierte de que siempre que se detecta "algo anormal" se comunica con los responsables de Protección Civil para que estén "sobreaviso".
http://www.malagahoy.es/article/malaga/397407/zona/riesgo/sismico.html