Posteado Lun 8 Oct 2012 - 10:03
No basta con aparentar ser bueno, también hay que demostrarlo. El Unicaja se mueve a día de hoy entre esa ambigüedad. No se sabe lo que puede ofrecer. Tiene mimbres de buen equipo, pero su juego todavía deja dudas. Si ante el Madrid su rendimiento fue esperanzador, ayer ante el Joventut, la sensación es que tiene mucho que mejorar para poder competir con los equipos importantes de la Liga.
Con solo dos jornadas disputadas, al grupo de Repesa hay que darle 'cuartelillo', pues no conviene perder de vista que está todavía en fase de acoplamiento y que muchos de sus jugadores están 'impactados' por el nivel de la Liga ACB. Ayer salió ileso de la visita de un Joventut que supo sacar el máximo partido de la irregularidad que preside el juego del equipo malagueño. Un excelente Jiménez, una defensa zonal en los últimos dos minutos y dos certeras acciones de Fran Vázquez impidieron un pinchazo que habría sido inesperado. Un partido que los árbitros se empeñaron en enloquecer con decisiones cuestionables en contra de los dos equipos y con una aplicación demasiado rigurosa de las nuevas directrices -explicadas esta semana en SUR-.
Poco a poco
Decía ayer un aficionado que este equipo tiene 'motor diésel' y que en cuanto coja temperatura y esté rodado será muy fiable, pero mientras eso sucede serán habitual partidos como el de ayer. Sin embargo, la competición no da respiro y el jueves llegará el Maccabi, que no será tan condescendiente como el Joventut.
El estreno en casa se le atragantó a algunos jugadores. Las ganas de agradar o el temor a fallar -según se mire- propiciaron un pésimo comienzo de partido en el que el Joventut se colocó con un contundente 2-11 a favor. Los errores se sucedían y Savané hacía sangre en la defensa malagueña que se cebó en tratar de frenar a Quezada y dejó demasiados huecos debajo de su aro. Repesa lo vio claro y sentó a Zoric para poner en la pista a un hombre más activo como Gist, que con siete puntos seguidos metió al Unicaja en el choque (9-14). Esa fue la aportación del ala-pívot estadounidense en el partido de ayer, pues luego se perdió en el banquillo, en parte porque Repesa, no perdona los fallos. Definitivamente, la aparición en el partido de los pívots del Unicaja fue lo que cambió el desarrollo del encuentro, pues luego le tocó el turno a Perovic. El serbio sacó a relucir su experiencia sobre el novel Kuzmic (20-18, minuto 10). Es evidente que no está en forma todavía, pero Perovic será muy importante para este equipo en el momento en que recupere su mejor forma.
Con la zona sellada, el Joventut tuvo como única alternativa el tiro exterior, que es una lotería. Si tienes buenos tiradores en tu equipo, bien, pero si eso no es así, la solución acaba en problema. Fue lo que le pasó al conjunto de Badalona. Además, el Unicaja dio un paso más en defensa y los contragolpes se sucedían con Lima y Zoric finalizando por la calle central. El parcial de 14-0 (34-18, minuto 15) parecía romper el partido. Fueron minutos realmente brillantes por parte del Unicaja. Williams aprovechó la amplitud de espacios para lucirse, con pases mirando al tendido, buenas asistencias y alguna canasta de calidad. 'Momento Guadiana' del estadounidense que luego desaparecería cuando le tocó remangarse y defender a Oliver.
Consistencia
Pero la base de la reacción del Unicaja estuvo en la consistencia que Jiménez dio al equipo. Hace unas semanas el madrileño comentaba que no debía ser importante en este equipo y ayer lo fue. Síntoma inequívoco de que Repesa ha visto en el madrileño el recurso de experiencia y defensa que a día de hoy no le ofrecen otros jugadores. En solo cuatro minutos había hecho ya la misma valoración que Gist en nueve (7).
El partido caminaba hacia una plácida victoria del Unicaja, que sin embargo, levantó el pie del acelerador y cuatro minutos antes del descanso empezó a ofrecer ya síntomas de lo que estaba por venir (36-27, minuto 20).
El atasco del equipo de Repesa en el arranque de la segunda parte fue evidente, y quedó claro cuando Gaffney enlazó diez puntos consecutivos, que Fisher culminó con un triple para poner por delante al Joventut por primera vez desde el minuto 8. El Unicaja se terminó de descentrar con las decisiones de los árbitros y una técnica señalada al banquillo local. Oliver anotó los dos tiros libres de la sanción y acto seguido logró un triple (53-52, minuto 30). Fue el comienzo del particular recital del catalán que demostró ser el más listo de la clase (21 puntos).
El veterano base del Joventut castigó una y otra vez los cambios de hombre que el Unicaja realizaba en su defensa. Le salía Zoric, y daba un paso atrás para anotar de tres, y si eran Williams y Calloway, también los dejaba en evidencia. Repesa buscó soluciones en su banquillo, con muchos cambios, y eso desconcertó aun más al equipo, que solo era capaz de anotar desde la línea de personal, mientras a su rival ahora sí le entraban los triples (Oliver, Quezada y Fisher). El Joventut abrió brecha a dos minutos del final (64-69) y en ese momento Repesa dio con la tecla. Ordenó una defensa zonal para detener la sangría en los triples y entonces la responsabilidad de anotar desde lejos fue demasiado para los tiradores del Joventut a los que se les encogió la mano.
Simon, desaparecido hasta entonces, desatascó el ataque del Unicaja. Lima culminó un contraataque y Fran Vázquez maquilló su discreto partido con un tapón a Oliver y un mate en la misma jugada (72-69 a falta de 14 segundos. El partido parecía resuelto, pero Dragic cometió una inocente falta sobre Fisher cuando el estadounidense lanzaba de tres. El base solo anotó dos tiros con cuatro segundos por jugar (72-71) y Vázquez falló dos tiros libres acto seguido, por suerte ahí apareció Jiménez, omniprensete, para palmear un balón clave. Posesión para el Unicaja, otra falta sobre Vázquez, un punto más y se acabó la agonía.