Las cuentas del Málaga ya cuadran
El club equilibra el presupuesto y deja su deuda muy reducida tras los millonarios traspasos del último año
9 de septiembre de 2013
La situación económica del Málaga va cambiando con el paso de los meses. El verano pasado fue especialmente complicado para el club, pero finalmente salió adelante con grandes dificultades y ahora su saneamiento completo está más cerca. La decisión del jeque de frenar su multimillonaria inversión (se ha gastado en el club cerca de 180 millones) fue el detonante de una crisis que amenazaba la viabilidad de un proyecto que vivía muy por encima de sus posibilidades. Ahora todo es distinto, con más austeridad, lo que permite que las cuentas, sin olvidarse de las deudas, comienzan a cuadrar.
Ese periodo negro no solo supuso una pérdida importante en la imagen del club, sino que ciertos retrasos llevaron al Málaga a aumentar sus gastos y, lo que fue peor, a verse inmerso en sanciones. La exclusión de las competiciones europeas (cuya participación se había ganado el equipo en el campo) fue lo más grave. Hubo multa y suspensión por parte de la UEFA y una posterior ratificación por el TAS. De ahí que el conjunto blanquiazul no participe en la Liga Europa, pese a quedar sexto en la clasificación.
Lo más importante de las novedades en el capítulo económico se centra en que esta campaña se va a restablecer el equilibrio presupuestario, lo que significa que el club no se gastará más de lo que va a ingresar. La cifra que se maneja oscila alrededor de los 40 millones, lo que supone un salto importante en el crecimiento de la entidad (antes los ingresos ni siquiera llegaban a los 30 millones). Las mejoras han llegado y seguramente seguirán haciéndolo por dos partidas: los derechos de imagen y los abonos y taquillas. También se han incrementado las ventas de productos oficiales y la publicidad tras la participación europea. De hecho, el club ni siquiera ha cubierto todavía el presupuesto de gastos (dispone de un pequeño margen).
El gran problema al frenar la inversión el jeque siempre estuvo en la deuda. El club vendió primero a Cazorla y Rondón (25 millones entre los dos) para hacer frente a los retrasos más urgentes, que eran las fichas de los jugadores, Hacienda y las deudas con otros clubes. En el nefasto verano anterior fue precisamente cuando se fraguó la sanción de la UEFA.
El desencanto del jeque
El jeque estaba desencantado con lo que veía en el mundo del fútbol y en el Málaga. A todo ello se unió el famoso 'fair play' financiero, que fue el punto de partida del gran problema malaguista. Entonces la decisión del propietario del Málaga fue clara y contundente: no inyectó de forma masiva (varios meses después aportó 7,5 millones) y ordenó que el club fuese autofinanciándose con sus recursos y, en su caso, con la salida de los futbolistas que él había comprado.
Era evidente que la aportación del jeque de más de 70 millones anuales era algo inviable, imposible de mantener. Entonces Abdullah Al-Thani envió a Málaga a otro de sus hombres de confianza, Moayad Shatat, que ha sido el máximo responsable y representante del propietario del club en un largo año de ajustes. Ayudado por el ejecutivos de la casa, con Vicente Casado al frente, fue reconduciendo la situación económica intentando mantener lo máximo posible el nivel deportivo de la plantilla. Y el equipo disputó la Champions de forma brillante gracias a la plantilla y al entrenador que había fichado el jeque.
Para conseguir el equilibrio económico era fundamental hacer frente a la deuda. En un año natural, entre agosto de 2012 y julio de este año, el club vendió a la mayor parte de sus mejores jugadores. Con los cuatro más caros logró casi 70 millones (Isco, Cazorla, Monreal y Rondón). Pero el club también logró ingresos con Toulalan, Buonanotte, Joaquín y hasta con Apoño. Pero la macha de estos jugadores y otros también sirvió para ahorrarse las altas fichas. Había un grupo importante de jugadores que percibían cerca o por encima de los 5 millones de euros, cantidades solo asumibles en el fútbol español por el Madrid y el Barcelona.
Este cambio progresivo y estudiado, con el traspaso de 30 millones Isco incluido, no supone que el Málaga haya saldado todas sus deudas. Ha avanzado en un campo importante, como es el de los proveedores, pero todavía le queda camino por recorrer en este campo. Los retrasos son menores. También tendrá que hacer frente a los pagos a algunos agentes de jugadores y otros gastos pendientes. Es previsible, sin embargo, que el club sea capaz de llegar pronto, quizás al final de esta campaña o la siguiente a partir otra vez de cero. Existe una gran satisfacción en el club, ya que la campaña anterior fue determinante para hacer frente a las deudas gracias a la trayectoria del equipo en la Champions y a los millonarios traspasos. Y solo se ha gastado para esta campaña algo menos de 4 millones en fichajes.
También está pendiente entre los ajustes internos del club la actualización de los salarios de los trabajadores de las oficinas malaguistas. Esta es una idea antigua, pero ahora se va a llevar a la práctica en breve. Habrá rebajas importantes en algunos sueldos que se vieron beneficiados en su momento por la subida del 40 por ciento que decidieron los propietarios del club a su llegada.